Políticas

17/2/2005|887

Diario de campaña II


Los compañeros del barrio 2 de Abril, de Hurlingham, aportaron una novedad a esta recorrida en la provincia de Buenos Aires para poner en pie una alternativa política obrera y socialista. El sábado 5 de febrero convocaron un festival en la puerta de un comedor con varias bandas, todas solidarias y todas definidas en sus actuaciones a favor del objetivo político.


 


 


Lucha en Hurlingham


 


Pero toda una lucha política se desenvolvió para su realización. Los compañeros, con tiempo, dieron aviso a la Intendencia indicando la calle donde se realizaría y realizaron una agitación masiva en el barrio. El intendente Acuña en persona llamó por teléfono para acusar recibo. Sin embargo, al momento de cortar el tránsito y emplazar el palco, la policía impidió todo “por desconocimiento y falta de autorización por escrito”.


 


Buscaban retrasar e impedir todo. Retrasados, pero sin que nadie se moviera del lugar, iniciamos un acto político ‘de prepo’ en la calle, que llegó a reunir 180 personas, con decenas de vecinos del barrio que se acercaron, en algunos casos trabajadores sindicalizados de varias cuadras a la redonda.


 


En el discurso responsabilizamos del intento de proscripción política a Acuña. Aplaudidos por los vecinos denunciamos a la policía golpeadora de la juventud pobre del barrio, cuyos capitostes escucharon en la puerta de la Comisaría, a una cuadra del lugar, gracias al poderoso sonido, a precio solidario, que dio una enorme proyección del acto a toda la barriada.


 


De inmediato, puertas adentro del terreno del comedor comenzó el festival, que se transformó en un hormiguero con más y más contingentes juveniles a medida que avanzaron las horas y el baile. Un comienzo aguerrido en Hurlingham. Propongo que llevemos a las asambleas del Polo a los pibes trabajadores que se acercaron en bandas, invitémoslos al campamento juvenil, ayudémoslos frente a la explotación que sufren en sus laburos, organicemos a los desocupados en los grupos juveniles. Serán los más decidios en las pintadas, con los afiches, contagiarán a sus amigos y empezarán a formarse como una juventud socialista que se levanta ante la barbarie capitalista.


 


Los vecinos resaltaron la lucha contra la privatización del cementerio, una tendencia generalizada en varios distritos bonaerenses.


 


Nos vamos ahora hacia Almirante Brown. Allí comprimimos, en un solo día, seis asambleas en los más diversos puntos de este enorme distrito (una de ellas pasando el límite, en un barrio del distrito Presidente Perón) y una conferencia de prensa nocturna final (yo debía viajar al acto del PO en Santiago del Estero). El esquema resintió la salida por los medios, aunque compensaron el esfuerzo dos buenos y largos reportajes por una AM del distrito y por Radio Baires de Lomas al otro día, ya desde Santiago.


 


Si Almirante Brown es la provincia, tenemos para hamacarnos, o mejor dicho para hacerlos hamacar. En las asambleas saltaron los gravísimos problemas de salud. No hay salita en Villa París, un asentamiento sumergido hasta lo indecible, donde las compañeras y compañeros con sus hijos son rechazados en los hospitales más cercanos si no tienen domicilio en el distrito; a menudo concurren al Hospital de Presidente Perón y en Solano al de Quilmes, con el mismo problema. Las salitas no atienden las 24 horas, un problema general en toda la provincia de Buenos Aires. Además, hay contaminación en el arroyo Las Perdices, al igual que en las napas, y falta de agua corriente generalizada.


 


Pero el intendente Rodríguez, con su superávit, pudo otorgar un subsidio adicional de 400.000 pesos a la policía bonaerense cada seis meses, reforzando a los cerebros de la “ola de inseguridad”. También encontró fondos para subsidiar el 30% del parque industrial de Burzaco, en inversiones por cuenta de los capitalistas. Para limpiar y entubar los arroyos no hay fondos, como no los hay para las redes de agua corriente, ni para la salud. Pero los impuestos se cobran mediante el anticonstitucional recurso de incluir las tasas municipales en la boleta de la luz, situación que será motivo de nuestra denuncia política.


 


Es, en cambio, un distrito “estrella” en el uso de planes Jefes en hospitales, salitas o tareas municipales, y ahora se piensa sumar a la nueva onda kirchneriana de las “cooperativas de trabajo” (en negro) como las de La Matanza. Como se ve, este duhaldista no se diferencia en nada del felipista Ballestrini. La disputa entre Solá y Duhalde es una pelea por las cajas negras de la política, una expresión de la descomposición del PJ.


 


 


Claypole


 


Votamos campañas de movilización vecinal por todas las reivindicaciones. A las asambleas se sumaron vecinos activistas de los monobloks de Vitum, en Claypole, un complejo que terminaron de construir los ocupantes de casas abandonadas, a los cuales ahora quieren desalojar, buscando enfrentarlos con adjudicatarios que pagaron cuotas y fueron estafados porque nadie terminó sus viviendas. Abordamos el problema de la titularización de tierras, que es candente por los plazos. El Partido se pondrá en cada barrio afectado al frente del reclamo con nuestra gran arma, que es la movilización política de los vecinos. Ello les abrirá la vía para arrancar sus soluciones y ganaremos la autoridad para promover el salto hacia la conciencia de organizarse políticamente como explotados, que es el sentido de la alternativa obrera y socialista.


 


Los jóvenes estuvieron presentes en casi todas las asambleas, pero llamó la atención el pronunciamiento de los dirigentes del Centro de Estudiantes del terciario Nº 53 a favor de la candidatura en discusión. Es una veta para dirigirnos a todo el movimiento estudiantil, al activismo docente, a las organizaciones de lucha. De hecho, en una asamblea participó una delegación de una organización piquetera hermana, con la que luchamos en común, de tradición abstencionista.


 


El debate lo abrimos a todos los luchadores. En la asamblea de barrio La Yaya, una activista ya incorporada al Polo, proveniente de una vertiente del MTD, presentó todas sus dudas acerca del valor del voto, del papel que podrían jugar representantes al Congreso y aun de la voluntad que tendrían de jugar un papel una vez llegados.


 


Explicamos que necesitamos legisladores que tomen en sus manos la propuesta y la agitación (denuncia) por las reivindicaciones de la tierra o la expropiación de una fábrica como Sasetru. Los representantes en los concejos deliberantes, en las legislaturas y en el Congreso serán un brazo de la clase obrera y el movimiento piquetero dentro mismo de las instituciones de poder, con sus denuncias, reforzando el movimiento de lucha, desnudando a los políticos patronales, planteando una salida y una concepción socialista frente a todos los problemas de la lucha de clases.