Políticas
4/9/2025
Editorial
La crisis del gobierno pega un salto
Votemos al FIT Unidad y luchemos para que se vaya Milei.

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Milei y su hermana junto a Pareja y Espert en Lomas de Zamora
La situación nacional está dando una verdadera clase de economía, desmontando uno a uno los mitos de la economía liberal que son el núcleo del discurso político gubernamental. Milei armó su planteo de cara a la población sosteniendo que el ajuste fiscal iba a resolver todos los problemas de fondo de la economía argentina. Sostenía que con ajuste y sin gasto público se podía cortar la emisión monetaria, y de esta manera frenar la inflación. Afirmó también que la contracción monetaria iba a llevar a estabilizar el valor del dólar, valorizando el peso y, sobre esta base, pronosticó inclusive que el dólar iba a estar por debajo de los 1.000 pesos, el piso de la banda de flotación cambiaria pactada por el FMI.
La realidad está desmintiendo aceleradamente estos pronósticos y demoliendo, por lo tanto, el plan económico del gobierno. No sólo el dólar sube, sino que el gobierno agota los recursos para controlar la corrida. La conducción económica de los agentes de la Banca Morgan, Caputo y compañía, anunció que el Tesoro saldría a vender dólares para frenar la devaluación en curso, una vez que el dólar rozó los 1.400 pesos. Antes, el gobierno elevó los encajes, obligó a los bancos a desprenderse de las tenencias de dólares, forzó la entrada en bonos a intereses confiscatorios para aspirar pesos y evitar que vayan al dólar. Toda esta intervención resulta confiscatoria para el Estado nacional. Los intereses que el Estado está contrayendo en la deuda en pesos son una bomba de tiempo de emisión descontrolada, que coloca al país al borde de un estallido monetario o un default.
El problema del control del dólar con ventas del Tesoro es que el país tiene reservas negativas y las que puede manotear tienen un destino preciso, que es el pago de los vencimientos de la deuda. Esta frazada corta concluirá inevitablemente en una devaluación monetaria. De esta manera, el gobierno está vendiendo dólares para estafar al electorado, con un “dólar barato” que sabe que tiene fecha de vencimiento. La única política de Milei es que el estallido se postergue a la fase posterior a las elecciones.
Los motivos de este fracaso son de fondo. El primero es el peso de la deuda, que condena al país a una insolvencia externa de fondo. Esta insolvencia presiona permanentemente sobre las reservas y el valor del dólar. Pero para evitar una devaluación y estabilizar la inflación, el gobierno apostó a contener el valor del dólar, endeudando al país en pesos (para aspirarlos y evitar que fueran al dólar) y en dólares (para fortalecer reservas). Este endeudamiento y el dólar “barato” agravaron el agujero en las cuentas externas y por lo tanto su costo es creciente. Previsiblemente, termina en un estallido. Para evitarlo, el gobierno multiplica las reglamentaciones chocando con los bancos y desmintiendo su discurso “liberal”. El choque con los bancos agrava la desconfianza del capital financiero. El parate económico producto de las tasas de interés astronómicas se multiplica. El Estado paga la cuenta de estas tasas yendo al quebranto. Los bancos requieren garantías de cobro y acentúan la sangría.
Lejos del discurso del gobierno, la motosierra impuesta a sangre y fuego, lejos de abrir paso a una salida para la economía nacional, culmina en una nueva catástrofe. Nuestra salida arranca, al contrario, por el no pago de la deuda y la ruptura con el FMI para reorganizar el país sobre nuevas bases sociales, destinando los recursos nacionales a resolver los problemas urgentes de las mayorías trabajadoras del país.
Choreo: republicano, populista o lumpen, siempre capitalista
Esta crisis económica se retroalimenta con la crisis política. El gobierno quedó cuarto en las elecciones de Corrientes, después de rechazar un acuerdo con el gobernador Valdez. Los que venían a “terminar con la casta” quedaron en evidencia robándose los fondos de la Agencia de Discapacidad, mientras les quitan prestaciones a los discapacitados, a quienes además insulta en redes sociales y manda a apalear en el Congreso. Los que decían “Viva la libertad carajo” meten cautelares para allanar periodistas y pedir que no difundan audios. Milei es indisociable de Spagnuolo, cuyos audios destaparon la olla, y que iba todos los domingos a escuchar ópera a la Quinta de Olivos. Todos juntos comían de un sistema de curros, donde “el 3%” de la plata de las licitaciones de medicamentos era para Karina, y la caja de recaudación la armaba la Suizo Argentina, que multiplicó los contratos con el Estado exponencialmente desde la llegada de Milei.
“Lule” Menem lo resumió hablando con un concejal misionero de LLA: “No hay nada raro, todos lo hacen”, le dijo. Tenía razón. Los gobiernos capitalistas se han caracterizado todos por mantener los curros empresariales en torno a las licitaciones del Estado. Macri viene de ese palo por herencia familiar, Cristina lo tuvo a Báez, y Lule tiene a Kovalivker. “¿Qué hay de raro?” Que mientras los “republicanos” cuidan (a veces y medianamente) las formas, el esquema de choreo personal de Karina Milei dejó heridos por todo el país y termina exponiendo a los Milei como lo que son: una banda de estafadores. La diferencia entre las “comisiones por renegociación de la deuda” o el glamour de las fiestas de lobby empresarial con funcionarios comprados, y los audios brutales “somos Karina y Lule, el 3 es para Karina” es a lo sumo de sofisticación. En estos términos, Kovalivker no tiene nada que envidiarle a Báez, que también dijo que lo tomaban por gil porque “todos hacían lo mismo”.
El desmantelamiento de esta verdadera mafia confiscatoria contra el pueblo solamente podría llevarlo adelante un gobierno de los trabajadores, como plantea el Frente de Izquierda. El resto trabaja para una clase capitalista que se dedica a saquear las arcas nacionales para apuntalar una acumulación parasitaria. De paso, reivindica nuestra caracterización sobre la prisión de Cristina como una persecución política, a pesar de sus evidentes curros con Báez, en la medida en que el gobierno actual y el resto del entramado político empresarial se la viene llevando de arriba. Se trata de un entramado podrido de confiscación contra el pueblo que debe ser desmantelado por una acción histórica de los trabajadores, y es especialmente agraviante cuando se les niegan por decreto unos pocos pesos de aumento a los jubilados.
Mileísmo, oposición cómplice y Frente de Izquierda
Todo este cuadro debería animar a la oposición a pasar a la ofensiva contra el gobierno. Pero lo que ocurre es lo contrario: la CGT está mas guardada que nunca en cuarteles de invierno, en el Congreso siguen las maniobras para salvar lo que se pueda del plan del gobierno y el peronismo está más preocupado por saldar sus propias internas que por avanzar sobre Milei. Es que en realidad esta oposición comparte gran parte de la agenda mileísta. Por eso quiere conservar lo que considera “los avances” del plan económico: un equilibrio fiscal aunque sea maquillado con ciertas concesiones, las rebajas impositivas para la gran patronal, los avances contra los trabajadores en materia salarial y de condiciones de trabajo, la defensa del “orden público” contra los piquetes y movilizaciones, todos factores que todavía son la base de la fortaleza de Milei frente a la clase capitalista.
Tomando nota de estos factores, algunos comentaristas cercanos al gobierno plantean un recambio de gabinete posterior a las elecciones, para ganar aire en base a pactos con los gobernadores y apuntalar al gobierno formalizando la coalición política que en realidad lo venía sosteniendo. Pero parece dificil que Milei pueda desprenderse de la camarilla montada por su propia hermana. El pronóstico de todas formas está abierto.
El Frente de Izquierda y la agenda de lucha
Por eso, la bronca de la población se va juntando y alimenta la posibilidad de un crecimiento electoral del Frente de Izquierda Unidad en las próximas elecciones. Las elecciones de la provincia serán un gran test y luego vendrán las nacionales de octubre. Un crecimiento del Frente de Izquierda Unidad puede ser una bocanada de aire fresco para alimentar las luchas contra el gobierno y reforzar la perspectiva de colocar una salida de los trabajadores en la escena política nacional. No es casualidad en este cuadro que Milei se fuera abucheado de Lomas de Zamora, y le tiraran de todo, brócoli incluido. Por esta movilización está preso sin ninguna prueba ni cargo Thiago, del MTR Votamos Luchar, cuya libertad venimos reclamando con acciones y movilizaciones.
Para el Partido Obrero, un crecimiento político de la izquierda debe ser un punto de apoyo para impulsar fuertemente la lucha de clases contra el gobierno, con la consigna Fuera Milei. Y, lejos de cualquier adaptación, para nosotros es un golpe también a la política del peronismo, que consiste en polarizar electoralmente con Milei y presentarse como una salida, mientras negocia y pacta la continuidad de sus iniciativas avaladas por la clase capitalista.
El deterioro político del gobierno se produce en un cuadro de aislamiento de las luchas en curso. La pasividad política de la oposición cómplice y la burocracia sindical ayuda a este cuadro. Sin embargo, las luchas que se abren paso por abajo tienen gran valor: un ejemplo es la lucha de los obreros de las contratistas de Ternium en San Nicolás, que se fue consolidando contra la pasividad de la UOM (Brunelli) que explota también el negocio de la tercerización.
El Plenario de trabajadores ocupados y desocupados reunido el 16 de agosto en la Facultad de Ciencias Sociales, con la participación de sindicatos recuperados y sectores en lucha en todo el país, convocó una importante movilización para el viernes 12, levantando la necesidad de un plan de lucha nacional y denunciando la complicidad de la burocracia sindical con el gobierno. Será una respuesta a la entrega de la CGT y un esfuerzo por abrir un curso de lucha unificado contra el gobierno, levantando un planteo desde los sectores clasistas y combativos. En este cuadro, al mismo tiempo, un veto del gobierno a la emergencia pediátrica y a la Universidad replanteará la necesidad de una gran movilización popular para voltearlo.
Con este impulso vamos a una gran campaña del Frente de Izquierda y a reforzar con todo la lucha contra el gobierno.

