El segundo derrumbe del ‘plan Cavallo’ y otra Marcha Federal

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A la vuelta de Menem de los Estados Unidos se esperaba un desenlace de la crisis política. “Las definiciones son imperiosas”, titularizaba El Expreso (26/10) de Sofovich. “El poder o la patada”, Página 12. “Se acelera la resolución de la crisis” decía por su parte El Cronista. Pero en la reunión de gabinete no hubo definición, se volvió a establecer una nueva ‘paz armada’ entre las diferentes fracciones en pugna.
El segundo derrumbe
“Si la crisis financiera de principio de año duraba tres semanas más, directamente caía el sistema”, asegura el economista ‘liberal’ Dante Simone (Ambito Financiero 25/10). Menem y Cavallo evitaron la ‘caída’ con un crédito del FMI y la banca extranjera por 8.000 millones de dólares. Pero como los capitales se seguían yendo, salieron a recomprar títulos de la deuda (con préstamos caros otorgados a ese solo efecto por los bancos interesados) para hacer subir las cotizaciones artificiosamente y salvar el patrimonio de los banqueros. También comenzó a remunerar los encajes depositados en el Banco Central (antes eran gratuitos). El resultado ha sido el aumento de la deuda pública y del déficit fiscal, y la liquidación de la ‘convertibilidad’ (las reservas no alcanzan para respaldar a la circulación monetaria) sin lograr detener la caída de la producción industrial (11% en setiembre) ni la desocupación.
En suma, la recesión continúa, los capitales no retornan, la desocupación aumenta y ... los trabajadores resisten. Esta es la base de la división del gobierno y de que el conjunto de la burguesía se plantee la necesidad de modificar el ‘plan’.
Alternativas
Para Machinea, el ex presidente radical del Banco Central, el “gobierno puso toda la carne en el asador para tratar de lograr la reactivación económica en los últimos dos o tres meses y, sin embargo, no lo ha logrado...” (Ambito, 24/10). Es decir que fracasó el intento de resucitar el ‘plan’ con los métodos del ‘plan’.
Frente a esta situación, el Consejo Económico Argentino (CEA) y FIEL propugnan una reducción salarial (y jubilatoria) generalizada del orden del 15%, y eliminar reintegros y reembolsos a las exportaciones y la asistencia financiera a las provincias. El gobierno debería impulsar la privatización de las cajas de jubilación (en beneficio de las AFJP) y de las empresas públicas provinciales, y una ‘real’ desregulación de las Obras Sociales sindicales para incentivar los negocios de la medicina privada, las aseguradoras y los banqueros. El CEA propugna también eliminar las indemnizaciones por despidos y reemplazarlas por un sistema de reaseguros financiado por los propios trabajadores; liquidar los convenios colectivos de trabajo; seguir reduciendo los aportes patronales.
Esta propuesta choca parcialmente con la propugnada por el propio FMI, quien se opone a la reducción de los aportes patronales, para detener la hemorragia fiscal, y es partidario de incrementar el impuesto a los combustibles y de mantener el IVA en el 21% para todo 1996.
Los planteos de devaluación monetaria han sido levantados timoratamente por el alfonsinismo. El economista López Murphy, hablando en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas (Ambito , 25/10) dijo que “devaluar es una estafa que a veces es necesaria”, pero “si al conflicto político que existe hoy le agregamos la incertidumbre cambiaria, estamos ante dificultades gravísimas”. En otras palabras, primero habría que superar la crisis política, para luego pensar en la desvalorización del peso. El promocionado Calvo dio a entender que se podría sustituir a Cavallo por el ‘equipo’ del Cema, que responde al Consejo Empresario.
El segundo derrumbe del ‘plan Cavallo’ plantea la inminencia de un ‘shock fiscal y salarial’, que llevará la crisis política y la lucha popular a una nueva etapa.
Todo esto explica la crisis desatada con relación al viaje de Menem a los Estados Unidos. El fracaso del riojano no es menor que el de Cavallo hace pocas semanas, pero fue usado para acentuar la necesidad de una definición de la crisis política. El hecho de que los últimos acontecimientos hayan favorecido a Cavallo, acentúa la tendencia disgregadora en el Estado, ya que dejaría sin poder al poder ejecutivo y al PJ, que son sin embargo la cabeza del Estado
La semana pasada, en Tucumán, se produjo la manifestación política más grande de los trabajadores de todo el período constitucional, lo mismo en Mendoza. Las luchas se transforman en huelgas de masas en las que se unen todos los sectores explotados.
La burguesía ha confiado hasta ahora en la labor desorganizadora de las burocracias. Pero la envergadura que está asumiendo la resistencia del movimiento popular abre la perspectiva a un ‘argentinazo’. Para evitar esta tendencia, el gobierno está haciendo un último esfuerzo para que los conflictos no salgan del cuadro provincial.
Paro activo nacional
Los trabajadores necesitan más que nunca nacionalizar las luchas con una consigna de conjunto: “Que la crisis la paguen ellos”, los capitalistas y el gobierno que los representa; que se abran las cuentas del Estado y de los capitalistas; que no se pague la deuda externa.
Es necesario impulsar un programa de reivindicaciones de defensa de las condiciones de vida de las masas: seguro al desocupado; reducción de la jornada laboral a 6 horas sin reducción salarial; no al pago en bonos; abajo los decretos 292 y 492 de desregulación de las obras sociales; no a la transferencia-privatización de las cajas provinciales, ni al aumento de los descuentos a los trabajadores para financiar lo que los gobiernos han esquilmado a las mismas.
La generalización de las luchas provinciales vuelve a poner en primer plano el paro activo nacional, que el CTA y el MTA pretenden reducir a la más ‘moódica’ Marcha Federal. Las políticas del CTA y del MTA, de sustituir la acción directa por el ‘discurso alternativo’, han fracasado, y esto lo demuestra la presión que sufren para organizar una demostración nacional.
Es necesario, sin embargo, que dejen de arrastrar los pies y planteen una lucha huelguística nacional decisiva, en cuya mira se coloque poner fin al gobierno Menem-Cavallo.