Sindicales
18/11/2025
La precarización laboral mata: según la Anses los trabajadores sin derechos viven menos
Las conquistas salariales y en seguridad social influyen en una menor tasa de mortalidad entre los trabajadores. La reforma laboral va a agravar la situación

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Trabajo informal.
Un estudio de la Anses llegó a la conclusión de que los trabajadores informales, que carecen de derechos laborales, seguridad social y aportes previsionales, tienen una tasa de mortalidad considerablemente superior a los trabajadores registrados en relación de dependencia, estos últimos con una tasa de mortalidad 62% inferior a los primeros. La reforma laboral que pretende imponer el gobierno profundizaría esta situación, en la medida en que apunta precisamente a barrer con los aportes a la seguridad social y a flexibilizar las condiciones laborales; es por eso que es antiobrera.
Esta conclusión se desprende de los números calculados por la Anses, donde la tasa de mortalidad para los trabajadores informales asciende a 4,5 por mil, mientras que para quienes se encuentran registrados y en relación de dependencia, con aportes previsionales y a la seguridad social, se encuentran el 1,7 por mil.
“Entre los hallazgos principales del estudio, la condición de aportante previsional funciona como un factor protector ante el riesgo de muerte”, señala el trabajo de la Anses, considerando que los trabajadores bajo esta condición acceden a mejores prestaciones de salud y a un poder adquisitivo superior que les permite mejorar su calidad de vida. Un mayor ingreso aumenta la esperanza de vida, debido a mejores condiciones de salud, alimentación y vivienda.
Según datos oficiales del Indec de un total de 22.536.000 puestos de trabajo, los asalariados públicos y privados registrados suman 11.122.000, los asalariados no registrados 5.566.000 y los por cuenta propia 5.848.000. Mientras que al considerarlos según la informalidad laboral, tanto en relación de dependencia como por cuenta propia, este universo supera los 9 millones de trabajadores, que carecen de derechos laborales.
El estudio de la Anses determina que con cada duplicación de ingresos el riesgo relativo de mortalidad baja un 17% para los trabajadores registrados en relación de dependencia, dando cuenta de que el trabajo formal, con derechos reconocidos y acceso a salud y un mayor poder adquisitivo, es la vía para tener una mejor calidad de vida.
A pesar de esta evidencia científica, emanada de los propios organismos del Estado, el gobierno nacional avanza con una reforma laboral antiobrera que plantea destruir los derechos laborales y formalizar la explotación del trabajo bajo las condiciones más precarias. Esto cuando casi el 40% de la población ya se encuentra trabajando en la informalidad laboral y carece de la mayor parte de los derechos laborales.
La generalización de esta precarización laboral plantea una disminución del poder adquisitivo de los trabajadores y la imposición de condiciones de trabajo extenuantes y dañinas para la calidad de vida y la salud de las y los trabajadores, repercutiendo en nunca afectación generalizada de la población que extienda la tasa de mortalidad entre los trabajadores sometidos a estas condiciones.
Los trabajadores informales –o los “formales” sin derechos- mueren más rápido porque sobre ellos recaen procesos productivos sin control alguno, devastadores para los cuerpos y la salud, a cambio de un ingreso económico insuficiente que siquiera alcanza para revertir o atender médicamente las consecuencias directas de dicha explotación. Además de implicar una peor calidad de vida para las familias de estos trabajadores, con una peor alimentación y condiciones de vida, que afectan de conjunto a la población.
La lucha contra la reforma laboral de Milei y las patronales es una pelea por la vida de las y los trabajadores, para evitar un retroceso civilizatorio que destruya las condiciones de vida actuales, que siquiera alcanzan los las metas y necesidades de la población trabajadora.




