La burocracia sindical al frente de la CGT organizó un acto de respaldo a la candidatura presidencial del actual ministro de Economía Sergio Massa (Unión por la Patria), en medio de la profundización del ajuste fondomonetarista, tras la devaluación oficial del 22%, los estragos de una política inflacionaria y los datos preocupantes de un 40,1% de personas pobres y 9,3% de indigentes. Los intereses de la burocracia para respaldar a Massa no tienen nada que ver con las necesidades del movimiento obrero, que sí tiene muchas razones para salir a luchar.

La convocatoria fue pactada para las 14 horas frente al Congreso de la Nación, con la participación de la burocracia sindical cegetista, la CTA de los Trabajadores y las organizaciones sociales oficialistas de la Utep, quienes respaldan la candidatura de Massa y se contentan con las medidas limitadas, como los bonos de temporada, la devolución parcial del IVA y la eliminación de Ganancias, esta última una conquista de años de lucha de los trabajadores contra este gobierno y sus predecesores.

La actitud de la burocracia sindical es particularmente llamativa: se trata del sexto acto que convocan en apoyo a la candidatura de Massa cuando no han convocado a una sola acción ni medida de lucha por las reivindicaciones de los trabajadores durante todo el gobierno del Frente de Todos.

Razones para luchar no faltan: devaluación, inflación, paritarias a la baja, reformas antiobreras de hecho, parálisis del empleo, desocupación, precarización laboral, desfinanciamiento de las obras sociales y un largo etc.

La burocracia sindical no solo ha sido desmedidamente obsecuente con este gobierno sino que incluso ha respaldado el acuerdo ruinoso con el FMI, causa principal de las penurias que sufren millones de trabajadores.

Recientemente vienen de acompañar una nueva entrega que afecta a millones de trabajadores precarizados, jubilados y pensionados, con la actualización del Salario Mínimo, Vital y Móvil de $118.000 actuales a $132.000 en octubre y $156.000 (32,2% aumento total). Una movilidad que según estadísticas de la CTA Autónoma consagrarían una caída anual del 8%, el 15,6% desde diciembre del 2019 y el 44.3% desde diciembre del 2011.

Este es el ajuste que explica el crecimiento de la pobreza y la indigencia en la Argentina, mientras la burocracia sindical dedica su tiempo a realizar actos con los candidatos del ajuste y el FMI, o cabildeos y reuniones con la oposición patronal con chances de disputar las elecciones presidenciales, como lo hacen Barrionuevo y Gerardo Martínez –y otros- con Javier Milei.

El apoyo de la burocracia sindical a Sergio Massa es aún más criminal si se la ve desde el punto de vista estratégico: Massa se candidatea como el referente de las patronales y sus intereses, a las cuales satisface con medidas extraordinarias de todo orden (regímenes cambiarios y tributarios especiales, exenciones, bonificaciones, subsidios, etc.). La burocracia sindical hace de cuenta que el progreso de las patronales traerá consigo más trabajo, aunque esto no sea así y además demande una reforma de los convenios colectivos y la flexibilización laboral que ya admiten como “necesaria”.

El ataque del gobierno, y de Massa en particular, contra las luchas obreras más destacadas, como el caso del Sutna, las exenciones a las patronales y ataques a las conquistas obreras, y el crecimiento de la pobreza son, justamente, el terrenos sobre el cual crece el voto a Milei que estos sectores dicen enfrentar. Pero su política es totalmente desmoralizante y desarma a los trabajadores para emprender sus tareas necesarias contra los ajustadores.

El contraste con la obsecuencia entreguista de las direcciones de la CGT y ambas CTAs y las organizaciones sociales oficialistas es el que profesan con la acción las organizaciones piqueteras independientes y las organizaciones, sindicatos y agrupaciones sindicales clasistas y combativas.

La Unidad Piquetera viene de protagonizar una masiva movilización desde el Obelisco al Ministerio de Trabajo y a Economía contra el ajuste en el salario mínimo, con una masiva movilización a Plaza de Mayo junto al sindicalismo combativo y la izquierda para enfrentar el ajuste del gobierno y el FMI, y preparar a los trabajadores para las luchas en curso y las que se vienen.

Los trabajadores no tenemos nada que hacer con los candidatos del FMI y la derecha ajustadora: un camino que lleva por una u otra vía a mayores penurias. De allí la necesidad de desenvolver una amplia deliberación en los lugares de trabajo para llegar a un congreso de delegados de trabajadores ocupados y desocupados, electos por las bases, que vote un paro nacional y plan de lucha para derrotar el ajuste y a los ajustadores.

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