En la mañana del jueves 8, al ingresar a la redacción del diario en la sede de Pompeya, encontramos que todos los carteles gremiales (los referidos a las paritarias, los que denunciaban la persecución gremial en Crónica y BAE, los referidos a los despidos en Perfil, etc.) habían sido arrancados de las paredes.

También se robaron de mi cajón las actas de las audiencias mantenidas en el Ministerio de Trabajo y otros papeles que documentaban la deuda de la empresa por el día del periodista. En su lugar dejaron unas calcomanías (rotas) de Mariano Ferreyra en lo que constituye un verdadero mensaje mafioso.

Lo más grave es que ingresaron a mi PC -para lo cual tuvieron que usar la contraseña de red, algo que sólo conoce gente de la empresa- y borraron o se llevaron todos los archivos que tenía en ella.

Los últimos compañeros en irse la noche anterior se cruzaron con Alejandro Olmos (dueño del diario) y Rodrigo Conti (director de contenidos periodísticos del grupo Crónica) que subían a la redacción ya sin presencia de trabajadores.

Este ataque ocurre en medio de las denuncias de persecución gremial en Crónica y BAE. La empresa impulsó, hace un mes y medio, un cambio de razón social y dejó afuera del traspaso a 128 empleados -incluyendo a los delegados y varios activistas conocidos-, quienes en la actualidad siguen cumpliendo funciones en la redacción de Pompeya. Esto ameritó un conjunto de medidas gremiales: movilizaciones, actos, denuncias públicas a través de los medios, audiencias en el Congreso Nacional y en la Legislatura porteña.

La situación nos preocupa porque éste no es el primer ataque sufrido por los trabajadores de prensa durante este conflicto. El 1º de abril, mientras pegaban afiches, dos delegados de prensa de otros medios fueron atacados violentamente por una patota.

Estos son los métodos de la patronal del diario (Crónica) que según la Presidenta "defiende permanentemente los intereses de los trabajadores". La frase, nada casual, fue dicha al día siguiente de una masiva marcha organizada por el Plenario Autoconvocado de Delegados de Prensa contra la persecución yen un actojunto a Antonio Caló, que es el verdadero dueño de Crónica y BAE manejados por su testaferro Olmos.

El apoyo oficial a los Olmos se da a través de la pauta y de la inacción del Ministerio de Trabajo. Inclusive militantes de Kolina van de candidatos a delegados truchos en las elecciones ilegales que impulsa la patronal para impedir la reinstalación de los legítimos delegados. Otros militantes de Kolina hostigan a los trabajadores del ex diario El Atlántico en Mar del Plata (también del grupo Crónica)

Estos ataques no hacen más que darle fuerza a nuestro reclamo contra la persecución gremial en Crónica y BAE.

David Nudelman, delegado del Diario BAE