Mujer

29/7/2023

CABA

“Solo la izquierda defiende la lucha contra los femicidios y la impunidad del Estado”

Vanina Biasi se reunió con familiares de víctimas de femicidios en el Parque Chacabuco.

Foto: @ojoobrerofotografia

Vanina Biasi, precandidata a jefa de gobierno por el Frente de Izquierda, participó el sábado 22 de julio de un encuentro con familiares de víctimas de femicidios en el Parque Chacabuco, organizada por el Plenario de Trabajadoras con el título: “La lucha contra los femicidios y la impunidad del Estado”. Participaron del panel Susana y Daniel Basaldúa, papás de Cecilia; Violeta y Lucas, la madre política y el hermano de Claudia Tupa junto a compañeras y amigas de la joven, y enviaron su saludo Marisa y Facundo, papás de Luna Ortiz.

La charla realizada en plena campaña electoral tuvo por objetivo poner en el centro de debate los problemas que nadie quiere discutir en esta campaña electoral. Como denunció Vanina, los Jorge Macri, Lousteau y compañía nos quieren hacer creer que el problema de la Ciudad es la gente pobre que se manifiesta y sale a la calle contra el hambre, y que se resuelven con medidas represivas y contra el derecho a la protesta. O con la implementación de pistolas taser contra la inseguridad, como sostiene Leandro Santoro. Pero nadie quiere resolver el problema de la pobreza ni mucho menos de la violencia y los narcofemicidios, que son la más dura expresión de la inseguridad que viene desde arriba, fomentada por un régimen de negociados con el que se se benefician degradando cada vez más al pueblo trabajador.

Ante un centenar de concurrentes y transeúntes, los padres de Cecilia Basaldúa (joven porteña asesinada en Capilla del Monte, Córdoba) denunciaron el entramado de poder que involucra el femicidio de su hija, el juicio trucho que tuvieron que desarmar para que no se condene a un peón rural que querían utilizar como “chivo expiatorio” para proteger a la policía y el negocio narco que hay detrás del crimen, y la lucha que están librando actualmente en  la causa  para que no termine durmiendo el sueños de los justos, en una clara denuncia a la acción del Estado.

El relato de los familiares da cuenta sobre el sendero de violencias, destrato y abandono que sufren las familias trabajadoras por parte del Estado luego de haber sufrido la muerte de una hija. El sesgo de clase se hizo notorio en cada testimonio, como en el de Claudia Tupa que salió en vivo en todos los canales de televisión, pero cuando se fueron las cámaras, ni a la justicia ni a los funcionarios de la Ciudad les interesó lo que ocurre con mujeres pobres de la comunidad boliviana en los barrios pobres. O en la denuncia de Daniel sobre el accionar del gobierno en Córdoba, que envió especialistas forenses a intervenir ante el femicidio de Cecilia Strzyzowski en Chaco (un caso donde ha avanzado mucho el esclarecimiento), mientras le niega a su familia esas actuaciones para conocer las responsabilidades detrás del crimen de su hija.

El papá de Cecilia Basaldúa también contó lo mucho que le costó que la legislatura porteña se pronuncie en apoyo al reclamo por justicia. Una iniciativa impulsada por nuestra compañera Amanda Martín que todas las fuerzas políticas en pleno -empezando por el kirchnerismo que presidía la comisión de mujer de la Legislatura- se negaban a tratar y que sólo pudo impulsarse con la presencia de los familiares denunciando este agravio en la propia comisión legislativa.

Por su parte, familiares y amigas de Claudia Tupa Lotore, compañera delegada del Polo Obrero de Parque Avellaneda asesinada en un bar de Floresta, retirada del local  y arrojada a la calle impunemente, tomaron la palabra con un relato conmovedor que describía quién era Claudia y su lugar dentro de la lucha por organizarse contra el hambre que el mismo Estado promueve. Nuevamente, la causa de Claudia está paralizada, el fiscal Yapour no avanza porque ello implicaría desbaratar los negociados de la droga y la explotación sexual que la Comisaría N° 10 mantiene en la zona. La misma responsabilidad le cabe al gobierno de Larreta y sus funcionarios, que siguen sin responder si el local “El gallito de Floresta” contaba o no con habilitación, y cómo es posible que este tipo de boliches donde se droga y abusa mujeres funcionen a plena luz del día en distintos barrios de la Ciudad.

Varias intervenciones posteriores, de compañeras que viven en las barriadas más castigadas por el ajuste pusieron en primer plano la convivencia cotidiana con la violencia y la inexistencia de mecanismos para abordarla o para darle a las mujeres una salida del contexto donde son vulneradas. Por el contrario, los gobiernos sostienen un régimen que reproduce la violencia contra las mujeres y diversidades, mientras refuerzan el desamparo y el abandono, sin centros de asistencia, ni acceso a la justicia, ni nada. Todo ello ligado a una situación más general: desocupación o trabajo precario, salarios miserables, alquileres altísimos, inexistencia de subsidios o asistencia médica en salud mental.

María del Carmen, trabajadora y fundadora del sindicato de trabajadoras de casas particulares, vecina de la Villa 31 y precandidata, expresaba “las mujeres empobrecidas somos las que padecemos, somos las que sufrimos pero no hay ningún político hablando de nosotras, solamente la izquierda”. Incluso cuando hablan de ellas, solo es con el propósito de señalarlas como “malas madres” por tomar las calles con sus hijxs para reclamar comida en los comedores barriales y trabajo genuino. Desde la actual ministra de Desarrollo Social y candidata de Unión por la Patria, Tolosa Paz, pasando por Larreta y Acuña en el ámbito de CABA y todo el arco de candidatos que pretenden instalar que reprimiendo los piquetes resuelven el problema del hambre.

La conclusión necesaria: la situación actual se profundiza y ninguna fórmula ofrece una salida, pero más importante aún “la violencia y los femicidios no son parte de la agenda política de ninguna fuerza, la han borrado completamente”, resalta Vanina Biasi.

Solo una fuerza política como la nuestra puede reunir a los protagonistas de estas luchas en apoyo a nuestras candidaturas en plena campaña electoral. Porque somos quienes todos los días estamos poniéndole el cuerpo a esta pelea en cada barrio y en cada rincón del país, aunque no lleguen las cámaras de televisión. Y en esto consiste también el debate que tenemos dentro del Frente de Izquierda, que se presenta en dos listas separadas en las Paso.

A diferencia del partido de Myriam Bregman y Nicolás Del Caño, la fortaleza de la lista que encabezan Gabriel Solano y Vilma Ripoll a nivel nacional y Vanina Biasi en la Ciudad está en su ligazón y compromiso con las luchas populares y con los trabajadores que más sufren la violencia del Estado en todas sus formas. Estamos discutiendo dos orientaciones, porque nuestra convicción es que la izquierda no puede dedicarse a construir figuras electorales disociadas de los procesos de organización de nuestro pueblo, sino que debe ser una alternativa que en cada terreno y frente de lucha, sea un canal de organización y movilización de las y los trabajadores.

Nuestra  campaña electoral tiene como norte profundizar la organización junto a quienes luchan contra la violencia y contra la responsabilidad del Estado, sus gobiernos y las fuerzas políticas que le son tributarias.

La izquierda que construimos pone en primer plano y como protagonistas a quienes nos organizamos en los barrios y ponemos el cuerpo contra el abuso y la prostitución infantil, la explotación sexual, y la trata de personas vinculadas al narco. Estamos luchando por el voto que le duele a los dueños del poder.

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