El Ministerio de Trabajo de Santa Cruz dictó la conciliación obligatoria con la reincorporación de los 1.800 despedidos de las represas Jorge Cepernic y Néstor Kirchner, mientras dure la medida.

Es una oportunidad para masificar una lucha que está lejos de resolverse. La movilización de los compañeros de la construcción hay que redoblarla y agregarle la participación de toda la población en respaldo a los puestos de trabajo. Es que en El Calafate, Río Gallegos, Piedrabuena y otros pueblos, cientos de despidos son la ruina.

Santa Cruz está en el ojo de la tormenta con las decisiones del gobierno nacional. A los despidos en las represas se agrega la crisis de YCRT (Yacimientos Carboníferos de Río Turbio) donde los compañeros han comenzado a movilizarse contra el desguace e incluso por el pago de haberes que cada vez se atrasan más.

Por si fuera poco, han colapsado viejas fallas del sistema educativo y de salud y tenemos un virtual abandono en pueblos como 28 de Noviembre, donde en varias escuelas aún no empiezan las clases y el hospital no tiene siquiera director.

Asistimos a un derrumbe general de las condiciones de vida cuyo punto más grave son los despidos, la amenaza de descuartizar YCRT, el cierre de los CDR (Centros de Referencia), y la nula política de ayuda social, que motivó marchas en Caleta Olivia y se vienen más. Pero también la caída en picada de los salarios estatales y municipales, la desesperación de miles de cooperativistas que trabajan para el Estado y no han cobrado, el abandono de las escuelas y hospitales, así como la crisis universitaria donde también hay despidos.

Planteamos plenarios de trabajadores y asambleas populares por localidad y una movilización masiva a la Capital antes que termine la conciliación de las represas.

Defendamos todos los puestos de trabajo. Exijamos a la CGT un paro provincial y nacional hasta derrotar las políticas de Milei. A Santa Cruz la defendemos los trabajadores y en la calle.