Ambiente

11/9/2023

Sobre las políticas antiambientalistas de Milei

Al respecto de sus declaraciones sobre sus propuestas para el (no) cuidado del ambiente.

Javier Milei

Javier Milei, el candidato a presidente más votado en las Paso, firme negacionista (entre otras cosas) del cambio climático, considera la problemática ambiental una mentira del socialismo y del marxismo cultural. A esto se le suma que el viernes 1° de septiembre, en el marco del Congreso Económico Argentino en la Rural, volvió a exponer su punto de vista sobre el ambiente, demostrando una vez más su ignorancia respecto al cuidado de este. En particular, realizó una mención hacia uno de los recursos hídricos más importantes, los ríos, donde comenta que las empresas no generan ningún daño en estos porque abunda y que su precio es nulo.

Advirtió, además, que recién cuando el agua escasee se apropiarán del río, ya que este tendrá valor y se realizarán negocios con este recurso. Ante todas estas declaraciones, estudiantes de la Licenciatura en Ciencias Ambientales de la UBA desmentimos todos sus dichos.

Más datos, menos opinión

El efecto antrópico sobre el cambio climático es de amplio conocimiento, siendo consensuado por el 99% de los científicos del mundo. Estos ya han demostrado distintas evidencias, como por ejemplo que la cantidad de dióxido de carbono es la más alta en los últimos 650 mil años y que la tasa de aumento de las concentraciones de dicho gas son las más altas registradas, e incluso lo demuestran modelos en los que se observa el comportamiento de la atmósfera con y sin las emisiones antrópicas. Por lo tanto, negar el cambio climático a nivel global es directamente no creer en la ciencia. Además, este candidato dice que es otro invento socialista, una afirmación que en realidad pretende ocultar la responsabilidad de este sistema capitalista, que ocasiona el cambio climático.

La individualización y culpabilización de la crisis climática recae sobre les trabajadores y en sus hábitos y consumos cotidianos, como los imperativos de reciclar, cerrar el agua o apagar la luz, mientras las grandes empresas concentran la mayoría de las emisiones a nivel mundial. Apelan a la consciencia individual para evitar responsabilizarse por la crisis generada. A pesar de comprometerse en diferentes cumbres internacionales, los gobiernos y las empresas no cumplen con las pautas consensuadas, de todas formas insuficientes. Incluso han ocurrido diversas protestas de científicos que denuncian la inacción de sus gobiernos.

No llama la atención entonces que Milei quiera cerrar el Conicet. Esto lejos de mejorar la producción científica, como este plantea, profundizará la orientación mercantilista de la ciencia: que sólo se produzca conocimiento para generar ganancias y no para satisfacer las necesidades sociales. Una muestra de esto son los diversos convenios entre las universidades y empresas que terminan condicionando en favor de estas. Por ejemplo Fauba, que tiene convenios con Monsanto, Bayer, Syngenta, Dow, etc.

Esto predispone a la carrera de Agronomía a que su base de contenido académico se sustente en el uso de agroquímicos, teniendo la asignatura Agroecología meramente como una electiva. Esto no es casualidad, son las empresas metiéndose en nuestros planes de estudio.

El agua no se vende, se defiende

Su negacionismo del cambio climático no fue suficiente y recientemente añadió dichos con respecto a la contaminación del agua, los cuales son una vez más aberrantes y demuestran su gran ignorancia.

Mencionó que actualmente no hay un daño verdadero al contaminar los ríos por parte de las empresas porque el río es público. ¿No hay daño generado por la contaminación del Riachuelo? ¿No significan nada los problemas gastrointestinales producto del agua contaminada por mineras en la población de Choya? Los ejemplos de daños que genera la contaminación en ríos son muchos y son producidos con total complicidad del Estado.

Lo que quiere Milei ya está sucediendo en los hechos, nuestros recursos ya están mercantilizados y las empresas se salen con la suya realizando Evaluaciones de impacto ambiental por parte de consultoras privadas, sin una audiencia pública vinculante, ni planean una remediación para la contaminación que generan. Porque las empresas sólo cuidan sus propios bolsillos, no el agua, ni la salud ni el ambiente y siempre van a priorizar eso. Ponerle precio al agua no va a solucionar la contaminación, y si así fuere ¿el aire también tendría que tener precio?¿o no existe la contaminación atmosférica? La propuesta de milei no tiene ni pies ni cabeza.

También menciona que se puede contaminar el agua todo lo necesario debido a que abunda, pero esto está muy lejos de ser verdad. Basta con ver la sequía que hubo recientemente en Argentina, o la falta directa de agua en Uruguay favorecida por la sequía. En el fondo demuestra un gran problema estructural que acarrea este país, como es la falta de inversión pública en sistemas de cañerías, embalses o regulaciones contra empresas que utilizan el agua para sus sistemas de producción extractivista, tales como la celulosa, la carne, la soja o el arroz.

El candidato por La Libertad Avanza trata al agua como una mercancía, concepción absolutamente capitalista y extractivista que no contempla el derecho de acceso al agua potable. Milei, los derechos son para el pueblo, no para los empresarios.

Estudiantes vs Milei

Frente a las declaraciones de Milei sobre la mercantilización del ambiente, en la UBA nos oponemos con datos y con experiencias como las de las pasantías interdisciplinarias de la UJS. En ellas vamos a distintas provincias y no sólo teorizamos sobre las problemáticas, las vivimos. Esto nos permite ver otras realidades, porque no es lo mismo leerlo que escuchar de primera mano a les más afectades por la contaminación.

Lejos de “adoctrinar” les estudiantes nos organizamos para aprender más y enriquecernos con nuevas vivencias e intercambios. Es de esta forma que sacamos la conclusión de que la vida no tiene precio, que el capitalismo en sus diferentes variantes es responsable de la destrucción ambiental. Porque a pesar de que ahora sí tengamos un Ministerio de Ambiente (que Milei quiere eliminar y Bullrich convertirlo en secretaría) la contaminación no cesó, y es el factor común de todos los que nos gobernaron.

Por eso, a Massa, Bullrich y a los fachos como Milei se los enfrenta en la calle con los métodos de la clase obrera: movilizaciones y asambleas. Defendamos nuestro derecho a vivir en un ambiente sano.

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