Uruguay: al TLC en cámara lenta

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Tabaré Vázquez anunció que Uruguay comenzará inmediatamente a negociar un “Tifa” (Acuerdo Marco de Comercio e Inversiones, según su sigla en inglés) con Estados Unidos.
Los llamados Tifa “son un instrumento que usa Estados Unidos para dotar a países de muy bajo desarrollo de un software capitalista básico o bien, en el caso de socios a los que asigna algún tipo de prioridad, para ir más allá de las reglas multilaterales en temas de su particular interés, como propiedad intelectual” (El Cronista, 6/10). El Tifa — que será complementario del Tratado de Protección de Inversiones firmado por Uruguay y Estados Unidos el año pasado — establece un “Consejo bilateral que negocia acuerdos concretos” (ídem). Afganistán, Irak (países ocupados) y la Asociación de países del sudeste asiático (Asean) fueron los más recientes firmantes de acuerdos de este tipo.
Enrique Iglesias, ex presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, señaló que “el Tifa es un paso prudente y positivo, porque establece un mecanismo de negociación ampliada de relaciones comerciales y de inversiones con Estados Unidos en un plano privilegiado (y) no excluye que el país llegue a un TLC (a partir) del avance de estos procedimientos” (espectador.com, 29/9). Mientras negocian las dificultades que se presentan en materia agrícola, Bush y Tabaré Vázquez han decidido marchar al TLC... en cámara lenta. .
“Reformas”
Mientras negocia el “Tifa”, el gobierno frenteamplista refuerza las “reformas” reclamadas por el FMI: tributaria, de la salud, del Estado, autonomía del Banco Central. El Frente Amplio impulsa el pasaje de las empresas públicas al “derecho privado” (convertirlas en sociedades anónimas), o sea someterlas a la Bolsa, y liquidar la estabilidad de los funcionarios públicos. Recientemente, el ministro José Mujica indicó que “el Estado debería vender acciones de las empresas públicas para darle refugio a la clase media uruguaya, que no sabe dónde invertir” (La Diaria, 1/9). Es la versión “tupamara” del “capitalismo popular” de la Thatcher y Menem.
El reciente Congreso del PIT-CNT, después de festejar la postergación del TLC, se negó a rechazar la “reforma del Estado”. El presidente de Cofe (Confederación de Obreros y Funcionarios del Estado), por su parte, aceptó discutir la eliminación de la estabilidad de los trabajadores estatales.