El pasado miércoles 24 la lucha contra el DNU, la “Ley Ómnibus” y el ajuste del gobierno de Javier Milei tuvo un episodio contundente: la enorme movilización a la Plaza Congreso y a decenas de plazas del país, en el marco del paro general de la CGT. Sindicatos, comisiones internas, organizaciones políticas, piqueteras, estudiantiles, de derechos humanos y demás fueron protagonistas de una jornada histórica.

En la Capital Federal se destacó la columna independiente organizada por el sindicalismo combativo, el movimiento piquetero, la Asamblea de Unidos por la Cultura y la izquierda, que reclamó un plan de lucha hasta derrotar el plan Milei.

Dentro de la misma, la juventud llevó adelante un aporte significativo. Se destacaron, solo por citar algunos ejemplos, los estudiantes de la UNA que se sumaron masivamente a la delegación de Unidos por la Cultura, así como también compañeros de Artes de la UNLP y el terciario de Música de Avellaneda. Los centros de la UNA (CEDAM, CEAVI) y las agrupaciones de la UJS son parte de ese movimiento que se puso a la cabeza de la convocatoria a la marcha.

 

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También la juventud viene participando de las diferentes asambleas barriales en los diferentes barrios de CABA y Gran Buenos Aires. Los estudiantes de Filo-UBA, por ejemplo, que vienen de ser parte de las instancias de Flores, Almagro, San Cristóbal, Parque Patricios y Parque Chacabuco, con una delegación importante de la Secretaría General del CEFYL, con la UJS. Es destacable, en ese sentido, el método que llevaron adelante estudiantes y graduados de la UNGS, que convocaron una asamblea interclaustros previa a la marcha que plantó bandera contra el ajuste en la universidad.

Lo mismo vale para los estudiantes de Farmacia, que están activando en defensa de los trabajadores de los laboratorios; para los de Medicina, que prestan atención y luchan palmo a palmo con la asamblea de Residentes y Concurrentes; los de Derecho, frente a la avanzada represiva del fracasado protocolo antipiquetes; los de Exactas, Agronomía, Veterinaria y toda la juventud ante el avance del extractivismo.

Será un desafío para todos los estudiantes la defensa en sí misma de la universidad, algo que hoy está en peligro con el congelamiento presupuestario de Milei y que no será, lógicamente, correctamente defendido por los bloques que están hoy pactando con Milei en el Congreso. Es por eso que la juventud mira con simpatía la enorme movilización de AGD, con cerca de 200 docentes universitarios que se hicieron presentes en la Plaza. Lo será, también, para la ola verde, frente a las advertencias de Barra y Adorni sobre una potencial derogación del aborto legal.

Consigna

Este cuadro confirma que la consigna elegida para nuestro campamento, que se llevará adelante en muchas ciudades del país (Ezeiza, en el AMBA), se comprueba como acertada. Primero, porque marca la necesidad de “enfrentar a Milei”, pero también a “sus cómplices”. La realidad lo pone arriba de la mesa: la ley no podría avanzar sin la “oposición dialoguista” (cómplice) que incluye a radicales y peronistas, algunos de ellos de Unión por la Patria (Jaldo y sus diputados).

La falta de fuerza de Milei para el poroteo la encuentra en la homogeneidad que su ataque a la clase trabajadora genera en la burguesía. La independencia política, entonces, es un factor fundamental, por un lado, pero la necesidad de una salida de los trabajadores también. Salida que tiene que poner en jaque los pilares de la sociedad capitalista. Sino, ¿Qué otra cosa podemos oponer a Milei? “Construyamos una juventud revolucionaria y socialista”, va en esa línea.

Si uno se fija, el sindicalismo combativo, el movimiento piquetero y la izquierda son quienes empezaron de frente esta pelea con el gobierno, en aquellas jornadas del 20 de diciembre.

 

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Formar y transformar

El curso elegido en este campamento (“La lucha por el Socialismo en el Siglo XXI”) va en esa línea: delinear los postulados de Milei y resaltar la vigencia de la pelea por una sociedad con otras bases sociales, que desnude los intereses de clase de las fuerzas capitalistas que hoy pueden hablar contra el gobierno pero que, o pactan con él, o su política llevó a que este llegue a la Casa Rosada.

Pero el curso no se trata de un goce intelectual ni nada por el estilo: nos formamos para una lucha política intensa, que tomará un vigor mayor en el comienzo de las clases, con un ajuste de fondo y una educación en peligro. Por eso nuestro campamento tendrá instancias plenarias que discutirán nuestra política estudiantil, con la perspectiva de defender la universidad y los institutos. También sus comisiones servirán para la organizaciones de la juventud piquetera, con la JPO a la cabeza, con la perspectiva de una pelea de fondo contra el régimen.

En definitiva, discutir y formar para transformar. El cuadro amerita acciones políticas de mucha importancia. Queremos que el campamento sea un espacio de confraternización, organización y lucha de los miles de jóvenes que se rebelan contra Milei. Una invitación, para los tiempos que corren, de mucha importancia.