Salud
29/4/2025
Los candidatos porteños y la salud mental
Improvisación y estigmatización para favorecer negocios capitalistas. Enfrentémoslos con Vanina Biasi.

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Foto: Periodismo en Movimiento
En las elecciones de la Ciudad de Buenos Aires, distintos candidatos de partidos capitalistas tomaron nota de la preocupación popular por la salud mental -algo que la izquierda viene trabajando hace décadas.
Por ello, comienzan a decir cosas sobre salud mental, lo cual es muy distinto a hablar sobre salud mental y elaborar un planteamiento hacia el área.
Candidatos que presentan listas y discursos formalmente diferentes tienen, sin embargo, un punto común en su vínculo con el lobby medicalizador y farmacéutico.
Aquí debe incluirse la burocracia sindical de médicos municipales, que actúa como una verdadera corporación en función de una caja millonaria y codiciada.
Lospennato, el PRO y la derecha estigmatizante
Una de las protagonistas más viles de esta elección, la candidata del PRO Silvia Lospennato, refirió que las personas en situación de calle estarían en esa condición por tener “problemáticas de salud mental” y “adicciones”. Las declaraciones se dieron en un programa televisivo de La Nación la semana del 16 de abril.
Esta estigmatización va en línea con la de su mandamás político Jorge Macri. Según el jefe porteño: “No se puede ayudar a las personas que atraviesan problemas de adicciones por las deficiencias contenidas en la Ley Nacional de Salud Mental”.
Se trata, en ambos casos, de una tergiversación de la realidad y de la legislación vigente. La reintroducción de elementos punitivos contra los sectores vulnerables busca reemplazar la lógica de atención y cuidado por una modalidad represiva. El “loco” y el “vagabundo”, en este relato interesado, deben ser criminalizados, lo cual presiona contra el resto de los trabajadores para mantener su “cordura” y “productividad”.
Esta justificación ideológica rebalsa la mera vocación oscurantista o fascistoide del PRO para encontrar un correlato en el negocio de los fármacos, en la contratación espuria de privados como proveedores del Estado en materia de salud y, por supuesto, en la reducción de personal de atención, como ya hemos visto en el cierre de residencias y concurrencias de Ciudad, achique de CeSACs (centros de salud) o salarios miserables (entre tantos otros).
Manuel Adorni, el candidato de Milei, comparte sin fisuras este enfoque. Congruente con ello, ha reciclado al personal político del macrismo para concretar los ataques a las RISaM (Residencias Interdisciplinarias en Salud Mental), al hospital Bonaparte, a la Superintendencia de Servicios de Salud. Otro candidato, Horacio Rodríguez Larreta, por su parte, se rigió con la misma orientación como Jefe de Gobierno.
Santoro, otra lista de la corpo médica
El contendiente del peronismo-kirchnerismo Leandro Santoro coronó como segunda candidata de la lista a Claudia Negri, videcana de la Facultad de Medicina de la UBA. Negri es un alfil de Carlos Rojo, el hombre detrás de la llamada “mafia de los medicamentos”, del desfalco del Pami, de la burocracia de Médicos Municipales que impide el reconocimiento de las profesiones en los hospitales y centros de salud.
La segunda de la lista de Santoro es parte del intento de reforma en la carrera de salud que busca rebajar a psicólogos, trabajadores sociales, terapistas ocupacionales y otras especialidades a la categoría salarial de enfermería. Una nivelación para abajo que destruye cualquier posibilidad de interdisciplina en salud mental y promueve el éxodo de profesionales.
El premio a Carlos Rojo y su gente con el segundo lugar en la lista muestra que es este espacio quien fija la línea de Santoro en salud y en salud mental. La pretensión de un programa alternativo, como dicen representar Patria Grande u otros sectores, encubre su renuncia a una campaña y línea propia. Es la enésima subordinación a la “derecha” para obtener alguna banca. Una práctica deshonesta que nos llevó al escenario actual.
En oportunidades anteriores, Santoro había oscilado entre un palabrerío genérico sobre problemáticas contemporáneas y el apoyo a la utilización de pistolas taser por la policía en casos de emergencia subjetiva. Se trata de una violación del protocolo 2013 que estipula la necesidad de intervención de un equipo de salud en esos casos.
ChatUCR
Tal vez la nota de la campaña la dio la candidata del partido radical Lucille Levy con su propuesta de utilizar una aplicación de inteligencia artificial de “prevención y tratamiento en salud mental”. Una barbaridad de inspiración libertaria que, en el contexto argentino de despidos y vaciamientos, implica objetivamente un ataque a los trabajadores del área.
En su respuesta a Vanina Biasi, que criticó correctamente el planteo, Levy asegura que se trata de “facilitar el acceso para quienes más lo necesitan”. Es decir que quien pueda pagar el acceso a la salud mental tendrá un tratamiento con profesionales humanos, formados y matriculados, mientras que los pobres se tendrían que conformar con bots o ChatGPT.
Una concepción tan elitista que invalida, para cualquier persona con un mínimo de sensibilidad social, a la candidata que dice venir a “renovar” la UCR.
Lucille Levy funge como representante de un espacio que no solo gobernó la ciudad con el PRO, sino que también gobierna la UBA, una mini provincia enclaustrada en la Ciudad. Desde allí, radicales y aliados han desarrollado todo tipo de negocios privatistas. Como el PRO y como el peronismo, también involucrando a Carlos Rojo y a las farmacéuticas. La atención ambulatoria en salud mental no es ni fue una de sus prioridades. La Fuba, conducida por Levy y sus socios, bajó todos los reclamos de atención psicológica en la universidad, un contraste con el periodo anterior de la federación universitaria bajo la dirección de la izquierda.
Planteos y debates desde el Frente de Izquierda
La intervención cada vez más directa de las burocracias y corporaciones médicas en la campaña de Capital marcan el peso social del sector, al cual todos los partidos patronales se subordinan.
Este elemento debe ser analizado y cuestionado. Los negociados y el ajuste en salud mental están imbricados, como lo demuestran los “planteos” de los candidatos capitalistas, con la vuelta al relato de la peligrosidad, una forma de trasladar las problemáticas psíquicas de la esfera de cuidados al ámbito represivo y del control social, lo que se conoce como “lógica manicomial”.
Para la población general, las medidas de los candidatos capitalistas cierran el acceso a la salud mental. Así, en vez de profesionales en las áreas específicas, en familia y adolescencia, ante el incremento de las apuestas online o de temas de alimentación y cuidados, el vaciamiento solo ofrece psicofármacos y salidas individuales que responsabilizan a las familias de las problemáticas sociales que los gobiernos no quieren atender.
Es por ello que solo el Frente de Izquierda, con su equipo de expertos, presentó proyectos hacia un plan integral de salud mental, tanto en 2021 como en 2023.
La ausencia de un diseño general de salud mental, o sea la falta de una dirección de salud que evalúe las distintas problemáticas y distribuya los recursos en función de ello, atomiza las iniciativas particulares y es terreno fértil para la prebenda al privado amigo del poder, quien puede venderle a la Ciudad su servicio sin rendir cuentas a nadie.
Defendemos una perspectiva en salud tanto para la atención en respeto a las leyes nacionales y de Ciudad del área, o sea de cuidado, como en vínculo con el territorio y de apoyo a las reivindicaciones de pacientes y trabajadores.
Para defender la salud mental, reforcemos el bloque del Frente de Izquierda en la Legislatura con Vanina Biasi.
