Políticas
8/7/2025
YPF y la rapiña buitre contra Argentina
Editorial de Gabriel Solano en 14 Toneladas T2E23.

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YPF.
La semana pasada ocurrió un hecho de mucha importancia en Argentina, que fue el fallo de una jueza de Nueva York, la jueza Loretta Preska, que es un fallo contra YPF y un fallo contra el Estado argentino. Un fallo grave, realmente, porque ordena al Estado argentino entregar el 51% de las acciones de YPF, por lo que fue el juicio por la expropiación que se realizó en Argentina en el año 2012 y entregárselo a un fondo, a un fondo de estos buitre que en su momento compró para litigar a una empresa argentina -a la empresa Petersen del grupo Eskenazi- y que con esa compra, que fue solamente por 16 millones de dólares, esta jueza -unos años atrás-, le dio un fallo favorable por 16 mil millones de dólares. Imagínense el negocio de pagar 16 millones de dólares y luego que salga un fallo a tu favor por 16 mil millones de dólares. Como este fallo no se pudo ejecutar ahora esta jueza ordena que el Estado argentino entregue el 51% de las acciones de YPF. Y a la vez, esta misma jueza, dice que YPF debe darle acciones a un grupo que tiene bonos de la deuda que en su momento no ingresaron a los sucesivos canjes que hubo para tratar de darle, por una deuda también de 90 millones de dólares, una cantidad de acciones de YPF.
Es indudable que estamos frente a un hecho que avasalla la soberanía nacional y que de una manera muy, digamos, interesante, establece una reprivatización directa de YPF a través de un fallo de una jueza de Nueva York. Porque si el Estado argentino deja de tener estas acciones de YPF, esta pasa a ser controlada por el capital privado a nivel internacional; es decir, que el destino de YPF lo decide una jueza de Nueva York.
Obviamente nosotros rechazamos este fallo y vamos a ver cuál es el fundamento que tiene y quiénes son los responsables de que esta situación haya llegado hasta donde llegó. Pero también nos permite ver el problema de YPF, una mirada más amplia de cómo Argentina trató una cuestión tan clave, tan sustancial para su economía, como es la cuestión energética, la cuestión del petróleo; y cómo esa cuestión de la energía, esa cuestión de petróleo, de alguna manera, nos permiten hacer un juicio histórico sobre la clase dirigente del Estado argentino, que es la burguesía nacional, porque -como muchos han dicho, y creo que es correcto- se puede escribir una historia argentina del siglo XX y del siglo XXI a través, justamente, de cómo la clase capitalista argentina y los sucesivos gobiernos y los sucesivos partidos abordaron el problema petrolero y el problema energético.
Fíjense que YPF se fundó en el año 1922 bajo el gobierno de Yrigoyen, antes que termine su primer mandato; inmediatamente asume la presidencia Alvear. Y mucho se dijo, en una parte de la izquierda y del progresismo, que era el modelo a seguir de una especie de petróleo estatal en la Argentina. Y esto nunca fue así, porque YPF siempre terminó conviviendo con otras empresas privadas que también explotaban el petróleo argentino, era una empresa del Estado que explotaba petróleo argentino junto a empresas privadas que explotaban también el petróleo argentino. Y el primer golpe importante de la historia argentina del siglo XX se va a dar justamente contra Yrigoyen en 1930, después que vuelve a ganar las elecciones y recupera la presidencia en 1928. Y el golpe de 1930 -hay un acuerdo entre los historiadores- estuvo motivado muy fuertemente por el problema petrolero. ¿Y por qué el problema petrolero? Porque estaba una empresa norteamericana clave, la Standard Oil -la empresa más importante de petróleo de aquel entonces-, que quería quedarse con buena parte del petróleo argentino y el gobierno de Yrigoyen, que muchos lo recuerdan como el primer gobierno nacional y popular de Argentina, oficiaba para otros intereses; aunque tenía un proyecto en el Congreso para nacionalizar el petróleo, que nunca lo votaron, terminó dándole a Shell -una empresa también imperialista petrolera- una refinería en Dock Sur. Es decir que amenazaba con nacionalizar mientras trabajaba con otros sectores del capital internacional.
Pero se produce un golpe justamente para tratar de habilitar el ingreso una petrolera norteamericana en Argentina y ese golpe es apoyado por la burguesía nacional, muy claramente. El golpe en 1943, para que ustedes vean los golpes cómo se relacionan con el petróleo, ¿por qué viene? Viene porque quien era en su momento gobernador de Salta, Patrón Costas, un tipo bastante conocido en la historia argentina de choques con el peronismo. En Salta había entrado la Standard Oil, esta empresa norteamericana, y justamente se postula para la presidencia y aparece el debate que el imperialismo norteamericano se queda con el petróleo y en Argentina, quien tenía más peso en ese momento todavía era el imperialismo inglés. Y se produce un golpe en 1943 para evitar el ingreso justamente de esta empresa norteamericana.
Antes que esto en la Guerra del Chaco, entre Paraguay y Bolivia, como Paraguay estaba defendiendo los intereses de la Shell y Bolivia lo de esta empresa norteamericana petrolera, Argentina se alinea con el Paraguay; es decir que la burguesía latinoamericana justamente va oscilando entre sectores del imperialismo sobre el tema petrolero. Y cuando viene Perón después del 45-46, si bien el plantea una especie de nacionalización de petróleo, antes de su caída en el 55, arma los primeros contactos petroleros para el ingreso de la Standard Oil.
Este es un tema importante. El peronismo ya no en su fase de año 70 y pico con Isabel y la Triple A, sino en los primeros mandatos de gobierno de Perón, es el que plantea el ingreso de capital norteamericano en el petróleo argentino. Se aparece oponiendo Frondizi originalmente, pero cuando llega a la presidencia Frondizi después, es el que suscribe los acuerdos petroleros. Por lo tanto toda la burguesía argentina trabaja en el problema petrolero a favor del capital internacional e YPF es solamente una mediación para que el Estado argentino haga estos pactos con el capital internacional.
Con la dictadura militar, es un tema importante también, YPF va a ser fuertemente endeudada: prácticamente la deuda pasa de los 300 millones de dólares, cuando empieza en el 76 la dictadura de Videla y Massera, y termina el año 83 con 4 mil millones de deuda. Esa deuda manda la empresa prácticamente a la quiebra y va a ser uno de los fundamentos posteriores por los cuales el peronismo con Menem va armar una privatización completa de YPF.
Entonces se dan cuenta cómo no solamente el problema petrolero es determinante del golpe de Estado y con el peronismo, que con un discurso nacional y popular primero habilita o quiere habilitar los ingresos de capital norteamericano en el año 55, pero luego va a ser en la década del 90 quien hace la privatización completa, entregando YPF a Repsol. Y ahí se abre una historia muy importante de las últimas décadas que es más conocida ya por nosotros, porque la privatización de Repsol le permitió a esta empresa española -y digo norteamericana también porque una parte importante de su capital accionario cotiza en la bolsa de Wall Street, es decir, es española por su sede pero hay capital norteamericano muy importante dentro de Repsol- va utilizar las ganancias que obtiene de Argentina para inversiones en el extranjero o para cancelar deuda que tenía Repsol en el extranjero y como consecuencia de eso vamos a ver una caída muy fuerte de la producción.
¿Quién se beneficiaba con la privatización de YPF? Bueno, muchos gobernadores que en el medio de esto se arma una reforma constitucional del año 94 para habilitar la reelección de Menem y permite que lo que se llama propiedad del subsuelo pase del Estado nacional a las provincias y con ese gancho Menem logra que los gobernadores, todos los gobernadores, especialmente los de las provincias petroleras, apoyen la reelección de Menem. Uno que era clave en todo esto fue Néstor Kirchner, que va a apoyar claramente esta reelección justamente por esta cláusula constitucional que le otorga a Santa Cruz –él era gobernador de Santa Cruz- la propiedad de subsuelo y la posibilidad de negociar con la empresa directamente los contratos. Y eso va a ocurrir bajo la década del 90 con Menem. Pero, ¿cuál era el costo de todo esto? El costo de la caída muy fuerte de la producción, lo cual implicaba para el país la necesidad de importar energía, con todo lo que eso supone de gasto de divisas.
Esto lo deja el gobierno De la Rúa y el kirchnerismo cuando asume en el año 2003 mantiene este esquema hasta que se hace insostenible, y se hace insostenible, justamente, por el derrumbe de la producción. Y la primera medida que va a tomar el gobierno de Néstor Kirchner es realmente una gran estafa, que tiene mucho que ver con lo que estamos viendo ahora, que es lo que se va a llamar la argentinización de YPF ¿Qué es la argentinización de YPF? Es hacer que un grupo capitalista local ingrese a YPF como socio de Repsol. ¿Quién es ese grupo capitalista local que ingresaba a YPF como socio de Repsol? El grupo Eskenazi, que era quien mantenía también la privatización del Banco de Santa Cruz. Era un grupo que nada tenía que ver con el petróleo. No, sus, digamos, conocimientos pasaban por otro lado: tenía bancos, tenía empresas de construcción, pero nada que ver con el petróleo, e ingresa a la empresa sin capital propio. ¿Y cómo va a pagar ese 25% que le da Repsol de acciones? Lo va a pagar con los beneficios que genera la empresa. Un hecho escandaloso porque llevaba ¿a qué? A que esa empresa se descapitalizara cada vez más, porque los beneficios no se invertían en YPF, no se reinvertían en el país, sino que se utilizaba para que este grupo Eskenazi le pague a Repsol la parte que tenía. Y a Repsol le servía esto también porque Repsol podía eludir todo tipo de controles de capitales y fugar dinero al extranjero.
Entonces, bajo esta argentinización de YPF completamente trucha se agrava la crisis petrolera argentina, la crisis energética argentina y llevó a una pérdida gigantesca de divisas por parte del Estado nacional, que eso llevaba a devaluaciones de la moneda, a mayor inflación, a un derrumbe del salario, a un crecimiento de la pobreza, todo eso generado bajo el gobierno kirchnerista y en un momento era tan evidente que el gobierno tuvo que pegar un viraje.
Y ese viraje llega en el año 2012, cuando se produce la expropiación de la empresa y esa expropiación de la empresa no da lugar a una empresa estatal de YPF, mucho menos da lugar a una nacionalización integral del petróleo, sino que esa expropiación se termina conformando con una YPF Sociedad Anónima, en la cual el Estado argentino tiene una mayoría accionaria, pero no es una empresa del Estado, no forma parte del presupuesto público, lo que hace YPF no se discute en el Congreso Nacional, sino que es una empresa privada que tiene una mayoría del Estado, con un 51% de las acciones.
Y el Grupo Repsol recibió una indemnización por esto que llegó en el año 2014 a casi 10 mil millones de dólares, una enorme fortuna de dinero que se sumó a toda la plata que en su momento el Grupo Repsol giró al exterior. Y este grupo Eskenazi, cuya empresa es Petersen, sus acciones no fueron expropiadas y vende una parte de esas acciones a un fondo internacional para que demande a la Argentina. Y a pesar de que lo que vende es el 70% del 25%, se hace este juicio en Nueva York y la jueza de Nueva York le da la razón y saca un fallo en el cual ordena al Estado argentino pagarle 16 mil millones de dólares a este fondo buitre, al cual está asociado este grupo Petersen Eskenazi, que era socio del kirchnerismo en Santa Cruz; un negocio gigantesco: no pusieron plata de entrada, pagaban con los beneficios que obtenía la empresa y ahora va a ser socio de lo que son los 16 mil millones de dólares que pide la jueza que se le paguen a ellos. Hay quienes dicen incluso que toda la totalidad de la deuda iba para ellos, porque este grupo Burford, que es quien está asociado a la demanda, parece que no es realmente propietario de la demanda como tal. Entonces vemos que primero se reconoce una jurisdicción internacional, por eso hay un juicio en Nueva York, para una empresa que nunca puso plata propia y para un fondo buitre que aparece asociado a ella, demandando al Estado argentino.
Esto fue lo que estuvimos viendo todo el tiempo y ahora vemos además todas las complicidades que hubo. Porque no es solamente un problema de una clase social, es el mismo personal político el que está detrás de todo esto, para que ustedes puedan ver lo interesante que es esto: por ejemplo, cuando asume el gobierno de Alberto Fernández, nombra como procurador, es decir, como jefe de los abogados del Estado a Zanini, ¿Zanini qué era, cuando lo nombró a Alberto Fernández como procurador, antes de esto? Era el abogado de grupo Petersen-Eskenazi en Santa Cruz; es decir son las mismas personas que están en el Estado quienes deberían defender al Estado, se los nombra como procuradores a partir de la defensa que tienen de un grupo privado. Es un verdadero escándalo. Obviamente no hizo nada para defender a Argentina en ningún juzgado porque eran socios y empleados de Eskenazi, tenía que defender el Estado pero defendieron a Eskenazi.
Y cuando viene Milei pasa algo parecido. Son nombres menos conocidos pero, por ejemplo, Milei nombra como segundo de la Procuración a una persona que se llama Andrés de la Cruz, el vice de la Procuración –este de la Cruz- es el encargado de los juicios internacionales contra el Estado. ¿Qué hace? ¿Quién era este tipo? Era también abogado de Eskenazi. Y otra vez es el zorro en el gallinero. Lo mismo que hizo Alberto Fernández nombrando a Zanini acá nombra directamente a un abogado de Eskenazi a cargo de la procuración; el tipo ¿qué va a hacer? Trabaja para Eskenazi; y cuando este renuncia nombran a otro: se llama Santiago Castro Videla, que se excusa también porque su socio fue testigo contra Argentina en este juicio en Estados Unidos. Entonces uno ve cómo la burguesía argentina, ya sea Alberto Fernández, ya sean los Kirchner, ya sean los Milei, no solo sigue una orientación absoluta de entrega de nuestros recursos naturales, sino que es el mismo personal que trabaja para estos grupos privados que hoy demandan en una sede internacional una cantidad de dinero que es absurda, completamente, porque hoy YPF tiene una valoración accionaria de 13 mil millones de dólares y piden por el 25% 16 mil millones. Es absolutamente impagable todo esto.
Entonces acá estamos teniendo un juicio histórico a una burguesía argentina que es responsable de una entrega, de la privatización, que es responsable de la entrega, de haber admitido un tribunal internacional para este tipo de juicios y ahora colocan justamente en manos de Milei, nada más y nada menos, la responsabilidad de decidir qué hacer frente a este fallo. Milei ha dicho que va a apelar, pero el presidente de YPF puesto por Milei dice “este no es un fallo contra nosotros, este es un fallo contra el Estado argentino, no contra YPF”. Pero si se llega a concretar lo que pide la jueza, que se entregue el 51% de las acciones, YPF pasa a ser controlada por el capital privado porque el Estado pierde ese 51%.
Entonces, ¿qué es lo que tenemos que hacer frente a esto? Obviamente rechazar el fallo; no hay ningún tipo de jurisdicción de la Justicia norteamericana sobre YPF y sobre el Estado argentino. Y eso debe hacerse ya no solo para la YPF actual, sino mucho más allá para proceder a una nacionalización integral del petróleo y de la energía por un gobierno de los trabajadores. Porque los esquemas que hemos visto son esquemas que van al fracaso y lo estamos viendo ahora mismo, por ejemplo, lo que pasa en Mar del Plata, donde una ciudad se quedó sin gas justamente por la falta de inversión de los grupos económicos. Tenemos Vaca Muerta, que es uno de los principales yacimientos de gas no convencionales del mundo, pero Mar del Plata se quedó sin gas por falta de inversión. ¿Y por qué falta de inversión? Bueno, porque el tipo de cambio actual han crecido los costos en dólares y, al revés, se reduce el beneficio de las exportaciones. Entonces, por ejemplo, el último yacimiento, Néstor Kirchner, que se inauguró hace muy poquito atrás, funciona solo con el 60%, porque no hay inversiones en Vaca Muerta como tiene que haber, y al no haber inversiones terminamos con Mar del Plata sin gas.
Entonces, no solamente es una cuestión vital para la industrialización del país tener una energía en manos de un gobierno de trabajadores, sino que es clave incluso para la vida cotidiana, porque hoy hogares de Mar del Plata, por ejemplo, se quedan sin gas por culpa de esta política. Así que a rechazar con todo este fallo y a presentar un programa alternativo que no es el programa de kirchnerismo, que no es el programa de peronismo, sino es un programa de nacionalización integral de los recursos naturales como parte de una unidad socialista de América Latina, que fue lo que se nos prometió y nunca existió.

