Políticas

11/12/2025

Editorial

El 18 todos al Congreso contra la reforma laboral

Necesitamos un paro activo y un plan de lucha para que no pase.

El proyecto de reforma laboral alcanza y sobra para salir a ganar las calles desde ya

Este jueves 11 Milei le puso la firma al texto definitivo de reforma laboral. Por lo que se conoce del proyecto alcanza y sobra para salir a ganar las calles desde ya. La reunión de organizaciones sindicales, piqueteras, de jubilados, políticas, que concurrieron a la convocatoria de la mesa del Plenario Combativo resolvió para el jueves 18 concentrar frente al Congreso y exigir a las centrales obreras el paro activo nacional y un plan de lucha hasta derrotar lo que constituye un profundo ataque a los trabajadores argentinos. La CGT decidió convocar a una movilización también para el 18 sin paro y sin especificar cuál es su plan de acción.

El proyecto, entre otras cosas, va contra la jornada laboral de las 8 horas, por el abaratamiento de los despidos, la eliminación de la ultraactividad y de los convenios colectivos como vía de asegurar un piso para todos los trabajadores de la misma actividad o rama, instituye el salario “dinámico” ligado a la producción con pago en especias incluido, limita a niveles anticonstitucionales el derecho de huelga, de asamblea y de organización interna –delegados. Estas son algunas de las medidas para poner en pie un régimen laboral esclavista.

Junto con estas modificaciones el gobierno impulsa una rebaja sustancial de los aportes patronales lo cual va a repercutir fuertemente sobre las jubilaciones, sobre la salud –obras sociales- y sobre el Pami –la salud de los jubilados. A esto se suman la eximición de impuestos que pesan sobre las ganancias, el perdón fiscal de las deudas y evasión de los capitalistas, la eliminación de tributos –como las retenciones a las exportaciones con su repercusión en el aumento de los costos de los alimentos-, etc. todo lo cual –y más- estarán en la reforma tributaria que es parte del paquete de leyes que Milei quiere se aprueben en los próximos meses en el Congreso.

La reforma laboral viene con el complemento de otra al código penal, que elimina la excarcelación en las penas menores a tres años, incrementa todas las condenas a delitos llamados de la “propiedad” (¡por robar un celular doce años!), agrava cualquier hecho si la “víctima” es un funcionario del Estado y sobre todo de las fuerzas de seguridad, declara la imprescriptibilidad de la mayoría de los delitos –salvo la corrupción, en la cual están metidos hasta los tuétanos-. Es decir en Argentina todos serán culpables a menos que demuestren lo contrario, esto en un país que tiene al 50% de los presos en cárceles federales sin condena, es decir, esperando la oportunidad de demostrar que son inocentes. En el “espíritu” de la ley no escapa que el peso recaerá sobre la protesta en un régimen que cada vez va más profundamente contra los derechos colectivos o individuales para garantizar la dictadura capitalista.

La furia reformista, por la cual Milei quiere ser recordado, suma la ley de glaciares, para dar vía libre a que las multinacionales mineras para que avancen –a bajo costo- sobre las reservas naturales que esconde la Cordillera, a costa del agua y el ambiente. En la lista queda la brutal ley de educación que nos llevará al siglo XIX y dejará una caída histórica de la matrícula escolar y el tendal de docentes despedidos.

Ni más puestos de trabajo, ni despegue económico

Todo el paquete reformista constituye un ataque profundo a derechos, conquistas, y golpea enormemente sobre las condiciones de vida de la inmensa mayoría de la población. El gobierno lo presenta como la condición necesaria para que el país “crezca” y Argentina “recupere” el carácter de potencia, que nunca tuvo. Pero esto no es así. Todos los indicadores, partiendo de las declaraciones, encuestas, etc. entre los propios capitalistas, e incluso de abogados que participaron en la elaboración del proyecto ratifican que la reforma laboral no creará trabajo. Milei mismo declaró que los despidos que surgen como resultado del cierre o achique de las empresas por la avalancha de importaciones son beneficiosos porque se trata de que solo queden aquellos capaces de competir en productividad en el mercado mundial dominado por los países desarrollados. Una suerte de darwinismo que con todas estas reformas será costeado por los trabajadores argentinos, mientras la mayor parte de los capitalistas afectados podrá reciclarse al amparo del despotismo que el Estado les garantiza.

Milei declaró que su “modelo de desarrollo” se monta sobre un trípode: energía (gas, petróleo), cereales y minería. Es decir, un país proveedor al mundo de materia prima, que requiere poca mano de obra, o sea, incapaz de absorber la liquidación de puestos de trabajo en la industria, por ejemplo. Y no solo eso. La dependencia del mercado internacional, de los vaivenes de la propia crisis global del capitalismo, es su principal precariedad. Un hecho que ilustra es lo que acaba de suceder con la empresa Shell que decidió retirarse del acuerdo con YPF para poner una planta de licuación de gas (para ser exportado) que iba a dar salida a la producción de Vaca Muerta. Además Shell decidió vender sus estaciones de servicio. La decisión de Shell no es meramente coyuntural, Shell decidió concentrar sus inversiones en Estados Unidos (que produce vía fracking como Vaca Muerta) porque Argentina no tiene asegurada las condiciones para obtener contratos de volumen importante. Lo de Shell fue anticipado por Petronas, y por empresas multinacionales que operaban en Vaca Muerta (¡Exxon!).

El Congreso Nacional, que tiene en sus manos el tratamiento de un nuevo ajuste vía el presupuesto nacional, será el instrumento para viabilizar el paquete reformador. El gobierno ha logrado una base para aprobarlo gracias a los votos de diputados del PRO, de la UCR y del peronismo. Entre el 26 de octubre y el 3 de diciembre hubo un escandaloso pasaje a las filas de LLA, y los que antes se presentaban como un freno a Milei como es el caso de los diputados catamarqueños que responden al peronista Jalil sellaron un acuerdo con el oficialismo. 

A pesar de ello el gobierno está apurado, quiere un tratamiento exprés y para ello apela a maniobras de todo tipo que la oposición deja correr, revelando intereses comunes en el ataque a los trabajadores. 

El apuro de Milei responde a que parece irse agotando el salvataje de Trump y Bessent que le permitió ganar una elección que parecía perdida apenas unos días antes, la precariedad de la política económica que lo colocó al borde del precipicio reaparece con fuerza. Algunos hechos: para hacer frente al pago de deuda en los primeros días de enero no aparecieron ni siquiera las 4.000 millones de dólares que el pool de bancos yanquis iba a dar, luego de desistir de la promesa de 20.000, todo lo cual era necesario no solo para no caer en default sino también para bajar el riesgo país y poder salir a endeudarse al mercado mundial de capitales. Pero el amigo Bessent no dio las garantías y lo mandó a arreglar con el FMI, los bancos desde el JP Morgan al Barclays, pasando por la administradora de inversiones Pimco, le hicieron el reclamo de que no está acumulando reservas, y por lo tanto no hay garantías de pago. Caputo tuvo que conformarse con tomar deuda con actores locales por menos de 1.000 millones a una tasa muy alta, superior al 9%, lejos del 6,5% pretendido.

Milei no quiere comprar reservas, pretende obtenerlas con endeudamiento lo cual no consigue si no baja el riesgo país, es decir el perro que se muerde la cola. El temor de Milei es que la inflación sigue creciendo (llegó al 2,5 en noviembre) a pesar de la depresión económica, de la caída del consumo (9% entre octubre y noviembre), y que la compra de reservas produzca una devaluación mayor y dispare los precios, lo cual sería el combo perfecto para volver al nivel de rechazo -e incluso superior- que tenía antes del salvataje yanqui y que eso estimule una reacción popular. 

Milei no vaciló en convertirse en un peón de los intereses yanquis en el país, como pago por el apoyo de Trump, con un costo enorme para la Argentina cuyas consecuencias aún no están debidamente mensuradas, y para cumplir con eso lo que pretende es provocar una derrota de los trabajadores y un retroceso enorme de su peso en la vida nacional, en eso consiste la esencia de la “furia renovadora”. Como peón de Trump quiere embarcar al país en la política yanqui de recuperar la hegemonía perdida a costa de convertir a América Latina en su patio trasero para desplazar a China del continente, una tarea que a ojos vista no resulta fácil y la política de Milei ha favorecido a China que está inundando el país con sus productos, incluidos los tubos sin costura para la producción petrolera provocando una crisis con la industria siderúrgica cuya capo, Paolo Rocca, venía de reclamar por las heladeras y lavarropas importados; contradicciones de la crisis capitalista.

Vení a las asambleas del Partido Obrero a organizar la lucha contra la reforma

¿Se puede derrotar la reforma laboral y toda la zaga de proyectos antiobreros y reaccionarios? Sí. Pero no será en el Parlamento sino en la calle, con los métodos propios de los trabajadores y de las gestas populares. A diferencia del movimiento combativo y la izquierda, las direcciones de las centrales obreras –CGT, CTAs- y de la mayoría de los sindicatos han amenazado con “alguna acción” en el ámbito judicial, de presión parlamentaria o alguna movilización ya que como declaró uno de los tribunos de la CGT para ellos “los paros no sirven para nada”, es el correlato sindical de la política del peronismo en todas sus fracciones -matices mediante. Es una política criminal que confirma una vez más la esencia capitalista de los intereses que defienden en forma expresa o dejando hacer. Quedó claramente expresado en Mendoza donde el gobierno radical-libertario acaba de lograr la aprobación del proyecto San Jorge para la explotación del cobre. Mientras el parlamento mendocino estaba rodeado de miles de manifestantes -algunos que caminaron decenas de kilómetros para constituir una de las concentraciones de protesta más grande que se recuerde en la provincia- dentro del recinto los diputados del peronismo acompañaban con su voto al gobierno del radical Cornejo y los sindicatos miraban para otro lado. 

Hay que tomar la convocatoria del 18 de diciembre en todo el país, agitar fuertemente esta acción, explicar el carácter de la reforma para quebrar la confusión que en algunos trabajadores crea la propaganda de los voceros de los capitalistas. Impulsar que en los sindicatos, los lugares de trabajo se convoquen a asambleas para reclamar poner en pie un paro activo y un plan de lucha y quebrar al gobierno. Al servicio de esta orientación estarán las asambleas del Partido Obrero la mayoría de las cuales se desarrollarán este fin de semana, ¡participemos en ellas para garantizar la gran jornada del 18!

La ofensiva yanqui en Venezuela y América Latina
Editorial de Gabriel Solano en 14 Toneladas T2E45. -
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