Sociedad
10/7/2025
Repudiaron el sobreseimiento al cura abusador Sidders con una concentración en los tribunales de La Plata
La familia de Daniela Silva apeló el vergonzoso fallo que declaró prescrito el delito de abuso sexual agravado del excapellán del colegio San Vicente de Paul.

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Basta de impunidad de los abusos eclesiásticos.
"El abuso no prescribe", se leía en la bandera que encabezó la concentración y conferencia de prensa frente a los tribunales de La Plata que repudió el vergonzoso sobreseimiento al cura abusador Raúl Sidders. Fue el día en que debía iniciar el juicio por el abuso sexual agravado perpetrado sobre Daniela Silva cuando era una adolescente que asistía al colegio San Vicente de Paul, donde el religioso oficiaba de capellán. Basándose en el infame fallo de la Corte Suprema por el caso Ilarraz, la jueza Carmen Palacios Arias declaró nula la acción penal a menos de una semana del juicio oral. La familia de Daniela ya presentó la apelación.
Patricia, madre de Daniela, brindó declaraciones ante numerosos medios de comunicación en las puertas de los tribunales de 8 entre 56 y 57 de la capital bonaerense, acompañada por las abogadas Pía Garralda y Josefina Rodrigo; por sobrevivientes de abuso eclesiástico, como Julieta Añazco o Hernán Rauch (una de las víctimas de Ilarraz); personalidades como Matthias Katsch, director de Ending Clergy Abuse (ECA) Europa, Sergio Salinas, abogado de las víctimas del Instituto Próvolo de La Plata y Mendoza y director de ECA América, o Vanina Biasi, diputada nacional del Frente de Izquierda; y agrupaciones como el Plenario de Trabajadoras. "Hoy debía comenzar el juicio", dijo con dolor al denunciar el sobreseimiento de Sidders, "pero vamos a seguir luchando como Daniela hubiera querido, y porque no pueden seguir abusando de los niños".
El caso es un símbolo de la aberración, que pretenden dejar impune. Una niña que es abusada desde los 11 hasta los 15 años por el cura del colegio y recién pudo contar su calvario varios años después, cuando salieron a la luz decenas de relatos sobre el trato abusivo, denigrante y vejatorio de Sidders hacia alumnos y docentes durante casi dos décadas. Tuvo el coraje de radicar la denuncia penal, a pesar de afrontar graves afecciones de salud ocasionadas por el daño psicológico que eso le generó. "El silencio te mata por dentro", contó en una audiencia pública realizada en el Congreso de la Nación contra la impunidad de los abusos eclesiásticos. Daniela falleció en septiembre pasado, con solo 32 años.
Sidders fue protegido por el Arzobispado de La Plata, cuyo encubrimiento a los curas abusadores es sistemático. El entonces arzobispo y actual funcionario en el Vaticano, Víctor Manuel "Tucho" Fernández, incurrió en prácticas intimidatorias como revelar públicamente la identidad de Daniela cuando aún se reservaba la misma, o enviar una carta documento a Prensa Obrera para que dejara de darle voz a los testimonios sobre el accionar de Sidders y a la comunidad educativa que se organizaba para exigir que se investiguen las denuncias. Fue con la lucha de las organizaciones de sobrevivientes de abusos y de mujeres que la causa judicial avanzó, al punto que el cura llegaba a la instancia del juicio cumpliendo arresto domiciliario desde diciembre de 2020.
Habiendo sido rechazado anteriormente el argumento de la prescripción de los abusos cometidos, y a solo seis días de la fecha fijada para el comienzo del juicio, el Tribunal Oral Criminal Nº 5 de La Plata finalmente hizo lugar a un nuevo pedido de la defensa a partir del reciente fallo de la Corte Suprema que dejó libre a Justo José Ilarraz, condenado a 25 años de prisión por la Justicia de Entre Ríos por siete casos de abuso. Esta infame resolución fue apelada por la madre de Daniela, quien junto a sus abogadas y numerosas organizaciones brindó una conferencia de prensa para repudiar este accionar judicial.
Con la libertad concedida, Sidders podría ahora volver a sus funciones como cura, incluso a cargo de infantes, ya que la Iglesia Católica sigue respaldando su condición sacerdotal. Una aberración que debe poner en alerta a toda la comunidad, como ocurrió en 2020 cuando las movilizaciones en la ciudad de Posadas rechazaron su designación como capellán del XIII escuadrón de Gendarmería en Misiones, donde iba a desempeñar su actividad en comedores de niños.
El abuso no prescribe, y la lucha sigue. Desde las organizaciones que acompañan a la familia de Daniela anunciaron que realizarán nuevas acciones para exigir que se haga lugar a la apelación, que Sidders sea juzgado y condenado, y dar un golpe a toda la trama de impunidad de los abusos eclesiásticos.

