Políticas

21/11/2025

¿Por qué los banqueros de Wall Street no quieren prestarle a Milei?

La proximidad de vencimientos de deuda expone la precariedad económica del gobierno y el paquete de rescate de Bessent.

El consorcio bancario liderado por el JP Morgan se bajó del megacrédito.

El vencimiento de deuda externa de enero por 4.300 millones de dólares volvió a poner de manifiesto la precariedad económica del gobierno. Como no tiene con qué pagar, porque quemó los dólares financiando la corrida y el riesgo país arriba de los 600 puntos (a pesar que haya bajado desde los mil preelectorales) significa que Argentina sigue excluida del mercado de crédito internacional, la única variante es el paquete acordado con Bessent. Era el momento para que se cerrara el prometido megapréstamo de 20.000 millones de los banqueros de Wall Street, pero estos ratificaron su reticencia. Si fuera cierto lo que dicen Milei y Caputo que todo es una cuestión de confianza, parece que sus rescatistas no confían mucho en ellos.

Ni bien el secretario del Tesoro yanqui anunció esa posibilidad, el consorcio encabezado por el JP Morgan le exigió a Bessent que oficie de garante, sin ningún éxito. Por eso el CEO de ese gigante bancario, recibido por Milei en la Casa Rosada, declaraba que "no iban a necesitarlo". Ahora, que a medida que se acerca el vencimiento el rojo del balance cambiario del Banco Central sigue empeorando, los bancos dejaron trascender que accedieron a concederle una operación por estrictamente lo necesario para ese pago de deuda y a cambio de que el gobierno argentino ponga activos como garantía.

Son operaciones que se conocen como Repo. Con esta modalidad el gobierno ya nos endeudó este año por 3.000 millones a tasas usurarias del 8,8%. Pero claro, el hecho de que haya que entregar un activo como garantía hace que este recurso sea limitado. Por lo demás, tomar nueva deuda para pagar vieja en condiciones más costosas y precarias es claramente inviable.

La fragilidad de la política económica está entonces sobre la mesa. Finalmente el JP Morgan, que es el empleador del Ministerio de Economía, el Banco Central y la Cancillería argentina, es el mismo banco que mide el riesgo país que indica que no hay que prestarle plata al Estado argentino.

Lo mismo sabe el propio Bessent, hombre de los fondos de inversión. Antes de intervenir comprando pesos para que Milei pudiera llegar a las elecciones sin un estallido devaluatorio, impuso las condiciones para un swap de manera de asegurarse que iba a poder cobrar el retorno por ese rescate. Y efectivamente ese swap (cuyas tasas y términos desconocemos) se activó en 2.500 millones de dólares para cobrar esa "redituable inversión", y ahora quedó ese monto como deuda del Banco Central con el Tesoro yanqui.

Esto se expresa igualmente en la condición que puso el fondo Pimco acerca de una "liberación cambiaria" como requisito antes de invertir en bonos argentinos. Tiene todavía fresco lo que le pasó en 2019, cuando tras haber facturado a lo grande especulando en el país terminó "atrapado" cuando la corrida se llevó puesta la bicicleta financiera y Macri cerró su mandato reponiendo el cepo cambiario y con un default de los bonos. Quiere libertad para poder saltar del barco a tiempo.

De hecho, todo el negocio consiste en especulaciones de corto plazo. Una columna del Financial Times titulada "Wall Street celebra por Argentina: los fondos ganan con el rescate de Estados Unidos" repasa las ganancias que embolsaron en octubre los que apostaron a que la extorsión de Bessent y Trump daría resultados, y recoge la siguiente declaración: “No teníamos ninguna exposición a Argentina antes de las elecciones de septiembre en la provincia de Buenos Aires, así que evitamos el impacto negativo de eso. Tras esa disrupción, tomamos una pequeña posición larga en crédito argentino y nos beneficiamos del resultado”.

Es curioso que, como este rescate financiero fue la llave para imponer todo un esquema de concesiones al capital norteamericano y a los intereses estratégicos del imperialismo yanqui, el Fondo Monetario haya quedado relegado al papel de un simple prestamista más. Su directora Kristalina Georgieva salió a quejarse del desplazamiento del FMI de su lugar de acreedor privilegiado y supervisor de la política económica. Ahora las cosas se definen simplemente en el despacho de Bessent.

Con este panorama, volviendo a nuestro punto de partida, vale tomar nota de la reticencia de los gigantes de Wall Street a prestarle plata a Milei y Caputo. Son señales que no hay que ignorar. Recordemos que en junio el JP Morgan recomendó a sus clientes desarmar sus colocaciones en el carry trade con la deuda en pesos, apenas unos días antes que el gobierno decidiera no renovar las Lefi y desatara una corrida que duró tres meses de constante depreciación del peso y tasas de interés insólitas (que terminaron de hundir la actividad económica). Una de dos: o sabían lo que venía o precipitaron el desarme.

Nos gobierna una camarilla vasalla del capital financiero internacional, que cuenta con el apoyo de toda la burguesía argentina para que avance con sus reformas contra los trabajadores. Por eso, solo la clase obrera puede quebrar el saqueo y la timba con el país, porque la defensa de sus conquistas y sus demandas chocan de frente con la ofensiva de Milei y Trump.

Milei acelera por el default de toda la oposición
Abajo el pacto con Trump, abajo la reforma laboral. -
prensaobrera.com
La CGT pide al gobierno que la llame para negociar la reforma laboral, mientras no escucha a los trabajadores
El nuevo triunvirato y diputados sindicales afines piden diálogo con Milei y los empresarios, cuando se oponen a una deliberación en los gremios. -
prensaobrera.com