Así como ocurrió en Rosario con la muerte de Máximo Jerez, el asesinato de un trabajador de 41 años como consecuencia del avance del narcotráfico, desató una pueblada en la localidad matancera de Villa Celina. No se trata de una casualidad o mera coincidencia, sino de la profundización del entramado mafioso de un narcoestado que penetra en las barriadas más golpeadas por la crisis con aval político y judicial.

Un grupo de vecinos participaba de una reunión para debatir el desarrollo creciente de bandas narcos que asolan la vida cotidiana de las y los trabajadores más pobres. Como respuesta a esa reunión, irrumpieron varios sujetos armados que comenzaron a disparar. Limber Valero, quien pasaba por la zona volviendo de su jornada de trabajo, fue víctima entonces de tres disparos que le quitaron la vida.

Inmediatamente las y los vecinos se organizaron y actuaron de la misma manera que la comunidad qom en Rosario: fueron a la comisaría pero no obtuvieron respuesta, entonces desmantelaron el bunker y convocaron a una movilización y corte de la Autopista Ricchieri.

La historia se repite ahora en el conurbano bonaerense. El asesinato de Limber vuelve a poner al desnudo el accionar cómplice de la policía de la Provincia de Buenos Aires, que libera las zonas para que actúen las bandas. Una policía comandada por Sergio Berni y Axel Kicillof que piden cada vez más mano dura pero nada hacen para desmantelar las bandas narco.

Desde el Polo Obrero y el Partido Obrero acompañamos las medidas llevadas adelante por la familia y los compañeros de Limber, exigimos que se detenga a los asesinos y que se desmantelen las bandas que operan a la luz del día con aval político y judicial.

Justicia por Limber Valero y todas las víctimas del narcotráfico.