Sin que haya pasado aún una semana de todo tipo de agravios entre Milei y la amenaza de Torres de frenar el envío de combustible, el gobernador fue de los primeros en anotarse en el pacto de 10 puntos de ajuste y saqueo que planteó el presidente en el inicio de sesiones en el Congreso Nacional.

Es que la espuma mediática de Torres y Milei fue aplacada rápidamente por la advertencia del FMI que observó la necesidad de reunir las condiciones políticas para hacer pasar la política de guerra del gobierno nacional contra las y los trabajadores. Con un fallo judicial de poco alcance el gobernador depuso sus pretensiones tribuneras para reencauzarse en lo que él mismo se jacta: ser uno de los mejores alumnos de Milei en cuanto a lo que ajuste se trata.

En este mismo sentido de reunir capital político para hacer pasar el ajuste se ubica el planteo de la “fusión” entre el PRO y los libertarios. En un guiño a este planteo capitaneado por Macri, Patricia Bullrich dio un paso al costado en su disputa por la presidencia del partido.

En el propio inicio de sesiones en la legislatura, Torres fue preciso en su agenda: más ajuste, entrega de los recursos y competitividad para el empresariado. Es por esto que el pacto que plantea Milei viene como anillo al dedo al gobernador, pues el programa consiste en déficit cero, más ataque a las jubilaciones con la vuelta de las AFJP, reforma laboral, explotación de los recursos naturales entre otras medidas.

La zanahoria del gobierno nacional es la promesa de discutir la coparticipación en este pacto. La quita de los fondos de coparticipación fue explícitamente una extorsión para disciplinar a los gobernadores, todos al frente de provincias al borde de la quiebra y sin ninguna intención de afectar intereses capitalistas para investigar esas deudas, desconocerlas o bien avanzar en impuestos progresivos a los capitalistas. La discusión sobre la distribución de la coparticipación es la herramienta de presión pero también de disolución del “frente único” que hicieron los gobernadores para patalear ante la quita. Es que algunas provincias tienen un índice inferior de recupero de lo que aportan y otras superior. La disputa por esa torta anticipa nuevas posibles crisis.

Como observamos desde la banca de la Legislatura provincial, cuando todas las fuerzas políticas salvo el FIT-U se encolumnaron detrás de Torres y le votaron un cheque en blanco, la lucha contra los ataques del gobierno nacional es fundamental que sea independientes de los gobernadores. De otra forma vamos camino a la derrota, y en este caso pasaron muy pocos días para que se confirme este planteo.

Por delante tenemos el parlamento de gobernadores y diputados que se realizará el 7 de marzo en la ciudad de Puerto Madryn. La unidad de gobernadores patagónicos se basa en profundizar los negociados capitalistas en la región, tal como planteó Bullrich al referirse a la meseta chubutense como un lugar lleno de guanacos y sin gente. Está también detrás una fuente de nuevos posibles choques, puesto que en 2025 vencen las concesiones de las hidroeléctricas como Futaleufú, cuya administración está en disputa entre el gobierno nacional y las provincias, sin cuestionar los beneficios multimillonarios que esa represa significó para Aluar.

Es necesario un plan de lucha de todos los sindicatos y movimientos de Chubut, camino a una huelga general necesaria para derrotar el plan motosierra y licuadora de Milei y los gobernadores. Vamos a una gran asamblea nacional de trabajadores ocupados y desocupados el 13 de abril para poder avanzar en el camino de la organización y la lucha y profundizar la intervención de la clase obrera de forma independiente al conjunto de los represores y ajustadores.