El acuerdo salarial firmado por la conducción de camioneros alcanzó un 107% en 4 cuotas para el período noviembre 2022 a octubre 2023, a lo que suma un bono de $100 mil.

Junto a otros aumentos salariales de otros gremios que rondan el 100%, expresan una nueva línea defensiva frente a la inflación que salta a los tres dígitos. Pero nada garantiza que los salarios no volverán a correr de atrás, al contrario.

La discusión salarial camionera estuvo cruzada por la enorme lucha del Sutna (neumático) que durante 5 meses de paros, asambleas generales y de fábricas, y movilizaciones, terminando con un paro general, logró arrancar un aumento único que garantiza indexación los últimos cuatro meses, 10 puntos por encima de la inflación, y cláusula gatillo. Muy lejos de lo que firmó la dirección camionera sin realizar ni media hora de paro.

Pablo Moyano amenazó con desenvolver una lucha mayor que la del neumático, exigiendo un 131%, y anunciando un paro nacional para este lunes 31 de octubre si no le daban eso.

Finalmente, los Moyano firmaron el 107% sin llegar a acción de lucha alguna de un gremio que representa a 200 mil choferes, que dicho sea de paso podría haber sido un fuerte golpe a las patronales en el marco de la negociación. No hablemos de asamblea alguna para organizar a los trabajadores, algo que no figura en el libreto moyanista. Este recule, que evitó desatar una movilización obrera en un cuadro de luchas salariales en otros sectores, se explica por la subordinación de los Moyano al gobierno y su compromiso de “bancarlo hasta el último día” como señaló Pablo.

El año calendario cierra en 82% contra una inflación estimada en 100%. No es un tema menor, porque la pérdida salarial en la Argentina está ligada a la permanente pérdida del poder adquisitivo en tiempo real en un marco de aumentos de precios ascendentes. En el caso del Sutna el año calendario alcanzó el 100,83%.

No hubo consulta alguna a la base de los camioneros, ni para definir el monto del aumento ni para aceptar la propuesta alcanzada.

Por otra parte, los bonos como el acordado de $100 mil resultan difíciles de cobrar por los choferes de pequeñas distribuidoras, que además parten de pisos salariales muchos más bajos que los choferes de larga distancia.

Moyano, la CGT y cómo no hacer ni un paro nacional por salarios

Mientras se van cerrando diferentes acuerdos salariales que buscan hacer frente a la inflación galopante, se producen importantes luchas salariales como la del Garrahan, los residentes y concurrentes de CABA y de la provincia de Buenos Aires, los docentes bonaerenses que se rebelaron a Baradel desde los Sutebas combativos y la Multicolor, los paros en 37 universidades o las movilizaciones de lucifuercistas y ferroviarios desde las bases contra la entrega paritaria de sus direcciones, los paros municipales como los de Moreno o las grandes luchas docentes en el interior como la de Amsafe en la provincia de Santa Fe.

El paro nacional sigue planteado por apoyo a estas luchas, por el salario mínimo que está en la indigencia, y por la gran mayoría de los convenios que vienen perdiendo poder adquisitivo.

La negativa del conjunto de la burocracia sindical de la CGT, incluidos los Moyano y las CTAs en convocar a un paro nacional se explica por su completa integración al gobierno más allá de matices y disputas internistas. El propio Pablo Moyano acaba de reivindicarse de este gobierno y que lo van a bancar hasta el final… mientras siguen metiendo el ajuste fondomonetarista.

Los diferentes sectores de la burocracia peronista, que se mostró partida este 17 de octubre, coinciden en la tarea de contener al movimiento obrero que pelea contra el ajuste donde aparece un canal de lucha.

Por contraste, el Sutna con su dirección clasista mostró el camino para luchar por salarios, con los métodos históricos de la clase obrera, con asambleas, paros, bloqueos y movilizaciones. Es fundamental que los trabajadores lleguen a estas conclusiones cuando los planes de ataque a la clase obrera con reformas laborales y jubilatorias están en la agenda del gobierno peronista y la oposición de derecha.