Políticas
18/12/2025
La devaluación indexada de Caputo también la pagamos los trabajadores
El nuevo esquema cambiario va a acelerar la inflación, pero no resuelve las contradicciones del gobierno.

Seguir
El recule de Caputo.
La evolución de las bandas cambiarias al compás del índice de precios augura consecuencias inflacionarias que profundizarán la caída salarial. La decisión del gobierno está dictada por la premura de acumular reservas para hacer frente a los cuantiosos vencimientos de deuda externa que se aproximan, una vez que la vía de cancelarlos contrayendo nuevos préstamos se topó con severas limitaciones.
El ministro de Economía Luis Caputo anunció que el piso y el techo de las bandas cambiarias dejarán de de ajustarse al 1% mensual y quedarán indexadas al ritmo de la inflación, que, en diciembre, trepó al 2,5%. Así, el gobierno amplía su margen para comprar dólares en el mercado de cambios en función de afrontar los cuantiosos vencimientos de deuda externa que asoman en el 2026 -solo en el primer trimestre ascienden a U$S 6.824 millones. Esto, luego de ver frustrados sus intentos de obtener las divisas tomando nuevos créditos en el extranjero a una tasa de interés razonable.
Lo anterior promete acelerar la inflación, no solo porque alimenta las expectativas devaluatorias, sino también por la emisión de billetes que conllevará la compra de divisas, en momentos donde, a diferencia de lo que afirma el gobierno, no crece la demanda de dinero a causa de la recesión económica. Tal es así que, según los datos del Indec, en el tercer trimestre 2025 la industria manufacturera presentó una caída interanual del 2,4% del PBI.
El ascenso inflacionario, mientras persisten los topes salariales del 1%, implicará un duro golpe al ya deteriorado bolsillo popular. Sin ir más lejos, según un informe elaborado por el Instituto Gino Germani de la UBA, correspondiente al segundo trimestre 2025, el 72% de los ocupados percibe ingresos de $1 millón o menos, cuando los cálculos del Indec ubicaron el umbral de la pobreza de noviembre en $1.257.329. Esa realidad abarca al 89% de los asalariados informales y al 88% de los cuentapropistas de baja calificación, pero también el 58% de los asalariados formales está incluído en el segmento de "ingresos suficientes". Como vemos, aún teniendo trabajo bajo convenio, el salario no alcanza para llegar a fin de mes. La miseria salarial reinate condujo al crecimiento del pluriempleo, en el cual están inmersas 1,5 millones de personas (el 12% de los ocupados).
Es preciso remarcar que la medida improvisada de Caputo persigue el propósito de acumular reservas que se desvanecerán rápidamente por la incesante fuga de capitales, pago de deuda externa incluido. Así se esfumó el saldo comercial desde que asumió Milei: según el análisis del Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (Mate), entre noviembre 2023 y octubre 2025, hubo un drenaje de U$S 20.080 millones en concepto de intereses de deuda externa -pública y privada- y de U$S 34.412 millones por fuga de excedentes. Dicha sangría se incrementará el año próximo, dado que, a partir del 1° de enero 2026, se levanta el cepo cambiario para las empresas, con lo que podrán girar utilidades libremente. Esto último incluso acentúa la posibilidad de caer en default.
A este gobierno de los despidos, la pérdida salarial, el ajuste y la reforma antiobrera hay que derrotarlo. El camino es en las calles y con la intervención obrera y popular, impulsada desde las bases. Con huelga y plan de lucha consecuente podemos frustrar los planes reaccionarios de Milei, cuyo rumbo económico presenta cada vez más inconsistencias.




