Políticas
4/12/2025
Ni dólares ni superávit, la bomba de tiempo de Caputo
Las reservas están en rojo y si se contabilizaran los intereses de las Lecaps habría déficit fiscal.

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Caputo aún no cerró el préstamo de los bancos.
El triunfo electoral de Milei no resolvió la precariedad económica sobre la cual se asienta su gobierno. Persiste la crisis de reservas, y, por lo tanto, las tensiones cambiarias y el riesgo latente de caer en default. A su vez, el caudal de deuda en pesos prefigura un escenario sumamente explosivo. El único plan del oficialismo es profundizar el nivel de endeudamiento en dólares, agravando la hipoteca nacional.
Muchos análisis coinciden en que las reservas líquidas del Banco Central se hallan en terreno negativo por alrededor de U$S 16 mil millones. El gobierno, por su parte, se resistió a comprar divisas durante noviembre para no emitir pesos que empujaran el tipo de cambio hacia el techo de la banda. Las chances de recomponerlas se estrechan, dado que el año que viene, según las proyecciones de la consultora Cohen Aliados Financieros, el crecimiento de las importaciones podría llevarse puesto el superávit comercial.
El rojo de las reservas ubica al gobierno en una situación de insolvencia a la hora de afrontar los vencimientos de deuda externa que se aproximan. Durante el primer trimestre de 2026 vencen nada menos que U$S 6.824 millones, incluyendo el compromiso de enero con los bonistas privados por U$S 4.500 millones. Luis Caputo por el momento no logra convencer a los bancos de Wall Street para que le habiliten nueva deuda en moneda extranjera, como el repo que sigue trabado. Así las cosas, perpetúa la política de intentar cubrir con emisiones más usuarias y de corto plazo, cuyas consecuencias paga el pueblo.
Como sabemos, sobre el dólar pisado y las tasas reales positivas se montó una bicicleta financiera de enormes dimensiones, que incrementó el stock de deuda en pesos en un 82% entre diciembre 2023 y octubre 2025, según los datos oficiales. El retroceso en las tasas que tuvo lugar en los últimos días reduce los rendimientos del carry-trade, haciendo que el Tesoro se vea con enormes dificultades para renovar los $14 billones de pesos en manos de acreedores privados que vencen el 11 de diciembre. Dicho esquema es un verdadero "castillo de naipes", que, en caso de desarmarse, daría paso a una emisión descomunal, de potencial hiperinflacionario.
Tal es así que, según los cálculos del Centro de Economía Política Argentina (Cepa), en los primeros diez meses del año, los intereses capitalizados en Lecap ascendieron a $23,32 billones. Si el gobierno los hubiera contabilizado dentro del resultado financiero, el mismo hubiera sido deficitario por $19,17 billones. Como vemos, el superávit del que tanto se pavonea la gestión libertaria es un mero dibujo contable, que llegará a su fin cuando los tenedores de esas letras decidan cobrarse sus retornos.
Finalmente, el rumbo económico de Milei sigue pendiendo de un hilo. El presidente lo sabe, por eso se apresura en aprobar las reformas antiobreras que le encomendó la clase capitalista para recomponer su rentabilidad. Por lo tanto, los trabajadores tenemos que intervenir en la escena para derrotar la ofensiva en curso y evitar pagar los platos rotos cuando estallen las contradicciones de la política oficial.




