El paro de la docencia bonaerense de los días 3 y 4 de octubre, convocado por los Suteba Multicolores, quebró la ofensiva antisindical conjunta del gobernador Kicillof, del ministro Sileoni y de la burocracia de Suteba de Baradel. A pesar de los aprietes, de las amenazas, la pretensión de ilegalizar las medidas, la decisión de considerar falta injustificada lo que en realidad fue el ejercicio del derecho de huelga, y de la aplicación de descuentos, los paros alcanzaron pisos del 65% y techos de más del 90%.

La persecución a los huelguistas de parte del gobierno de la Unidad Popular, que dice que ahora el pueblo argentino tiene “alguien que nos cuida” -nada menos que Sergio Massa, que llevó la inflación y la suba del dólar a valores astronómicos sin enfrentar a los especuladores en ningún momento-, se llevó a cabo en medio del escándalo del yate-gate de Insaurralde.

El accionar del gobierno peronista y de la burocracia sindical baradelista fue el de silencio y resguardo del corrupto jefe de Gabinete de Kicillof, y ataque y persecución a las maestras que luchan por la defensa de la escuela pública y, como parte de ella, del salario, un contraste ejemplificador. En ese escenario, cada prepoteada de la patronal y de la burocracia fue un búmeran, que llevó a que las y los compañeres reforzaran su convicción y defendieran las medidas de fuerza hasta el final.

El gobernador Kicillof y su ministro Sileoni no se privaron de nada en su derrape al pretender quebrar la huelga, incluyendo el reclamo hacia los directivos de armar listas negras de las y los docentes que estaban haciendo paro, exigencia que circuló públicamente por los medios de prensa y por comunicados ministeriales en medio de las medidas de 48 horas.

La burocracia sindical de Yasky y Baradel, tampoco. María Laura Torre, secretaria adjunta de Suteba, descalificó a las y los compañeres de faltar con el único afán de no trabajar. Los burócratas, gente que no trabaja en las escuelas desde hace décadas, tildaron a los huelguistas de vagos. Un escándalo.

En estas condiciones, se trató de un paro histórico, que impactó en la línea de flotación del gobierno de Kicillof y de la burocracia sindical docente.

Movilización a La Plata y continuidad del plan de lucha

La finalización del paro de 48 horas no calmó el clima del conflicto. En primer lugar, porque las autoridades educativas están pasando como falta injustificada lo que fue un paro, y presionando a los directivos para que no reciban los descargos escritos que están presentando les compañeres rechazando esa medida, algo que es ilegal y viola el estatuto del docente y toda la normativa de funcionamiento de la escuela pública. Esta prohibición del derecho al reclamo está llevando a que las y los docentes se organicen para reclamar en las secretarías de Acción Docente, con los inspectores y directores regionales, tal cual los ampara la ley. Pero fundamentalmente, porque a una semana de las medidas de fuerza, el dólar trepó a 1.010 pesos, devaluando aún más el salario. Los reclamos del paro son cada hora más justos.

Los Suteba y la Lista Multicolor tienen un gran desafío luego de esta extraordinaria respuesta de la docencia: organizar la lucha para retrotraer las respuestas punitivas del gobierno. En ese camino está la decisión de los Suteba Multicolores de convocar a una gran movilización a La Plata para la semana próxima, y luego resolver, en un nuevo plenario provincial, la continuidad de las medidas.

Primeras conclusiones

Los paros del 3 y 4 de octubre no son un hecho aislado, sino el pico probablemente más alto de un plan de lucha que se desenvuelve ininterrumpidamente desde comienzo de año. En medio de una campaña electoral en la cual todos los que se disputan la presidencia han anunciado más y más ajuste, y con el gobierno de Massa y Kicillof sosteniendo una corrida cambiaria en favor de las patronales y de la política del liberfacho Milei, que pagamos los trabajadores, la lucha docente bonaerense adelanta una tendencia a enfrentar esa ofensiva capitalista, que seguramente seguirá todo el movimiento obrero.

Expresa, también, una agudización del choque no solo con el gobierno y los capitalistas sino también con el conjunto de la burocracia sindical, lo que plantea la lucha por la recuperación de nuestros sindicatos.

¡Viva el plan de lucha de los Suteba Multicolores!

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