Políticas

6/11/2025

Causa de los Cuadernos: la corrupción capitalista la pagamos los trabajadores

Inició el juicio contra decenas de empresarios, Cristina Kirchner y funcionarios por negociados con la obra pública.

Causa de los cuadernos.

Este jueves 6 de noviembre, en horas de la mañana, comenzó el juicio oral en la “causa de los cuadernos”, donde se investiga las responsabilidades públicas y privadas en las coimas y sobreprecios para la adjudicación de la obra pública, con la expresidenta Cristina Kirchner, funcionarios de su gobierno y decenas de empresarios de la patria contratista y la burguesía nacional en el banquillo de los acusado. La causa, que expone los negociados y chanchullos inherentes a los negocios capitalistas, fue utilizada por el gobierno de Milei para justificar la supresión de la obra pública y castigar, por partida doble, a los trabajadores.

El juicio a cargo del Tribunal Oral Federal 7 cuenta con 87 imputados, de los cuales 20 son exfuncionarios públicos (entre ellos Cristina Kirchner, Julio De Vido, José López y Roberto Baratta) y 60 son empresarios pertenecientes a la “patria contratista” y la burguesía nacional (entre ellos el primo de Mauricio Macri, Ángelo Calcaterra, representantes de Techint y los referentes de la Cámara de la Construcción Carlos Wagner y Juan José Chediack), con más de 600 testigos y una duración que se estima podría extenderse entre dos y cuatro años, con la mayoría de estos en libertad.

Lo que se investiga es la existencia de una asociación ilícita, constituida en rededor de la obra pública, con el pago de sobornos por parte de las contratistas del Estado a funcionarios públicos para la adjudicación de obras millonarias, infladas con sobreprecios, que beneficiaron a un puñado de capitalistas parasitarios.

Los principales damnificados de todo esto son los trabajadores, con un desfalco del Estado orquestado para que un puñado de patronales de la burguesía nacional se enriquezca, con obras que nunca llegaron a su terminación y fueron abandonadas, como el soterramiento del Ferrocarril Sarmiento, y otras que fueron directamente anuladas bajo el gobierno de Milei con la mentira de “terminar con las coimas”, en un ajuste directo contra los trabajadores por parte de un gobierno que multiplica los escándalos exponencialmente (coimas Andis, estafa $Libra, narcosdiputados, etc.).

Los capitalistas imputados buscan evadirse de su evidente responsabilidad y participación en los delitos investigados, siendo los principales beneficiados del pago de coimas para acaparar la obra pública, surfeando entre la estrategia de presentarse como “arrepentidos” o como “victimas” de una supuesta extorsión de los funcionarios públicos. Esto llevó a que recientemente la mayoría de estos imputados intentara evitar el proceso judicial “comprando” su libertad con un tipo de coima avalado por el art. 59 del Código Penal, que establece que una causa se extinguirá “por conciliación o reparación integral del perjuicio”, ofreciendo un vuelto de lo que realmente se embolsaron durante más de una década. Algo que fue rechazado por el juez ya que implicaría un escándalo sin precedente, lo que no obsta de que los capitalistas finalmente salgan impunes o con penas leves.

La “causa de los cuadernos” fue instituida para dirimir una pelea entre capitalistas por el control de la obra pública y los negocios asociados, con injerencia directa del imperialismo norteamericano en detrimento de la asociación de inversiones chinas y el capital parasitario de la patria contratista, exponiendo una dinámica que es propia de los negocios capitalistas: las coimas y arreglos debajo de la mesa para amañar un negocio y beneficiar a un puñado de capitalistas a costa de los intereses de las mayorías trabajadoras. Un coletazo del Lava Jato bresilero, con una empresa Odebretch que financió a la casi totalidad d elos aprtidos políticos de la argentina, con excepción de los del FIT-U.

Quienes pagan los platos rotos de esta disputa no son los capitalistas enriquecidos sino los trabajadores que, por un lado, son confiscados por el Estado y las patronales para financiar los negocios y los sobreprecios de los capitalistas y sus representantes políticos y, por el otro, son privados de las obras públicas postergadas, suspendidas o directamente anuladas por los gobiernos capitalista.

La obra pública no puede ser suspendida o ajustada bajo falsos pretextos que encubren un ajuste real contra la población, sino que deber ser puesta bajo control d ellos trabajadores, respondiendo a las necesidades sociales reales (obras hídricas, viviendas, infraestructura, etc.) y no a los negocios capitalistas. Que las patronales parasitarias y sus representantes políticos (peronistas, macristas y “libertarios”) sean condenados por sus chanchullos y negocios espurios, que no son patrimonio exclusivo de un tipo de gobierno, sino la naturaleza de los gobierno capitalistas… todos ellos coimeros.

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