Políticas

31/7/2025

Otra crisis del peronismo "unido": Grabois y los dilemas de un carrerista burgués

Juan Grabois.

Las amenazas de Juan Grabois de ir con lista propia en las elecciones de octubre han vuelto a desnudar la precariedad del frente peronista Fuerza Patria. El dirigente de Patria Grande agitó las olas apuntando contra Sergio Massa, a quien acusa de hegemonizar al PJ y de encarnar a la derecha peronista.

El blanco elegido define su intención, que es la de encabezar la lista de diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires (en principio con la chapa peronista) desplazando al jefe del Frente Renovador. La "ruptura" –si se consuma- es puramente electorera y actúa como presión en la interna. El mediático solo pudo imponer un candidato propio en la segunda sección electoral bonaerense, que ahora está en la cuerda floja por la disputa abierta.

El massismo salió con los tapones de punta contra Grabois y el kicillofismo lo cruzó defendiendo el acuerdo de "unidad”, echando leña al fuego de la crisis. Las alianzas y los candidatos para octubre se conocerán en medio de la campaña electoral de setiembre. Los aires de “independencia” de Juan Grabois aparecen siempre en medio de las turbulencias electorales y roscas peronistas. Así fue en el 2023, cuando fue a la interna presidencial contra Massa para después llamar a votar a "Sergio" en nombre de la unidad del campo popular. Cotizada electoralmente como "izquierdista", la candidatura de Grabois actuó como tapón del peronismo para bloquear una evolución independiente y de clase de un sector de los trabajadores. Grabois tributó además para el exministro de Economía de Alberto Fernández, que pactó con el FMI la megadevaluación y destrucción de los salarios y jubilaciones beneficiando a Milei y su demagogia derechista.

Teniendo en cuenta la trayectoria sinuosa de "Juan" es de esperar que estire una definición a la espera de un eventual guiño de Cristina Kirchner a su candidatura. Simultáneamente negocia la candidatura de Ofelia Fernández en CABA. Patria Grande es un instrumento de la interna del PJ, claro está que la situación es muy distinta a la del 2023 con Cristina fuera de la cancha y una crisis de liderazgo en el "peronismo unido" que raja las paredes. Kicillof busca contener a los heridos por el acuerdo de listas entre el Movimiento Derecho al Futuro y La Cámpora de Máximo Kirchner, prometiendo una reestructuración del gabinete provincial. Si Kicillof avanza con el loteo del gabinete, el choque será con los ministerios y dependencias que -como el Ioma y el Instituto de Previsión Social- están dirigidos por el kirchnerismo. Por lo pronto en Mar del Plata, pero también en Coronel Suárez, el peronismo va partido en dos boletas distintas y difícilmente haya una campaña en común de Fuerza Patria en los distritos.

A Grabois le achacan haber aceptado el cierre de listas de "unidad" que incluía la alianza Fuerza Patria para setiembre y octubre. El sambenito del massismo, acusando a Juan Grabois de ser funcional a Milei, es una cantinela gastada propia de un peronismo explotado que debió recurrir a un “apagón” para prorrogar todos los plazos de presentación de candidatos. Que Massa quiere ser el candidato a primer diputado nacional por Fuerza Patria en octubre es un secreto a voces que agita al peronismo –incluido Grabois- y al gobernador Kicillof con aspiraciones presidenciales. 

En el cruce, el massismo le recordó a Grabois que "no corta ni una vereda", lo que además de cierto se remonta en el tiempo a los pactos del Movimiento Evita, la Utep y la CCC con el macrismo y la exministra de Trabajo Carolina Stanley. El abandono de la calle siguió con el gobierno de Alberto Fernández y continúa con el régimen liberfacho Milei. Grabois quiere desprenderse de todo olor a piquete. Pretender que una disputa circunstancial y de aparato es un camino de independencia del peronismo es puro electoralismo y una capitulación frente al decadente nacionalismo burgués argentino.

Todavía resuenan los ataques de Grabois a las huelgas docentes y de los hospitales descalificándolas, como "traición a la patria" con un discurso cuartelero. El amigo del difunto Francisco emprendió sus ataques contra los trabajadores de la educación y los sindicatos docentes apoyando la reglamentación del derecho de huelga, o lo que es lo mismo, la reforma laboral en la docencia. Los apetitos electorales de Grabois son los de un carrerista burgués o pequeño burgués. Como todo el peronismo termina responsabilizando a los trabajadores que luchan por “pasarse de rosca” .

Grabois ha sido el gran ausente de todas las grandes movilizaciones populares en la era Milei, con la excusa miserable de que " no hay que hacerle el juego a la derecha". Sus dardos contra los docentes dejan chico a La Libertad Avanza y pasan por alto las pésimas condiciones de trabajo, salarios de pobreza y sobrecarga laboral. También la emprende contra los derechos de las mujeres como si éstos fueran ajenos a los barrios populares. Juan Grabois, enemigo del derecho al aborto, encubre la violencia y la opresión brutal que viven las compañeras más explotadas del conurbano y cuyas demandas defiende y organiza el movimiento piquetero independiente. No defiende la Educación Sexual Integral (ESI) ni un sistema educativo único, estatal, laico y gratuito porque es un agente de la iglesia católica y de los subsidios que su jerarquía recibe del Estado capitalista.

La "economía popular" que postula Patria Grande encubre la precarización laboral más absoluta de trabajadores sin derechos gremiales ni jubilatorios. A este régimen laboral de explotación Grabois lo presenta como una alternativa a la economía capitalista cuando es una forma capitalista extrema de tercerización y contratos precarios. Bajo el ultimo gobierno peronista Grabois propuso la creación de un millón de puestos de trabajo sentado a la vera de Gerardo Martínez, el burócrata que ayer fue buchón de los milicos y hoy cadete de Milei en el Consejo de Mayo. El contubernio con Gerardo Martínez pretendía proveer a la Cámaras de la Construcción de mano de obra de los planes sociales, barata, transitoria y con parte del “costo salarial” a cargo del estado. 

La peronización de Grabois lo llevó a defender al tercer gobierno de Juan Domingo Perón y de Isabel y López Rega con los matones de la derecha y la burocracia sindical adentro. Lo mismo hizo en su momento su padre –"Pajarito” Grabois–, dirigente del peronismo de los 70, que se alineó con Isabel Perón en plena huelga general de 1975. En esto, Juan Grabois no se diferencia del PJ ni del kirchnerismo. Patria Grande tampoco se desmarca de Cristina cuando la exvicepresidenta tilda a Donald Trump de defensor de los trabajadores norteamericanos mientras reprime brutalmente a los migrantes y manda al "Braden" Lamelas como virrey colonial. El proteccionismo, los mayores aranceles y cierre de mercados a la competencia del "peronista" Trump tienen como complemento vasallo el aperturismo librecambista de Milei. No es necesario ir a los clásicos del marxismo, con Scalabrini Ortiz alcanza para desenmascarar la colonización ideológica del peronismo que no distingue entre países imperialistas y países atrasados.

La ausencia de Grabois en las grandes movilizaciones populares, de derechos humanos, de la mujer y en las luchas y los conflictos obreros retrata al demagogo que esquiva la lucha y la considera piantavotos tributando al sostenimiento de Milei. El titular de Patria Grande no se delimita del kirchnerismo, que con Néstor pagó 10.000 millones de dólares “cash” al FMI. Menos de Cristina Kirchner, quien reconoció en el peronismo a un pagador serial de la deuda externa. En Prensa Obrera se puede leer el "plan" de economistas peronistas para renegociar y pagar la usurera deuda externa, algo que hizo y hace Kicillof en la provincia de Buenos Aires.

La “Argentina Humana” que predica Grabois es la Argentina capitalista que defienden Cristina, Máximo, Kicillof, Sergio Massa y todo el peronismo. Si el capitalismo es incompatible con las necesidades más urgentes de las masas, la conciliación de clases es la negación de un partido de la clase obrera que lucha por la revolución social, el gobierno de los trabajadores y el socialismo. Separar a los trabajadores del peronismo es una tarea estratégica del Partido Obrero.

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