Este jueves 14 de marzo, las cocineras de los comedores y merenderos populares de Rosario se encontraron con un mensaje en sus celulares proveniente del Bar de Alimentos de la ciudad, en el que se les ofrecía comprar 40 packs de botellas de gaseosas con pronta fecha de vencimiento a $75.000. Esto generó la justa indignación y bronca de las compañeras.

El Bar de Alimentos es conocido en la ciudad por haber mantenido o mantener convenios con la municipalidad de Rosario y el gobierno de la provincia para la distribución de los alimentos “recuperados” que están a punto de vencer a comedores y merenderos populares. Una política que el intendente Pablo Javkin y gobernación buscaron presentar como positiva ante la alta demanda de alimentos para que funcionen las ollas, pero que realmente es una estafa.

El Banco de Alimentos está compuesto por un conglomerado de multinacionales alimenticias como Cargill, que acuerdan con el gobierno entregar productos en fecha de vencimiento; en lugar de tirarlos son “donados a los pobres”. Un descaro viniendo de multinacionales que facturan millones. Los alimentos, entre los trámites burocráticos, administrativos y lo que se tarda en repartir, son ya directamente mercadería vencida o descompuesta como en el caso de los frescos.

Los comedores hoy se encuentran funcionando a duras penas como consecuencia de la política de hambre del gobierno de Milei, que no entrega un solo paquete de arroz a los 45. 000 comedores de todo el país. El gobierno de Pablo Javkin y del gobernador Pullaro han hecho campañas con el Bar de Alimentos, una pantalla para ocultar la inexistencia de una verdadera asistencia real y de calidad a los comedores y los merenderos populares. Tan mala era la asistencia y superficial con el Bar que la última vez que recibieron asistencia los comedores y merenderos del Polo Obrero fue hace 7 meses.

Queda a las clara que el Bar de Alimentos no asiste correctamente a los comedores y merenderos sino que ahora manda mensajes a esos mismos comedores y merenderos ofreciendo que se les pague para ubicar packs de gaseosas que las empresas no pueden liquidar en las góndolas por sus altos costos. El Bar ofrece la compra de gaseosas que no aportan ningún valor nutritivo, cuando realmente las personas necesitan ser asistidas con valores nutricionales y de manera gratuita.

En boca de la municipalidad, las ollas populares asisten en la ciudad a unas 200.000 personas por solo hablar de las organizaciones y ONGs registradas, un número que ascenderá si se tiene en cuenta el sector no registrado. Esto da cuenta del hambre que crece en los barrios.

En una Rosario sacudida por el hambre, la miseria y la crisis de inseguridad desatada por las bandas narcos con convivencia estatal, el Bar de Alimentos que mantiene convenios con la municipalidad quiere cobrarle mercadería a los comedores populares que hoy funcionan a duras penas siendo la barrera de contención en el barrio para que no se ramique el narcotráfico.

Los barrios no se urbanizan, se los convierte en guetos con boletos de colectivos a $700, carecen de asistencia alimentaria; pero sí se militarizan con los mismos que liberan la zona manteniendo intacto el negocio multimillonario que se cobra la vida de trabajadores a plena luz del día. Participemos con fuerza del piquetazo nacional del lunes contra el hambre y la miseria. Por los alimentos para nuestros comedores y merenderos populares.

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