Sindicales

8/3/2022

Elecciones en la UOM Villa Constitución

El 7, 8 y 9 de marzo tienen lugar las elecciones de la emblemática seccional.

Imagen: InfoGremiales.

Este 7, 8 y 9 de marzo tienen lugar las elecciones de la emblemática seccional de la UOM Villa Constitución. Se presentan dos listas. Por un lado, la actual conducción de la lista Blanca, encabezada por Pablo González, alineada con la burocracia de Antonio Caló. Por el otro, la lista “Celeste-Frente de Unidad Metalúrgica 16 de Marzo”, un frente integrado por organizaciones que se reclaman clasistas y otras que forman parte del espinel de agrupaciones de la burocracia peronista y del centroizquierda: El Martinete (que orienta Política Obrera), la Verde-Negra (vinculada al PCR), la Azul de la CTA Yasky y Victorio Paulón, y la Marrón de la CTA Godoy y Juan Actis. La misma lleva como candidato a secretario general a Christian Miguez (El Martinete-Política Obrera), un reconocido luchador metalúrgico, con serias chances de ganar.

La lista Blanca de “Piparra” González, actualmente al frente de la seccional, proviene de un desprendimiento de la lista Azul de Paulón y el yaskysmo. En estos años profundizó la entrega del salario en la línea de la UOM nacional; permitió los despidos, como sucedió en las contratistas de Tenaris y perpetuó el régimen de contratistas, con trabajadores de primera y de segunda. Sin deliberación de las bases de los metalúrgicos, eliminando la democracia sindical.

Caló está entregando la paritaria metalúrgica -40% a octubre, arrancando con una cuota del 20% en abril, que representa un fuerte retroceso salarial frente a la inflación proyectada y lo ya perdido- a la medida del acuerdo con el FMI.

Sin independencia política es imposible concretar la recuperación gremial

La lista Celeste-Frente de Unidad Metalúrgica 16 de Marzo cobija a gran parte del activismo metalúrgico de Villa Constitución, centralmente de la comisión interna de Acindar, que en los últimos años impulsó la pelea salarial y por las condiciones laborales, en la que es la principal planta metalúrgica de la seccional. Algunos de esos activistas integran agrupaciones que han virado en los últimos años a un apoyo al gobierno de Alberto Fernández (Verde-Negra/PCR). El frente nuclea también a sectores históricos de la burocracia sindical, como son la Azul y la Marrón, responsables de la entrega de las conquistas de los metalúrgicos cuando estuvieron al frente de la seccional, como sucedió en Paraná Metal*.

El Frente plantea en su programa el salario digno, la recuperación del sistema de salud y la democracia sindical como grandes ejes, denunciando la paritaria de la burocracia sindical. Con un conocimiento profundo de la situación de planta, detalla también reivindicaciones específicas sector por sector. No se pronuncia por la independencia política, por el contrario, en reportajes dados a los medios de comunicación un candidato de la Azul señaló que “el objetivo es alinear a la seccional con el gobierno municipal, provincial y nacional, para fortalecer a los compañeros”. Una opinión que no está aislada dentro del armado, como se ve en las charlas que mantuvo la lista con el kirchnerista “Beto” Pianelli, de la AGTSyP, o con el sindicato aceitero, más independiente pero que se ubica desde el 2019 en el campo del “antimacrismo”, que llevó al gobierno al Frente de Todos. Es evidente que dentro del armado el clasismo está en franca minoría.

Así las cosas, la lista que encabeza Míguez presenta contradicciones profundas: encabezada por un luchador antiburocrático e integrada por sectores combativos y burocráticos. La evolución dependerá de la capacidad del activismo de avanzar en sus reivindicaciones mediante la independencia política del gobierno y de las burocracias que le responden. Una experiencia que se recorrerá de manera acelerada frente al pacto con el FMI y que pondrá a prueba la consistencia del reagrupamiento que no podrá salir del paso bajo el manto de “la unidad de los metalúrgicos” y “recuperar la tradición del gremio”, como hizo hasta ahora.

¿Cómo piensa la lista Celeste defender el salario, si en su seno están las agrupaciones que vienen de entregar el salario docente? ¿Cómo hará la lista Celeste para defender la democracia sindical, si el yaskysmo constantemente burla la deliberación de las bases, no elige paritarios y se sienta a negociar de espaldas a los trabajadores?

Como dijo Gregorio Flores: “Piccinini, Gdansky, “Barba” Gutiérrez, Guillán, Mary Sánchez, que tomaron el poder en sus sindicatos como opositores y terminaron siendo parte del arco de colaboración con gobiernos patronales y enemigos del clasismo, tienen en común no haber cortado su cordón umbilical con el nacionalismo burgués”. El sentido progresivo de la lista Celeste, frente a la lista Blanca comandada por Caló, dependerá de la capacidad del activismo y de la izquierda para romper los claros límites políticos de colaboración de clase que representan el resto de los sectores. Llamamos a apoyar la lista Celeste-Unidad Metalúrgica, con un programa de soberanía de la asamblea general y los plenarios de delegados con mandato e independencia política de los gobiernos y de la burocracia sindical entreguista.

 

*En 2012, las elecciones se produjeron tras la catástrofe que significó el conflicto de Paraná Metal. La Marrón, de los históricos Piccinini y Actis, dirigía la seccional. Luego de una dura lucha con corte de autopista Santa Fe – Buenos Aires, por más de 30 días, terminaron aceptando un acta acuerdo que dejaba en la calle a 900 familias de los 1.100 puestos de trabajo, liquidaba el convenio de autopartes (laudo 29) y las conquistas particulares de fábrica. Una enorme fábrica, terminó como una pyme para ser finalmente cerrada unos años más tarde con Cristóbal López y el kirchnerismo a la cabeza de este proceso de desguace. En ese momento la Azul de Paulón, dirigía la comisión interna de Acindar, que tras haber firmado una paz social no organizó la planta para que los trabajadores salieran decididamente a apoyar la lucha de Paraná Metal. Ello hubiera cambiado enormemente el panorama, por el peso específico de Acindar en la seccional. Unos por acción, otros por omisión, permitieron el desangre del conflicto, que representó una catástrofe social para la ciudad de Villa Constitución.

En esas elecciones del 2012, la bronca y el descontento con la dirección Marrón la capitalizó la Azul, obteniendo la victoria de la seccional. En aquella oportunidad, había surgido un reagrupamiento de activistas combativos, que se cristalizó en la presentación de la lista Verde-Negra, que obtuvo una votación modesta pero muy importante al enfrentarse a los bloques históricos que venían dirigiendo la seccional y que habían demostrado que ya no cumplían ningún rol progresivo.

Ya con la Azul al frente de la seccional desde el 2012, permitió que siguieran cada uno de los ataques a los metalúrgicos por parte de las patronales en complicidad con los gobiernos. Como los despidos en Acindar en 2015, que solo fueron enfrentados por las bases obreras de la planta, mientras, Paulón se metía en las listas del Frente para la Victoria, más que nunca vinculado al gobierno kirchnerista y la burocracia de Yasky.

En 2016, Pablo González, proveniente de la propia lista Azul, arma rancho aparte y pega el zarpazo sobre la seccional, con un alineamiento más directo a Caló y una política antiobrera y antisindical más frontal. En ese 2016 la mayoría del activismo combativo se volcó a una alianza con La Marrón y los mismos dirigentes que habían permitido la catástrofe de Paraná Metal. Con la CTA Godoy/Michelli como norte político, y el PCR integrado al Frente de Todos, conformaron la lista Verde – Negra + Marrón, que se ubicó en el tercer lugar.

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