Luego de las asambleas de hoy donde participaron más de 7.000 trabajadoras y trabajadores de la educación, la tendencia al momento de escribirse este artículo es que gana la aceptación de la nueva propuesta que hizo el gobierno en el día de ayer.

En el segundo día de bloqueo de la Casa de Gobierno, el gobernador tuvo que reabrir una mesa de negociación que pretendió dar por concluida con un decretazo de pura estirpe mileista. A esto agregó durante el fin de semana un operativo de manipulación de las claves de los equipos directivos de las escuelas (un ciberdelito) para introducir descuentos de los días de paro a esos mismos equipos directivos. Una forma de coacción agravada (otro delito penal) ya que, siguiendo las mejores tradiciones de ATEN (Asociación de Trabajadores de la Educación), los equipos directivos masivamente no informaban los paros, ya que el código que alguna vez se introdujo en el Consejo Provincial de Educación para tal tarea, fue el mismo CPE el que lo derogó (declaró inexistente) en el año 2008. Esto motivó que los pequeños contingentes que habían regresado a clases se volvieran a sumar a la huelga ante semejante atropello.

Así que el redoble de la huelga obligó al gobernador a reabrir la mesa de negociación, donde se comprometió a no ejecutar ningún descuento por días de huelga y avanzar en la devolución del salario en los casos ya descontados.

La nueva propuesta tuvo un nuevo maquillaje para que la dirección provincial del TEP-Celeste pudiera defenderla en las asambleas con alguna chance de éxito. Para ello incrementó diversos adicionales, que no compensan no incluir el IPC de enero en el cálculo de las actualizaciones trimestrales, y chantajeó a los trabajadores con que, de avanzar en la aceptación, cobrarían dos sumas por única vez que totalizan $250.000 en las próximas semanas. Actuando como abogados de la patronal, el TEP-Celeste defendió, en varias asambleas infructuosamente, la necesidad de aceptar y levantar la huelga. Una huelga que el propio TEP-Celeste no podía dejar de reconocer se había redoblado esta semana.

Es decir, propusieron levantarla cuando la huelga no había decaído y el espíritu de lucha y la masividad de las medidas aún eran fuertes. Con esto ofrendan al gobierno un acuerdo a la baja salarial, con el remanido pretexto de que estamos en un contexto no favorable y que era aceptar o el abismo del decretazo. Todo esto sin el menor rubor respecto a que el TEP-Celeste, habiendo sido un factor abierto en favor de la campaña electoral de los ajustadores por FMI de los Fernandez-Massa, es responsable del triunfo electoral de Milei.

Las maniobras que la huelga derrotó hasta hoy

Esta huelga arrancó con una propuesta que no contemplaba la actualización trimestral por IPC ni otras cuestiones que fue arrancando. Incluso superó el hecho que el resto de los sindicatos estatales aceptaron tempranamente y que la CTA estuvo paralizada. Por eso el gobierno, confiado en el “aislamiento”, pensó que con el decretazo daba por cerrada la huelga. Esto también fue superado y obligó a sucesivas mejoras en la propuesta oficial, aunque sin incluir la actualización por el IPC de enero.

Con estos antecedentes, ante la convocatoria a las asambleas de hoy, se desató un operativo docente por docente, que recibieron en sus mails masivamente una campaña para que vayan a votar la aceptación. Incluso el oficialismo operó directamente para enviar a votar a personas no pertenecientes al sistema educativo.
Solo desde la central informática del Estado, la base de datos de cada docente, puede accederse al mail particular de cada uno. Esta claro de dónde se impulsó esa campaña.

Efectivamente hubo intentos de ingresar a algunas asambleas de personas no pertenecientes a las y los trabajadores de la educación. Pero fueron retiradas de las mismas. El uso de los datos, que por la relación laboral se deben entregar a la patronal, están siendo utilizados para estas campañas contra una huelga. Es algo muy grave. Esto se suma a la manipulación de usuarios y claves de los equipos directivos para cargar descuentos de días de paro.

Todo este operativo para liquidar la huelga, también tuvo su correlato de parte del TEP-Celeste para permitir que las asambleas en aquellas seccionales donde el paro había caído se realizaran luego del horario laboral.
Esto facilitó que quienes estaban trabajando masivamente (Villa La Angostura o Junin de los Andes, por ejemplo) votaran 420 por la aceptación y nadie por el rechazo en VA y 156 a 70 en JA. En este último caso había ganado el rechazo en la asamblea anterior. En esas asambleas con cantidades “extraordinarias” de asambleístas, es donde la aceptación sacó la ventaja que permitió superar el rechazo y el nuevo paro de 72 horas. Este rechazo se concentró en Neuquén Capital, Plottier, Centenario, Zapala y otras seccionales como Senillosa, Picun Leufú, El Chañar.

De modo que la huelga quedaría cerrada en forma precaria, al menos, en relación a las seccionales de la zona Confluencia, con mayor apoyo en el interior provincial. La huelga permitió la emergencia de un activismo nuevo que está llamado a librar nuevos capítulos en el real contexto nacional y provincial: en enfrentamiento de las motosierras de Milei y del gobernador. Tribuna Docente se anota en esa perspectiva.

https://prensaobrera.com/sindicales/por-una-lucha-contundente-contra-la-sangria-en-el-estado