Sociedad
18/12/2025
Carpetazos entre la AFA y el gobierno por el negocio del fútbol
Una riña entre distintos modelos privatistas que tiene como rehén a socios e hinchas.
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Claudio Tapia junto a Karina Milei.
El gobierno nacional y la dirección de la AFA se encuentran trenzados en una guerra que ha llegado a los tribunales, con carpetazos cruzados y acusaciones de toda índole, por el control del negocio del fútbol, que poco y nada tiene que ver con los intereses de millones de socios e hinchas del deporte más masivo del país.
El entorno del presidente Javier Milei volvió a la ofensiva en las últimas semanas como resultado de los “errores”, abusos y corruptelas desenfrenadas de la gestión de Claudio “Chiqui” Tapia, y su ladero Pablo Toviggino, al frente del fútbol profesional argentino, acumulando arbitrajes y robos deportivos escandalosos y llegando a proclamar un título en favor de Rosario Central de la nada, lo que encontró la respuesta del plante y la institución de Estudiantes de La Plata, que además terminó consolidándose como campeón del fútbol argentino ante una gestión de la AFA que acusó recibo del golpe a su imagen y credibilidad.
La campaña del Ejecutivo nacional explota el desprestigio sembrado por el tándem Tapia-Toviggino –un daño autoinfligido- sacando a la luz los negocios turbios de la dirección de la AFA, con causas por supuesto enriquecimiento ilícito, denuncia de testaferros y propiedades suntuosas, “desprolijidades” financieras y económicas, con intimaciones de la IGJ, y vínculos con una financiera (Sur Finanzas) acusada de lavado de dinero, con una veintena de allanamientos en diversos clubes profesionales.
Por su parte, el gobierno nacional aprovecha el desprestigio de Tapia para volver a imponer en la agenda su proyecto de Sociedades Anónimas Deportivas, que plantea cambiar el actual esquema de “negocios controlados” por los caudillos de cada club por un ingreso irrestricto de capitales extranjeros que adquieran de forma directa la propiedad de las instituciones deportivas: un salto de calidad en el proceso privatizador en marcha.
En medio de este fuego cruzado se produjo una nueva acefalía en la comisión directiva de San Lorenzo (aún con final abierto), que volvió a ser utilizado para oponer ambos modelos (que tienen bastante en común), con la AFA bancando a un Marcelo Moretti en ruinas, cascoteado por escándalos y corruptelas alevosas –en lo que hace pensar que estamos ante un psicópata o un rehén de negocios y compromisos sin resolver- y una comisión transitoria que podría constituirse con elemento ligados al Pro y a los “libertarios”. Cabe destacar que la crisis de San Lorenzo es resultado de la infiltración de los negocios capitalistas en la institución y no su contrario, que han dejado a la institución al borde de la quiebra, con sucesivas gestiones “gerenciadoras”, con “aportistas” y financistas ocultos y todo tipo de tramoyas.
El Grupo Clarín, dolido demás por la reciente pérdida de los derechos de transmisión televisiva del fútbol el ascenso, se ha convertido en una usina de propaganda pro SAD, con argumentos ridículos de que una privatización del fútbol traería aparejada mayor transparencia, cuando los negocios capitalistas traen aparejados los entramados financieros más oscuros, sin ninguna obligación de rendir cuentas ante los socios.
La dirección de la AFA ha respondido a esta campaña con un comunicado donde denuncia persecución política del Ejecutivo nacional –así como los intentos interventores fallidos de anteriores gestiones- y con una “contrademanda”, impulsado por su abogado Gregorio Dalbón, con la senadora Patricia Bullrich, su familia y entorno, por presuntos delitos de evasión tributaria, lavado de activos y asociación ilícita vinculados al negocio familiar de la cadena de bares Tostado, propiedad directa del hijo de la dirigente “libertaria”.
Mientras que el entorno político de la AFA, ligado al peronismo, busca restarle valor a las acusaciones contra Tapia alegando que se trata de una cortina de humo para hacer pasar los despidos y la reforma laboral: algo que, aunque cierto, no deja de interrogarnos si la respuesta del peronismo contra la ofensiva antiobrera sería... la defensa de Tapia y compañía, cuando los gobernadores venden su voluntad por coimas presidenciales y la CGT peronista patalea para negociar los términos de la entrega de los trabajadores, dejando pasar cierres y despidos.
La guerra por el control del fútbol expresa la naturaleza de la rapiña capitalista que viene a hacer estragos en el deporte nacional, entre una variante que pretende defender los negocios de un puñado de dirigentes y empresarios y otra que busca abrirle paso al capital financiero: ambos desnaturalizando la naturaleza social y deportiva del fútbol. El mayor límite a esta crisis es la ausencia de una corriente independiente que plantee la recuperación a manos de socios y trabajadores de las instituciones deportivas, expulsando a los gerenciadores y privatistas del fútbol.
