Políticas

29/3/2022

Consejo Económico y Social: crearán “mesas sectoriales” para liquidar los convenios

Se reunieron funcionarios, empresarios y burócratas sindicales para pergeñar la reforma laboral.

Imagen: Perfil.

Tuvo lugar una nueva convocatoria del Consejo Económico y Social, comandado por el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz, en la cual se presentó el Plan Argentina Productiva 2030. El mismo plantea la creación de mesas sectoriales compuestas por empresarios, representantes de la burocracia sindical y el Estado con el objetivo de fomentar la inversión para “crear empleo”. A juzgar por el resultado de experiencias similares, el principal interés de esas mesas será flexibilizar los convenios colectivos de trabajo, una cuestión de primer orden para las patronales y el FMI.

No se precisa mucha sagacidad para concluir que nada bueno pueden esperar los trabajadores de esa iniciativa. Las últimas veces que se reunieron funcionarios del gobierno con burócratas sindicales y capitalistas salió de allí la reforma laboral en Toyota, o, yéndonos más atrás en el tiempo, la adenda flexibilizadora en petroleros, y, recientemente, el “aumento” de indigencia para el salario mínimo o el aumento de la jornada laboral previsto en Mercado Libre. Lo único que logra esta ofensiva es aumentar la explotación obrera, bajo el pretexto de incrementar la tasa de inversión que sin embargo no despunta.

El discurso de cierre estuvo a cargo de Alberto Fernández, quien le habló a un auditorio compuesto por dirigentes gremiales, miembros de las organizaciones sociales oficialistas, empresarios e integrantes de la coalición gobernante como Juan Manzur y Sergio Massa. En su alocución, insistió sobre la idea de que el acuerdo alcanzado con el FMI era ineludible para que “Argentina se desarrolle”, ocultando los efectos recesivos del programa rubricado, ya que encierra subas de la tasa de interés encareciendo el crédito y le pone coto a las importaciones a fin de preservar las divisas para el pago de la deuda. Luego, sentenció que la “especulación financiera es muy frágil y no sirve de nada”, cuando viene de subir 6 puntos la tasa de interés del Banco Central en lo que va del 2022 en beneficio de la banca poseedora de Leliqs y a costa de la “economía real”.

Con respecto a la inflación, trató de remediar su papelón televisivo, sobre que la misma sería un fenómeno “autoconstruido” en la psiquis de las personas, enfatizando esta vez que “nada lastima más que la inflación”, para luego dedicarse a un “análisis” de cómo afecta subjetivamente el problema señalando que “lo que sentimos es que lo que ganamos nos dura poco, no nos deja ahorrar, proyectar ni crecer para futuro”, como si con semejante dieta sufriera en carne propia los efectos devastadores de la suba de precios que sí padecen millones de jubilados, desocupados y trabajadores informales sumidos en la indigencia a causa de sus políticas. Lo más indignante es que se limitó a describir los males que acarrea la inflación sin anunciar ni una sola medida para combatirla.

A su turno, afirmó que mira “con intranquilidad que haya más de un millón de argentinos que viven de un plan que les da el Estado”, volviendo al viejo discurso de “convertir los programas sociales en trabajo”, pero no sobre la base de crear empleo genuino y encuadrar a los precarizados bajo convenio, sino subsidiando a las patronales para que contraten beneficiarios de un plan social pagándoles solo un porcentaje del sueldo, presionando a la baja el salario y las condiciones laborales del conjunto de la clase trabajadora.

Cabe destacar, que en la conferencia tanto Massa como Alberto Fernández hicieron un llamado a establecer un pacto social que congregue al oficialismo, a la oposición patronal, al empresariado y a la burocracia sindical. En ese sentido, el presidente de la Cámara de Diputados sostuvo que “sentados a una mesa gobierno y oposición podemos darle los argentinos políticas de Estado”. A su turno, el mandatario citó de manera risueña un fragmento de la reunión que había mantenido el día anterior con miembros de la CGT y la UIA, a quienes interpeló diciendo: “por qué una vez no probamos con sentarnos a una mesa y nos contamos qué nos pasa; y hagamos una suerte de terapia de grupo y encontremos una solución en conjunto, dialogada”. El “diálogo” que buscan no tendrá otra finalidad que la de tejer una malla de contención en pos de que las mayorías populares no levanten cabeza frente a los ataques que depara la hoja de ruta del FMI.

En definitiva, la reunión del Consejo Económico y Social y los discursos que acogió se inscriben en el intento del oficialismo de urdir acuerdos que le garanticen la gobernabilidad, a sabiendas que la crisis política que lo asola en estos momentos atenta contra las políticas de ajuste fondomonetarista que se dispone a aplicar. A su vez, la concertación sirvió de usina de la reforma laboral convenio por convenio. A los trabajadores nos toca enfrentar en las calles el acuerdo ruinoso con el FMI y todas sus consecuencias.

 

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