Políticas

31/7/2025

Reforma Constitucional de Santa Fe: la “democracia” contra el pueblo

Maximiliano Pullaro, gobernador de Santa Fe

La Convención Reformadora de Santa Fe avanza “como por un tubo”, a partir del acuerdo unánime de los constituyentes en habilitar la reelección de gobernador, el leit motiv de la reforma.

La totalidad de los proyectos de reforma (11) que presentaron los bloques y partidos electos introducen la reelección de gobernador y vice. La Libertad Avanza se guardó para mejor ocasión el relato “anti-casta”, al igual que la “archiopositora”  al gobernador Maximiliano Pullaro, Amalia Granata, que llamativamente se ausentó de la Legislatura el día que se votó la ley de reforma constitucional. El bloque “anti derecha” de Juan Monteverde con el PJ, al igual que la dupla Lewandosky-Giustiniani, todos legitimaron con sus proyectos el planteo de Pullaro de habilitar la reelección.

El Frente de la Esperanza fue el único que no presentó proyecto propio, pero se sabe que son una colectora clerical de la UCR, armada por el presidente de la Asociación del Futbol Argentino, el “Chiqui” Tapia.

Es ilustrativo del estado de descomposición política, que el ausentismo electoral récord que hubo en las elecciones de Santa Fe sea traducido de forma unánime por las fuerzas políticas de la “democracia” en un reforzamiento del aparato del Estado. Del hecho de que una de cada dos personas no haya ido a votar, se extrae el mandato de reforzar la institución de gobernador, que es el poder más arbitrario que tiene. Lo único “histórico” que quedará de esta reforma constitucional es que fue un monumental atropello institucional contra el pueblo.

Cuando un océano separa al poder político de las necesidades genuinas de la mayoría trabajadora, el régimen necesita e intenta reforzarse empoderando a su institución más despótica, que es la de Gobernador. Cuyas facultades plenipotenciarias incluyeron este último año y medio cerrar paritarias por decreto, mandar a construir cárceles llamadas “El Infierno” y detener alumnos por no llevar encima el DNI en la puerta de las escuelas; detener maestros de escuelas por movilizar contra una reforma previsional que le rebajaba las jubilaciones, o fijar que “el campo” pague el 0% de ingresos brutos, mientras aplica tarifazos brutales en el agua, la luz y el transporte sobre el conjunto de la ciudadanía pobre. El capital sojero puede estar tranquilo sobre la estabilidad política de Santa Fe, al menos, por arriba.

La lucha “contra el autoritarismo” de Monteverde ya fracasó, como no podía ser de otra forma, aliado como está a los herederos políticos de Reutemann.

“Borom bom bom… es un afano, suspéndanlo”

El frente reeleccionista se reafirmó en la votación unánime del reglamento general de la Constituyente. El PJ estuvo en los detalles, que es lo más importante, y también sumó sus votos para que se apruebe el reglamento en particular, que establece una mayoría simple para aprobar los artículos de reforma. Si consideramos que sobre el total de 60 convencionales el oficialismo de “Unidos” tiene 33 y que el presidente de la Convención, del riñón de la UCR, tiene voto doble en caso de empate, es evidente que la Constituyente avanzará con mayorías automáticas.

El PJ se embarró hasta el cuello para garantizar esto, con el voto a favor del presidente del bloque de “Más para Santa Fe”, el senador semivitalicio Rubén Pirola,  al que se le sumaron otros “barones” peronistas. Ciudad Futura votó en contra del reglamento en particular, un reconocimiento por partida doble: de la porquería que significó la votación del PJ y de su propia responsabilidad política en habilitar las mayorías automáticas a Pullaro, desde el momento en que se prestaron para resucitar a lo más rancio de la política de Santa Fe.

Si Pullaro explota o no la reelección en su beneficio, lo definirá la situación política en su conjunto y no las declamaciones sobre si juró por una Constitución anterior, como pretenden los que habilitaron la reelección. Entre otras reformas ganadas, el radical también se agenció un mayor control de la Corte Suprema de Justicia provincial, además de que cuenta con mayorías legislativas que le garantiza el Partido Socialista, que únicamente expresa una independencia política cuando se discute el reparto de cargos en el Estado.

En el punto justicia, lejos quedaron las viejas promesas reformistas del kirchnerismo. El proyecto de “Mas para Santa Fe” expresa el interés de un sector de la camarilla judicial de evitar un mayor avance de Pullaro sobre la justicia, manteniendo el sistema como está. El tema es el más ríspido al interior de la Constituyente, porque incluye choques al interior del propio bloque de gobierno.

El gobernador aspira a que el Poder Ejecutivo tenga mayoría en el Consejo de la Magistratura para la elección y remoción de jueces y fiscales, mientras que el Partido Socialista, que controla la Cámara de Diputados, reclama que los pliegos para la selección partan de la Asamblea Legislativa. El control del Ministerio de la Acusación amenaza la paz de la Constituyente y es la máxima expresión de la lucha faccional por controlar una usina de carpetazos en la provincia del narcotráfico.  Ninguno de los proyectos planteó el debate constitucional de la elección popular de jueces y fiscales y su revocatoria por voto directo de la ciudadanía, en oposición al actual sistema de designación política.

La “ciudad futura” será católica apostólica y romana

Es importante ver que “Más para Santa Fe”, que reúne a Ciudad Futura, el PJ, el Frente Renovador, La Cámpora, el Movimiento Evita, Patria Grande, La Corriente y otros, presentó un único proyecto de reforma constitucional. En contraste, el bloque del oficialismo provincial “Unidos” presentó siete. En la carrera por llegar a la Intendencia, Monteverde da una clara señal “al poder real” de que la suya no es una “síntesis” pragmática, sino programática con la vieja política, que desde hace décadas garantiza los agronegocios.

Así, en la “ciudad futura” de Monteverde la Iglesia Católica Apostólica Romana será la religión oficial de Estado, en lo que se parece más a una vuelta al medioevo. Para enfrentar a las iglesias evangélicas que Pullaro y Milei buscan empoderar, elige abandonar la lucha democrática por separar a las iglesias del Estado y atrincherarse en 500 años colonialismo y en el lobby clerical actual, que se infiltra en los hospitales y escuelas de Santa Fe, contra el derecho al aborto y la ESI. En este punto están a la derecha del PS que planteó un “Estado laico” y hasta de Amalia Granata, que responde a intereses clericales cada vez más difusos en “Somos Vida”, que propone un “Estado neutro”.

Este fomento del carácter reaccionario del Estado se ve también en el punto educación, que fue redactado en acuerdo con la burocracia sindical de Amsafe, que responde a Sonia Alesso y Roberto Baradel. En su proyecto “la provincia reconoce a la familia como agente educador y socializador primario debiendo fomentar que la política pública afiance y garantice ese rol” (negritas nuestras), principio doctrinario del clericalismo, que alienta movimientos tales como “Con mis hijos no”.

Ninguno de los proyectos presentados elimina la educación privada y confesional, estableciendo un sistema estatal único, que es la única garantía constitucional posible para que el estado financie la educación del conjunto de la población.

Estatismo y privatismo

Quienes fuerzan ver un debate de “modelos de provincia” en los proyectos que no cuentan con los votos para ver la luz, presentados además por fuerzas que habilitaron una Constituyente como traje a medida del poder, realzan el contraste entre los libertarios y el peronismo respecto del rol del Estado.

Monteverde introdujo el sensible tema del “Derecho a la Ciudad” en la letra constitucional a partir de la creación de un “Ente de Desarrollo, Movilidad e Infraestructura Urbana”, que fusionaría las empresas de servicios públicos con la “economía popular”, en el marco de la prohibición de privatizar las empresas del Estado.  El planteo estatista no aborda el tema de las cooperativas de luz y agua, donde ya se privatizó buena parte de los servicios en la provincia, ni el gran punto de cómo resolver la crisis derivada de la falta de inversión de las empresas públicas, que se siente cada vez más fuerte con cortes masivos del servicio y tarifazos.  El proyecto no plantea recuperar el ahorro provincial que se necesita, reestatizando el Banco de Santa Fe que se privatizó bajo el gobierno de Reutemman, que está en manos del grupo “buitre” Petersen. Por lo que la recapitalización dependerá de nuevos tarifazos y/o del financiamiento que puedan aportar los trabajadores de la  “economía popular” contratados por el Ente, con la pérdida de jubilaciones, obra social y paritarias, tal cual ocurre en los bachilleratos, tambos y empresas de Ciudad Futura. No hay que descartar que Pullaro esté interesado en tomar la propuesta, ansioso como está en destruir los convenios colectivos de los estatales, lucifuercistas y trabajadores de Aguas Sanitarias.

“Poder popular” en un drive y con democracia semidirecta

Para conectar la reforma constitucional a las preocupaciones de la sociedad civil, el plexo constituyente votó abrir un periodo de 10 días para habilitar que la ciudadanía presente sus propios proyectos de reforma, que son exhibidos en un drive.

La ONG “Docente por la Educación” presentó un texto que plantea prohibir la educación ambiental porque es “ideológica” y atenta contra “tratados internacionales”. La Federación de Municipales elevó una nota solicitando que en Rosario haya un Convenio Colectivo de Trabajo específico. Los pueblos originarios que se los reconozca como preexistentes al Estado de Santa Fe. Y las Asambleas feministas denunciaron el reparto de cargos en la Constituyente “que nos remonta a épocas previas a las leyes de cupo en Argentina”, un reclamo extraño, considerando que llamaron a votar a un varón para la Constituyente.

Es evidente que esta maraña de planteos contradictorios quedará en el drive, en otra expresión de la democracia semidirecta que defienden todos los proyectos de reforma constitucional, que en ningún proyectó se atrevió a desafiar. Es sintomático que solo los liberfachos se atrevieran a plantear la unicameralidad de la legislatura, un tema que fue descartado de forma automática ya que la ley de la reforma  constitucional votada por diputados y senadores delimitaba los puntos que la constituyente podían tratar, y entre ellos no estaba el funcionamiento de la Legislatura.  No querían pasar a la “historia” perdiendo cargos y cajas.

También los planteos sobre la “nueva política” “desde abajo hacia arriba” quedaron para una “constituyente del futuro”. En el proyecto de “Más para Santa Fe” se establece que la “iniciativa popular” no podrá regir para cuestiones constitucionales, penales, procesales, presupuestarias ni tributarias, que son el eje vertebrador del Estado. La iniciativa del referéndum queda en manos de la legislatura y la de la consulta popular en el Poder Ejecutivo, siendo no vinculante. La revocatoria de mandatos dependerá de una futura ley votada por dos tercios de ambas cámaras de la Legislatura de Santa Fe. Auditorías, audiencias, “asamblea ciudadana”, serán definidas por una futura “Ley de Poder Ciudadano”.

La reforma constitucional de Santa Fe es reaccionaria.

Octubre queda lejos
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