El viernes pasado la empresa TALENT, perteneciente al grupo Koner Salgado, anunció la suspensión por 30 días de la totalidad de su personal. El motivo esgrimido por la patronal fue la “mala situación económica de la empresa”. Simultáneamente trascendió en Río Grande que la planta estaba por cerrar definitivamente. Ante esto los obreros resolvieron en forma inmediata ocupar la fábrica.

Hace ya varios meses que TALENT venía “corriendo la bola" de su cierre.

El grupo Koner Salgado no es un sector con dificultades económicas, sino, en todo caso, con problemas penales. La DGI lo denunció ante la Justicia Federal al comprobar que estafó al fisco en 75 millones de dólares, precisamente con sus operaciones en Tierra del Fuego. El grupo facturaba productos que no existían, acompañaban datos falsos e “importaba” componentes de productos que sobrevaluaban en hasta un 700 por ciento más (El Periodista, n° 213).

Los datos y pruebas entregados a la justicia ponen en evidencia que el grupo Koner Salgado se ha más que enriquecido en suelo fueguino, más allá de las enormes ganancias obtenidas por el régimen de promoción industrial (no pago de impuestos de ninguna clase; bajos salarios).

Ocupación y castigo

Los obreros de TALENT, sabiendo con qué bueyes aran, resolvieron, no sólo luchar por el pago de los días de suspensión, sino en defensa de la fuente de trabajo. Temen que estos delincuentes de guante blanco quieran “vaciar” la planta, no dejando ni los tomillos de los galpones.

En medio de esta lucha, los partidos patronales han salido a anunciar que actuarán como “mediadores”. Proponen que el Estado se haga cargo de las grandes deudas de la empresa. Otra variante que esgrimen es conceder un préstamo a los trabajadores para que formen una cooperativa y se conviertan en “accionistas”. Es decir, más dinero para los crápulas.

La propuesta de hacer una cooperativa significa que los obreros paguen por las instalaciones de la empresa, reconstruyan con dinero propio el “capital de giro”, y luego sufran la hostilidad de la banca y de los otros grupos capitalistas. Ya saben bien de esa medicina los obreros de LOZADUR a los que —a propuesta y “mediación” del PJ —los hicieron accionistas y socios, sí, pero DE LAS PERDIDAS, laburando noche y día para “su” empresa, mientras los empresarios se fugaron con la venta de lo producido por los “nuevos socios”. Resultado: los obreros quedaron en la calle y sin un cobre.

La solución a este problema pasa por la expropiación sin pago de TALENT, la inmediata apertura, bajo control obrero, de los libros de la empresa para ver adónde está el dinero distraído y adónde están las supuestas “pérdidas”. Se debe reclamar el embargo de todos los bienes del grupo incluidos los de sus testaferros (el grupo tiene 60 empresas, muchas de ellas “truchas”, para evadir divisas). La ocupación de TALENT debe formar parte de un plan de lucha votado por la asamblea general del gremio en la puerta de la fábrica ocupada, en donde se llame a todo el pueblo fueguino a apoyar la investigación y el castigo de esta estafa. ¡Que se abran las cuentas secretas de TALENT y CIA! ¡Que se ubiquen los 75 millones robados y se vuelquen inmediatamente al pago de salarios y mantenimiento de la fuente de trabajo bajo control obrero!