Políticas

21/8/2025

14 años después, se hace el juicio por las coimas con que buscaron impunidad en el caso Mariano Ferreyra

Pedraza murió, el juez Riggi se jubiló, y ninguno fue juzgado por el hecho.

Juez Riggi.

En el día de ayer comenzó el juicio por las coimas pagadas en el caso Mariano Ferreyra por parte de José Pedraza, para evitar el avance de la investigación contra el mismo Pedraza y para levantar las prisiones preventivas contra los responsables materiales del asesinato de nuestro compañero. Impulsa el juicio la querella de Pablo Ferreyra y Beatriz Rial, representada por el Cels.

En noviembre de 2010, luego de las enormes movilizaciones por el asesinato de Mariano, la justicia encarceló a gran parte de la patota que actuó el 20 de octubre, y fundamentalmente a Favale y Sanchez, quien eran ya señalados como autores materiales del asesinato de Mariano y las graves heridas a Elsa Rodríguez y otros compañeros.

En enero, Pedraza comenzó un operativo de impunidad para direccionar el sorteo de la sala de Casación, que iba a resolver sobre las prisiones preventivas a la sala 3, para poder influir sobre los jueces de esa sala (Riggi, Mitchell y Catucchi) y así garantizar un fallo de impunidad que excarcelara a los asesinos y le pusiera límites a la investigación del plan criminal que derivó en el asesinato y que tenía a Pedraza como principal responsable. 

Los nexos de este operativo fueron el agente de la Side, Juan José Riquelme, y el ex Juez Araoz de Lamadrid, que tenía contacto directo con Riggi. Pedraza pagó 50.000 dólares al ex juez y una suma menor a Riquelme, como primeros pagos, para garantizar el operativo de impunidad. Así, organizaron el arreglo del sorteo de la apelación para que le tocara a la sala 3. Quien garantizó este sorteo fraudulento fue Luis Ameghino Escobar durante el mes de enero de 2011. Mientras tanto, el juez Mitchell se encargaba de denegar el tratamiento del caso por parte de la sala de feria, para garantizar que lo tomara la sala 3. El objetivo final del operativo era influir sobre Riggi y Mitchell, y no pudo haberse llevado adelante sin su conocimiento. Sin embargo, Riggi nunca fue investigado y fue sobreseído por Norberto Oyarbide, y Mitchell ni siquiera fue imputado.

Mientras el juez Mitchell renunció poco tiempo después a la Cámara de Casación, en medio de una denuncia por sus vínculos con la dictadura militar, el Juez Riggi se jubiló en el cargo, en 2023, al alcanzar los 75 años, sin ser importunado por su involucramiento en este operativo de coimas.

De manera tal que el juicio tiene una particularidad: los dos principales responsables de todo el operativo no están en el banquillo de los acusados. En el caso de Pedraza, falleció preso durante los 14 largos años pasados entre los hechos y el juicio. En el caso de los jueces Riggi y Michell, el primero fue sobreseído y el segundo nunca fue imputado. En el medio, la causa sufrió demoras solo explicables teniendo en cuenta cómo los jueces de Comodoro Py protegen, en primer lugar, al resto de los jueces de Comodoro Py. El juicio tiene el valor de que irá mostrando las distintas facetas de esta corruptela judicial para garantizar la impunidad de Pedraza, pero sin avanzar en condenar a los verdaderos responsables tras bambalinas: uno muerto, el otro jubilado.

Las maniobras de impunidad de Pedraza con la justicia y el gobierno

Lo que desbarató el operativo fueron las escuchas ordenadas en su momento por la jueza Wilma López, que permitieron ver en vivo cómo se organizaba la coima. Esto llevó al allanamiento del estudio de Octavio Aráoz de Lamadrid en donde se encontraron los 50.000 dólares, que habían sido pagados por Angel Stafforini y Susana Rita Planas, directivos del Belgrano Cargas y de la Cooperativa Unión del Mercosur. Justamente, la cooperativa recibía fondos estatales para contratar trabajadores tercerizados de la línea Roca. Quienes intervinieron en la coima eran los mismos garantes, junto a Pedraza, del negociado de la tercerización, el que, justamente, cuestionaba la movilización de trabajadores tercerizados que fue atacada por la patota que terminó matando a Mariano.

Por el mismo mes de enero, Pedraza conspiraba contra el ingreso de trabajadores tercerizados a distintas líneas de Ferrocarril, nada menos que con el entonces ministro de Trabajo, Carlos Tomada. Las escuchas desataron un escándalo público porque pusieron de relieve los enormes vínculos políticos de Pedraza con el kirchnerismo, que hizo valer después del asesinato para garantizarse la impunidad.

La derrota de todas estas maniobras fue producto de una enorme y masiva participación popular en la lucha por justicia, una batalla que el Partido Obrero dio a fondo y que logró llevar a la cárcel a Pedraza. Este proceso puso en el banquillo de los acusados a un aparato de corrupción e impunidad de la burocracia sindical, los empresarios y el Estado, en todos sus niveles, a costa de la precarización laboral, una estructura que sin embargo nunca fue desmantelada. Los negocios de la burocracia sindical empresaria, que en su momento representaba Pedraza y su “sindicalismo ejemplar” (como dijo en su momento Cristina), hoy son fundamentales para entender por qué la burocracia pacta con Milei, con quien tiene, además de todo, un pacto de impunidad.

El desmantelamiento de esta costra mafiosa del capitalismo argentino sigue siendo una gran tarea planteada para la clase trabajadora.

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Editorial de Gabriel Solano en 14 Toneladas T2E29. -
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