Sindicales
28/9/1992|367
Como encaramos la lucha por el salario
Dos caras en la UOM Avellaneda
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En la seccional se registra una gran tensión salarial. Al virtual congelamiento de las remuneraciones (ya lleva 18 meses), se le agrega ahora el corte de “horas extras”, que encubrían los miserables salarios de convenio y actuaban como paliativo. Esta situación se constata en las fábricas Marte, Motorar y aun en fábricas en su momento súper-reactivadas como Siam (Aurora Grundig).
Las patronales han impuesto racionalizaciones (léase despidos) y están intentando imponer la “flexibilidad laboral", en particular en las empresas más afectadas por (a crisis. En Galimberti se produjo el despido de prácticamente la mitad del personal y una intensificación de los ritmos de trabajo; en Florcaide, luego del despido de 15 compañeros, la patronal pretende mantener la misma producción con el plantel reducido; en Lombardi, una de las principales fábricas de la seccional se ha procedido a una alteración profunda de las condiciones de trabajo. Estos ataques se han dado a cambio de compensaciones salariales miserables (lo que representa una rebaja salarial) o directamente sin compensación alguna.
Dos ejemplos opuestos: Lombardi y Capea
Los “planes de lucha” (es una forma de decir) de la dirección nacional de la UOM vienen provocando cada vez mayor resistencia en la base del gremio, esto debido a su inutilidad, inoperancia y falta de perspectivas.
El fracaso - más bien la verdadera bancarrota— de la conducción de la UOM ha acentuado aún más su división. La burocracia de la UOM-Avellaneda (lista Rosa) mantiene Una connivencia total con las patronales. Guerrero sería partidario de efectivizar sin más trámite la “flexibilidad" e inclusive de marchar a acuerdos por empresa y pasar por alto los límites que pretende conservar el miguelismo. La conducción guerrerista ha actuado en repetidas ocasiones desconociendo las medidas de fuerza adoptadas por la UOM central, impulsando el trabajo de las extras o llamando a normalizar las tareas, dando por concluido por anticipado los “planes de lucha”.
El mejor ejemplo de todo esto es el acuerdo de “flexibilización” suscripto por la interna Rosa en la empresa Lombardi, a contramano de la voluntad de los trabajadores (ver artículo sobre el tema).
La contracara de esto es la experiencia de Capea, la principal fábrica de oposición a la burocracia en la seccional, donde la interna y un cuerpo de delegados independientes han sido la base para el logro de importantes conquistas, a partir de movimientos propios de la planta. La reactivación que se operó en la empresa, y que aún continúa, fue una oportunidad no desaprovechada por el cuerpo gremial para arrancar una serie de concesiones salariales que han triplicado los salarios de convenio (900 pesos contra apenas 360 pesos por convenio), sin alterar un milímetro las condiciones de trabajo. La burocracia no puede exhibir ni una aproximación de “éxito" similar.
Es necesario preparar y organizar un movimiento por la propia, motorizando mediante asambleas que fijen los reclamos e impulsen un curso de acción e ir formando, a partir de allí, un bloque de delegados y activistas que permita ir forjando una sólida oposición que de batalla por una nueva dirección de la UOM.
UOM – Avellaneda: Lombardi
En diciembre del ‘91 el personal realizó una asamblea con el propósito de facultar a la comisión interna (enrolada en la lista Rosa de Guerrero) a solicitar a la patronal un aumento salarial. La patronal respondió que los salarios debían negociarse por “productividad", lo que significaba: diversificación de tareas; operar hasta tres maquinas simultáneamente; reducción de la tasa de ausentismo por enfermedad y trabajar horas extras. A cambio de todo esto, un 15% a 20% de aumento. Esta propuesta fue rechazada Por unanimidad, en Asamblea, a pesar de la presión que ejerció la comisión interna.
Al día siguiente, la comisión interna, contraviniendo la resolución de asamblea, convocó subrepticiamente a las tres secciones que se verían más afectadas por el nuevo sistema, y luego declara que había ganado la postura de aceptar la "productividad" y firman con la patronal el acuerdo en el Ministerio de Trabajo. Este acuerdo habilita a la patronal a amenazar con despidos a todos los que se niegan a aceptar el trabajo a destajo.
Corresponsal