En la Universidad de Buenos Aires ocurrió un hecho repudiable. En el marco de una jornada por los 40 años de democracia, las autoridades universitarias no tuvieron mejor idea que invitar a dar “lecciones cívicas” al presidente de Ucrania, Volodímir Zelensky, que participó de manera virtual. Zelensky, un líder de ultraderecha que actúa como títere de Estados Unidos, procedió sin más a realizar una apología de la guerra y hasta tuvo el descaro de reclamar que Argentina intervenga y se coloque incondicionalmente en el bando de Estados Unidos y la Otan.

Vestido con ropa de fajina, Zelensky instó a que el gobierno argentino establezca sanciones económicas contra Rusia; apoye la propuesta de “paz” esgrimida por Ucrania, cuyas pretensiones solo podrían ser aceptadas por Rusia tras una derrota militar total –es decir, firmar la propuesta ucraniana de “continuidad” de la guerra; y que Argentina colabore con la “estabilidad económica” de Ucrania, lo cual significa que Argentina, en vez de aumentar el presupuesto para universidades que se caen a pedazos o para paliar el hambre y la miseria del país, ¡tendría que utilizar sus escasos recursos para financiar una guerra de la Otan en el este de Europa!

La Embajada y las elecciones

La conferencia, citada en la Facultad de Económicas, fue encabezada por el rector Ricardo Gelpi y la plana mayor de la UBA, además de las representantes estudiantiles de la Fuba y la FUA.

Las camarillas universitarias montaron una puesta en escena de estudiantes y funcionarios “dialogando” con Zelensky, a la par que cursaron invitaciones a los verdaderos destinatarios del evento: las embajadas europeas y la estadounidense.

La presencia del presidente ucraniano en la UBA constituye una ofrenda de postración de las camarillas universitarias –por lo tanto de la UCR y Rodríguez Larreta- al mediático embajador yanki Marc Stanley.

En paralelo, Sergio Massa, el malogrado ministro de Economía y candidato del Frente de Todos-Unidos por la Patria, practica idéntico servilismo a Estados Unidos. Ante las declaraciones de Zelensky, la vocera presidencial Gabriela Cerruti se limitó a recordar que Argentina siempre había condenado a Rusia.

Tareas en la izquierda

La izquierda que se planta tiene una tarea doble. Por un lado sumarse al rechazo a la presencia de Zelensky, campaña ya iniciada por el gremio docente AGD-UBA. El gremio viene de impugnar todos los golpes de la camarilla contra la universidad pública, como el curso de posgrado sobre el “peligro Mapuche” –impartido por carabineros de Chile-, la reunión con la segunda Jefa del Departamento de Estado de Estados Unidos, el dictamen favorable al saqueo de los bonos de la Anses, o el apoyo de los rectores al pago al FMI.

Por el otro, terminar con cualquier alineamiento de la izquierda con la Otan. No hay nada progresivo en ninguno de los bandos. No existe una justa “resistencia ucraniana”, sino grupos armados y dirigidos desde Washington. Putin, en tanto, no juega ningún rol de confrontación con el imperialismo.

Abajo la Otan, abajo Putin, abajo los gobiernos de la guerra. En la UBA, y en todas las universidades, terminemos con las camarillas y pongamos la educación al servicio de las grandes necesidades sociales.

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