Políticas

11/6/1987|185

"Emergencia" para los salarios, no para los beneficios

La llave maestra del proyecto de ley de paritarias es la llamada “emergencia económica”, pues faculta al gobierno a modificar o a anular por el tiempo que lo desee y como le plazca las cláusulas de los convenios.

Sin embargo, esta “emergencia” parece limitada por la cláusula que señala que “durante su vigencia... el Poder Ejecutivo deberá adoptar las medidas necesarias para garantizar el mantenimiento del poder adquisitivo mensual de los salarios, quedando autorizado para dictar las disposiciones pertinentes’’. Se podría decir, entonces, que esta disposición es mejor que los propios convenios, ya que garantiza mensualmente el poder adquisitivo de los salarios, cosa que no ocurre en la actualidad.

Curiosamente, sin embargo, el proyecto es muy vago respecto al mecanismo de esa indexación. Es que el gobierno eliminó, por presión patronal, la disposición de la primera versión del proyecto que establecía el ajuste mensual por el índice de costo de vida. Esto nos está diciendo que el significado del “mantenimiento del poder adquisitivo” quedaría sujeto a la arbitrariedad del gobierno. Las tramoyas serán infinitas y nuestros funcionarios del Ministerio de Economía son especialistas en la materia. ¡Estas tramoyas quedarán establecidas en la reglamentación posterior de la ley por el Poder Ejecutivo! Por ejemplo, podrán considerar que las mayores horas trabajadas (horas extras) no alteraron el ingreso real de los trabajadores o bien medir la evolución de los salarios por encuestas armadas a gusto de las oficinas gubernamentales. Actualmente existe una encuesta oficial de salario industrial que arroja como promedio mensual un ingreso del trabajador superior a los 700 australes.

Pero el ajuste mensual de los salarios no modifica en nada el deterioro ya sufrido por los salarios en los últimos años y aun en los últimos meses. El salario obrero se encuentra en uno de sus niveles más bajos, incluso respecto de la dictadura y en general situados por debajo de la mitad de la canasta familiar. La suspensión de las paritarias por medio de la “emergencia" impediría plantear la recuperación de los salarios.

Aun así, las centrales empresarias han pegado el grito en el cielo. ¿Por qué razón? Porque la burguesía está preparando un “rodrigazo” en regla (devaluación, tarifazos y aumentos de precios) y no quiere ninguna disposición que, por más limitada y tramposa que sea, bloquee este proceso de carestía. Lo que la clase empresaria quiere es desvalorizar los salarios, bajarlos aún más, eliminar toda traba legal y, sobre todo de organización obrera, que le impide lanzar un ataque en regla.