Mujer

31/5/2025

10 años del primer Ni Una Menos, esa gran rebelión popular por las mujeres

Retomemos el camino de lucha y movilización para echar a Milei.

Este miércoles 4J ganemos la calles.

El 3 de junio de 2015 el grito de “Ni Una Menos” se convirtió en bandera de una rebelión que sacudió de punta a punta al país. La ira popular contra los femicidios puso en pie una masiva movilización por las mujeres y diversidades que lograron instalar en la agenda política aquello que los gobiernos no querían ni siquiera nombrar: femicidios, educación sexual integral, violencia de género, derecho al aborto legal, seguro y gratuito.  

A lo largo de estos 10 años, nuestro movimiento de lucha fue creciendo bajo los sucesivos gobiernos de distinto signo político. Desde Cristina Kirchner, pasando por Mauricio Macri y Alberto Fernández, hasta Milei. La ola verde, que logró la proeza de conquistar el derecho al aborto legal en un país donde el lobby y el peso clerical está enquistado en todas las estructuras del Estado, tuvo que abrirse paso contra todos ellos, y avanzar solo confiando en la movilización popular. 

La cooptación política y la manipulación de nuestra lucha por parte de quienes detentaron el poder del Estado durante todos estos años, mientras gobernaban para el FMI empobreciendo a las mujeres, sosteniendo la impunidad, la violencia, la discriminación y la super explotación laboral, terminó pavimentando el ascenso de un facho y negacionista como Javier Milei, que defiende una Argentina donde los lesbicidios y femicidios no solo se naturalicen, sino que sean fomentados; que niega la brecha salarial como fundamento de una nueva ofensiva anti obrera contra los derechos laborales de toda la clase trabajadora; que le roba la comida a los comedores populares y persigue a las compañeras piqueteras; que pone como ministro de justicia a un defensor de pedófilos y abusadores como Cúneo Libarona; y que en definitiva, expresa una corriente política del capital que sin tapujos fomenta y exacerba el machismo, el racismo y el fascismo como instrumentos políticos para dividir a la clase obrera y avanzar en una arremetida histórica contra las y los explotados. 

El primer 3J

En las calles de todo el país, y hasta el pueblito más remoto, se expresó el hartazgo colectivo frente a una seguidilla de femicidios: el de Chiara Páez, de 14 años, fue la gota que rebalsó el vaso. Chiara fue asesinada por su novio de 16 años, luego de que éste se enterara de que la adolescente estaba embarazada. Su caso evidenció de manera concentrada todos los estigmas que marcan a las mujeres en nuestro país. La participación de la familia en el encubrimiento del crimen, colaborando para ocultar el cadáver y dando pistas falsas, al punto de montar un asado familiar a metros de donde estaba enterrada, componía una escena macabra sobre la hipocresía y el doble estándar, promovido como ideología oficial desde todas las instituciones del Estado. 

El drama del embarazo adolescente, que tuvo durante la década kirchnerista un aumento del 20% de las niñas madres de entre 15 y 19 años, solo logramos revertirlo con la incansable pelea de la ola verde, derribando prejuicios y pugnando por la ESI y por los derechos de las infancias y adolescencias. En 2015, Chiara cursaba sus estudios en una escuela religiosa, un ámbito hostil a la educación sexual científica y que el gobierno de Cristina Kirchner negoció con la Iglesia Católica para que puedan imponer “sus valores y cosmovisión” dentro de un sistema educativo que bajo todos los gobiernos sostuvo una enorme injerencia clerical. Con Milei en el gobierno, la ESI ni siquiera tiene presupuesto asignado y es directamente atacada bajo el lema trumpista de terminar con “el wokismo” y la “ideología de género” -una manipulación discursiva para atacar a las diversidades y defender la más férrea regimentación estatal sobre la identidad, los derechos y la libertad de las personas, especialmente las mujeres y diversidades.   

El asesinato pocos días antes de aquel primer 3J de 2015 de Katherine Moscoso, una joven de de 17 años que tenía un retraso madurativo, fue a bailar y no volvió más a su casa, no hizo más que confirmar por la negativa la justeza del reclamo  y la necesidad de ganar las calles. La población de Monte Hermoso sabía que desde el mismo boliche se llevaban adelante “fiestas sexuales”, amparadas por la policía y el poder político, en las que muchas veces las chicas eran drogadas o alcoholizadas. A una de esas fiestas habrían llevado a Kathy, la golpearon, la dejaron inconsciente y una semana después la enterraron viva en un lugar que ya había sido rastrillado. El intendente del PJ, Marcos Fernández, mantuvo como secretario de Seguridad del distrito al comisario retirado Ricardo Triches, encubridor de los asesinos de Natalia Melmann en Miramar, y desde la primera marcha exigían su remoción. Una vez más no fueron escuchados, y en el año 2023 la causa fue archivada bajo un manto brutal de impunidad. 

Chiara y Kathy desataron la indignación popular porque no eran, ni son, solo ellas. Fueron la gota que rebalsó el vaso de un régimen social que promueve la violencia, el sometimiento y la impunidad. Cecilia Basaldúa, Luna Ortiz, Claudia Tupa, y tantas y tantas otras, vinieron después a tener que enfrentar las mismas miserias y lacras -y sus familias chocar con la misma maquinaria estatal y política conspirando contra el reclamo de justicia. El femicidio de Lucía Pérez en 2016, que motivó el primer paro general de las mujeres mientras la CGT pactaba una tregua criminal con el macrismo, tuvo otro capítulo negro a fines del año pasado cuando Axel Kicillof mandó a sus senadores a votar en defensa de los jueces que absolvieron a los femicidas con un fallo misógino y aberrante en el marco del jury que tantos años de lucha costó conseguir.   

Un debate estratégico sobre la lucha contra la violencia y los femicidios

La convocatoria a movilizarnos el 3J impulsada por escritoras, periodistas y organizaciones de mujeres, con una concentración en el Congreso bajo la consigna “Ni una mujer menos por femicidios”, abrió un importante proceso de deliberación. En asambleas de mujeres y diversidades, en los barrios, las escuelas, facultades y lugares de trabajo, se puso en el centro del debate el andamiaje capitalista de la violencia contra las mujeres y las diversidades, y el papel de los gobiernos que defienden intereses de clase antagónicos al fin de la opresión, la explotación, la discriminación y la violencia.

El gobierno en ese entonces de Cristina Kirchner, destinatario de las múltiples demandas que empezaban a surgir desde el campo de las mujeres, puso a las personificaciones mismas de la represión, el machismo y el encubrimiento de las redes de trata, Berni y Anibal Fernández, a sacarse fotos con la consigna #NiUnaMenos. El resto de las fuerzas políticas patronales replicó el mismo tipo de demagogia. 

El movimiento debatía la exigencia de políticas de prevención y educativas, de asistencia y acceso a la justicia para las víctimas, de arrancarle derechos al Estado para que “paren de matarnos”. Las periodistas organizadoras de la marcha propusieron levantar como demanda la creación de un “Ministerio de Igualdad de Oportunidades”. En ese momento existía el Consejo Nacional de las Mujeres que copado por dirigentes de la Cámpora y Kolina, se dedicaban a hacer propaganda de las figuras de Alicia y Cristina Kirchner, y en relación a la violencia de género, sólo promovía políticas que descargan la acción de defensa y prevención sobre las propias mujeres. El punto abrió una polémica de la que fuimos animadoras el Plenario de Trabajadoras respecto de si la salida era la creación de un nuevo organismo burocrático del Estado, bajo la dirección política de los gobiernos de turno, o el desarrollo de una lucha contra ese Estado capitalista que tiene inscrita la violencia de género en su ADN como auxiliar de la explotación de clase.

En el marco de esa polémica, elaboramos el planteo de creación un Consejo Autónomo de Mujeres y Diversidades y presentamos un proyecto de ley en el Congreso antes del propio 3 de junio. Se trata de un instrumento de las luchadoras para enfrentar al Estado que promueve la violencia, la discriminación y el rol subalterno del colectivo femenino y de la diversidad. Un organismo con independencia política del Estado, electo por el voto directo de las mujeres y diversidades desde los 13 años y con un directorio que deba responder y rendir cuentas ante las organizaciones de lucha, con mandatos revocables. Hicimos un planteamiento para apuntalar la autonomía política del movimiento de lucha frente a los gobiernos, con un organismo como el Consejo Autónomo que le diera poder a las mujeres y diversidades en su lucha contra “el Estado responsable” en un cuadro de ascenso de la movilización y organización. Un organismo de doble poder para reforzar la pelea contra los femicidios y por la asistencia a las víctimas de violencia de género, por el acceso a la justicia, contra la brecha salarial y precarización laboral, contra el oscurantismo reproducido desde las mismas instituciones del Estado, para separar a las iglesias del Estado. Un planteo opuesto por el vértice al fortalecimiento del aparato estatal al servicio de la cooptación y el desvío de nuestras luchas.

Finalmente la propuesta de creación del ministerio fue eliminada de la proclama que convocaba a la movilización, pero recuperada no ya por un pujante movimiento de lucha que se abre curso desde abajo, sino por los sucesivos gobiernos. El planteo de “elevar a mayor rango institucional” organismos estatales de mujeres como salida a nuestras demandas lo tomó Mauricio Macri primero, que convirtió al Consejo de la mujer en Instituto Nacional designando como directora ejecutiva a Fabiana Tuñez -quien pasó de activista feminista a funcionaria macrista- y luego vino la creación del ministerio de mujeres y diversidades con Alberto Fernández, otro gobierno preocupado por integrar,  contener y desviar un movimiento de lucha tan poderoso como fue la ola verde, por la vía de la cooptación estatal. El último gobierno peronista creó un ministerio y anunció que le ponía “fin al patriarcado”, pero culminó con niveles récords de feminización de la pobreza, precarización del trabajo y de la vida de las mujeres, y sin haber tomado una sola medida para frenar la friolera de un femicidio diario, ni garantizar el acceso a la justicia.

El cierre del ministerio por parte de Milei buscó generar un impacto simbólico de una ofensiva que, lejos de destruir al Estado capitalista, busca reforzar su potencia represiva y su intervención contra las mujeres y toda la clase obrera. El cierre reciente de más de 13 programas de asistencia a víctimas, que fueron vaciados de presupuesto por todos los gobiernos, con el argumento sostenido por Cúneo Libarona de que eran “ideológicos” en realidad es lo contrario: son los liberfachos los que usan estas herramientas para reforzar una ideología oscurantista y retrógrada de regimentación y tutela estatal de la sexualidad, las relaciones personales y familiares, basadas en jerarquías de clase y de género y la autoridad despótica del capital sobre el trabajo y de los varones sobre las mujeres. El “Pakapaka libertario” es expresión de esta guerrilla de adoctrinamiento “contra el comunismo y contra el wokismo”, es decir contra la ESI, que buscan implementar con los recursos de los medios públicos: puro intervencionismo del Estado, de carácter abiertamente reaccionario.  Lo mismo vale para las recurrentes amenazas de volver al aborto clandestino con la ilegalización de la interrupción voluntaria del embarazo - lo que muestra que bajo el capitalismo ninguna conquista es para siempre en la medida que no terminemos con el régimen de explotación que requiere de la subordinación de la mujer.

Milei puede avanzar en este camino apoyado en el desprestigio de un ministerio de funcionarias con pañuelo verde hambreando al pueblo y defendiendo el pacto con el FMI. Quiere poner un signo igual entre la lucha de las mujeres y diversidades con la cooptación peronista y la integración de un sector al Estado, y de este modo presentar al colectivo femenino y de la diversidad que pelea por sus derechos como un “sector privilegiado” de la sociedad. Estamos frente a una burda manipulación por parte de los estafadores del cripto gate que llenan de ñoquis el PAMI y la Casa Rosada y gobiernan agigantando los servicios de espionaje del Estado, que sostienen que la casta somos las mujeres, los jubilados, las infancias, la gente con discapacidad, los trabajadores precarizados del sector público.    

Ni una menos, el Estado es responsable

Esta fue la consigna promovida por el Partido Obrero y el Plenario de Trabajadoras que se abrió curso en nuestro movimiento de lucha y mantiene absoluta vigencia. Batallamos por una clarificación política sobre el carácter y la naturaleza de clase del Estado capitalista, que es el gran responsable del nivel de ataques que hoy viven las mujeres. Los gobiernos que no han sido capaces de desmantelar una sola red de trata, que han respaldado a sus impulsores en el terreno de la esclavitud sexual y laboral, los gobiernos de la precarización laboral, los que cobijan entre sus principales representantes a los ejecutores mismos de la violencia, sólo intrusan el movimiento para paralizarlo, despolitizarlo y buscar diluir cada responsabilidad. 

La lucha para derrotar a Milei no podría valerse de un ministerio dirigido por funcionarias libertarias. Cobra plena actualidad nuestro planteo de creación de un Consejo Autónomo de Mujeres y Diversidades con independencia política, electo por las mujeres y diversidades supervisado por las organizaciones de lucha, para de esta manera promover la organización independiente como herramienta fundamental para avanzar en la pelea contra este régimen de explotación y violencia. Un organismo con poder de intervención y denuncia de situaciones laborales o familiares de violencia contra las mujeres y diversidades, así como facultades para exigir la inmediata intervención judicial y estatal para la protección integral de las víctimas.

A una década del primer 3J, las mujeres y diversidades nos unimos este miércoles 4 de junio a la ronda de las y los jubilados, junto a las familias y trabajadorxs del sector de discapacidad, al Hospital Garrahan y todos los sectores en lucha para volver a gritar Ni Una Menos y ¡Fuera Milei!

El 4J todas y todos a Plaza Congreso
A las 15:00, por Ni Una Menos, por los jubilados, contra el ajuste en discapacidad, por el Garrahan, por todas las luchas, en defensa del derecho a huelga y para que se vaya Milei. -
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Se multiplican las denuncias por obstáculos en el acceso al aborto legal
El gobierno bloquea la implementación de la IVE y vacía programas de anticoncepción. -
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