Sindicales
12/12/2025
Neuquén: sobre la reglamentación de la ley 3.147 de Acompañante Terapéutico
Se profundiza la precarización laboral, se excluye a cientos de idóneos y consolida desigualdades. A redoblar la organización.
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Un año de luchas contra el ajuste en el área de discapacidad
El pasado 1 de diciembre entró en vigencia la Ley provincial N° 3147 destinada a regular la actividad del Acompañamiento Terapéutico. Lejos de significar un avance real para las y los trabajadores del sector, la normativa expone nuevamente cómo el Estado legisla de espaldas a quienes sostienen día a día las tareas de cuidado en condiciones de extrema precariedad.
La ley establece el proceso de matriculación para Técnicos y Licenciados en Acompañamiento Terapéutico, pero deja en situación de inseguridad laboral a quienes históricamente han sostenido el área: acompañantes de curso no formal, empíricos o idóneos, sujetos a la informalidad que el propio sistema generó, que no solo crea incertidumbre laboral inmediata, sino que amenaza con precarizar aún más a decenas de trabajadores cuya labor sostiene la atención en dispositivos de salud mental, ámbito escolar, judicial y demás.
Frente a este escenario, el pasado 5 de diciembre alrededor de 50 acompañantes terapéuticos empíricos o idóneos se autoconvocaron para presentar un reclamo ante las autoridades. Como en tantos otros casos, la digna organización desde abajo volvió a demostrar que solo la acción colectiva conquista derechos. Un grupo de representantes fue recibido por la autoridad competente del área, logrando —al menos provisoriamente— un acuerdo: la creación de un registro inicial de ATs idóneos para permitir la continuidad laboral de quienes, aunque aún no cuentan con estudios certificados, cumplen un rol esencial en el tejido social.
Si bien este avance parcial fue fruto directo de la movilización, está lejos de resolver las raíces del problema. La ley, tal como está redactada, consolida una jerarquización entre trabajadores y reproduce lógicas meritocráticas funcionales al mercado profesional. En lugar de reconocer la experiencia adquirida en el campo, impone un modelo burocrático que beneficia a un pequeño sector y desprotege a la mayoría.
Este conflicto revela nuevamente que la regulación estatal bajo el capitalismo no busca garantizar derechos universales ni fortalecer la salud pública, sino ordenar la fuerza de trabajo en función de la rentabilidad del sistema. La salida no vendrá de esperar reformas benevolentes, sino de profundizar la organización independiente de las y los trabajadores del Acompañamiento Terapéutico, que reconozca tanto la formación, que garantice estabilidad laboral y que coloque la salud mental como un derecho y no como un negocio.
La autoconvocatoria del 5 de diciembre es un ejemplo concreto de autoorganización. Solo fortaleciendo estas instancias, articulando en conjunto con otros sectores precarizados del ámbito social y sanitario, podremos avanzar hacia una transformación real. La lucha recién empieza, y su motor seguirá siendo el mismo de siempre: la unidad, la movilización y la conciencia de clase.



