Turquía: ¿elecciones adelantadas con Erdogan, arrancadas con una campaña de 28 millones de firmas?

Los problemas que enfrenta la rebelión contra el autogolpe

La represión de Erdogan se viene acrecentando desde hace largos meses

La destitución y encarcelamiento de Ekrem Imamoglu, alcalde electo de Estambul y figura central del CHP (Partido Republicano del Pueblo), principal partido de la oposición burguesa al gobierno de  Recep Tayiip Erdogan, el 19 de marzo, fue la gota que rebalsó el vaso.

Centenares de miles, en especial la masa estudiantil universitaria, ganaron las calles no solo en Estambul, la ciudad más importante de Turquía, sino también en la capital, Ankara, y las principales ciudades del país.

La represión de Erdogan se viene acrecentando desde hace largos meses. En la primera quincena de diciembre pasado, denunciábamos la detención simultánea de 15 dirigentes y militantes del Partido Socialista de los Trabajadores (SEP) a través de allanamientos domiciliarios, aduciendo causas absurdas. El 10 de enero último, fueron intervenidos los municipios de Mersin y Akdemis y detenidos sus alcaldes y concejales del DEM (partido kurdo que reemplaza al proscripto HDP) que ganaron las elecciones de marzo del 2024. Desde esa fecha Erdogan ya ha intervenido 6 municipios dirigidos por el DEM y otros 2 por el CHP.

En los días previos al apresamiento del alcalde de Estambul, fueron detenidos en operativos domiciliarios, alrededor de 2.000 militantes populares.

Imamoglu estaba a punto de ser nominado como candidato del CHP para las elecciones presidenciales de mayo de 2028. Y Erdogan no solo quería impedirlo, sino intervenir directamente el gobierno de la gran metrópoli. No olvidemos que lleva intervenidos, bajo su largo mandato de 22 años, más de 150 municipios en manos de la oposición, ensañándose particularmente donde había ganado el partido kurdo. Esto fue acompañado por un gran operativo de censura en los medios y represión sobre periodistas, las universidades y las marchas.

Se trata de un autogolpe de Erdogan contra todo tipo de oposición política y social, desde los partidos de izquierda, organizaciones estudiantiles y sindicatos combativos hasta la oposición burguesa. El CHP es el histórico centenario partido kemalista, nacionalista burgués, que ha apoyado abiertamente diversas políticas económicas neoliberales, al que las encuestas daban en ascenso.

La crisis económica-social

De fondo, está el deterioro económico-social que vienen sufriendo las grandes masas. Turquía es el segundo país de mayor polarización social dentro de Europa. Aunque es mayoritariamente asiático, Erdogan viene peleando hace décadas para que sea aceptado formalmente en la Unión Europea (ya es miembro pleno de la Otan). La inflación llegó al 80% el año pasado, bajando en la actualidad a alrededor del 40% (compite con Milei). Las reservas monetarias del Banco Central venían siendo negativas, logrando acumular con préstamos (swaps) alrededor de 100 mil millones de dólares. Que con la crisis política que se desarrollo, cayeron drásticamente. En los primeros 3 días de marchas masivas, el Banco Central tuvo que vender más de 16 mil millones de dólares para evitar el desplome de la lira turca y aumentar su deuda en unos 9.000 millones de dólares (25 mil millones de dólares en un saque). Las tasas de interés que pasaron a pagar los bancos por los depósitos en liras,  para que los “mercados” no compren dólares, se acercan al 50% (carry trade). Turquía tiene un doble déficit: comercial y presupuestario. Una deuda externa que ronda los 550 mil millones de dólares. Las posibilidades de expandir sus exportaciones son acotadas. Porque, a diferencia de otros países atrasados, no es un importante productor de materias primas. Y su industria –que se concentra en ramos de poca tecnificación (textil, etc.)- se basa en gran medida en los bajos salarios que se les paga a los trabajadores.

Todo esto eclosionó en la masiva irrupción estudiantil/popular. Los futuros graduados universitarios no vislumbran posibilidades de desarrollo. Mientras Erdogan avanza con medidas de recorte a los presupuestos universitarios y educativos. 

El gobierno sintió el golpe. Alargó un feriado en tres días, para sacar a la gente de las calles; la mayoría de los detenidos ha sido liberada (quedan aún menos de 100). Y no ha implementado, aún, la “intervención” del municipio de Estambul.

El rol frenador de la oposición burguesa

Fuertemente golpeado, el gobierno autoritario/golpista de Erdogan ha recibido –en forma indirecta-  la “ayuda” de la oposición encarnada en el CHP. Esta “manejó” las movilizaciones y las fue desviando. Primero hacia una votación popular nacional para unas “internas primarias” donde Imagoglu recibió la ratificación como candidato presidencial de alrededor de 15 millones de votos, según informes del propio CHP. El gobierno no se animó a nombrar al interventor y disolver el parlamento de Estambul que, repudiando la detención de Imamoglu, eligió a un legislador del CHP para reemplazarlo en el Ejecutivo.

Luego el CHP convocó a una jornada de boicot (no comprar) a las empresas que integran los holdings que dirigen los medios de comunicación afines al gobierno, que ocultan y/o difaman la verdad sobre las multitudinarias marchas y concentraciones opositoras. Esta tuvo un impacto importante en muchas barriadas.

El CHP ha lanzado el reclamo de “adelantamiento de las elecciones” para que el pueblo pueda votar el alejamiento del gobierno represor/golpista de Erdogan. Para ello, propone que se realice una campaña nacional de firmas de petitorios con este reclamo. Propugna juntar ¡28 millones de firmas! La misma cantidad de votos que sacó Erdogan en su reelección presidencial en 2023. “Lanzamos la mayor campaña de firmas del mundo”, dijo un dirigente del CHP, con tono “épico”. Plantean ir casa por casa juntando las firmas. Una clara política de desmovilización: abandonar las crecientes movilizaciones callejeras de centenares de miles de manifestantes, para ‘desarrollar’ la industria del papel para los petitorios. Esta orientación del CHP va acompañada también por el llamado a boicotear comercialmente a empresas comprometidas con el apoyo a Erdogan.

Movimiento obrero

A pesar de este freno del CHP la movilización popular, aunque aminorada, no se ha detenido. No solo siguen las huelgas y agitaciones en muchas universidades, sino que se han empezado a sumar los colegios secundarios públicos, donde están siendo cesanteados miles de profesores por persecución política/ideológica. No se trata solo de un problema democrático. Los estudiantes secundarios denuncian el desmantelamiento que esto significa de la educación pública, lo que perjudica la posibilidad de su ingreso a la universidad, frente a la mejor preparación que podrían tener quienes estudian en la educación privada.

Pero el ausente es, todavía, la masa de la clase obrera. Por supuesto que muchos trabajadores han participado de las masivas manifestaciones, igual que varios sindicatos combativos. En esas marchas se han escuchado muchas consignas a favor de organizar la huelga general para lograr la libertad de los presos políticos, el cese de la represión y echar a Erdogan. Pero las diferentes burocracias sindicales, influidas políticamente por el CHP, el DEM e incluso el partido de Erdogan (AKP), vienen trabando un accionar de lucha de los trabajadores. Se escuchan muchos informes de luchas parciales de los trabajadores. En muchos casos enfrentan ofensivas gubernamental-patronales que despiden a activistas y trabajadores que quieren sindicalizar y organizar las fábricas. Las burocracias sindicales subordinadas políticamente a los partidos burgueses hacen la vista gorda, cuando no están directamente comprometidas con estos ataques. Es necesario coordinar a las fuerzas que pretenden sumar a la masa obrera, a la lucha general contra el gobierno represor de Erdogan. Levantando no solo el reclamo esencial de las libertades democráticas, sino también las principales reivindicaciones sociales (salariales, previsionales, etc.) que oprimen al trabajador. Impulsar las luchas reivindicativas, aprovechando la crisis del gobierno e ir organizando y reclamar un paro general. Asambleas de fábrica, plenarios sindicales con este norte.

El CHP no mueve un dedo en ese sentido, porque es un partido patronal. Y ellos mismos participan de la desenfrenada explotación de la masa trabajadora.

¿Se conseguirá la convocatoria a “elecciones anticipadas” con la orientación del CHP?

Casi todas las fuerzas de la oposición a Erdogan (desde el CHP a la izquierda) caracterizan que este ha lanzado un autogolpe para proscribir justamente a la oposición, acallar las protestas sociales y digitar eventuales futuros procesos electorales.

Una conclusión elemental: NO habrá “elecciones anticipadas”, elementalmente democráticas, con Erdogan en el poder. Es incompatible la continuidad del régimen autoritario con la libertad de los presos políticos, la plena vigencia de los derechos democráticos y de la libertad sindical e incluso la realización de elecciones adelantadas.

¿Qué clase de elecciones podría haber con este régimen que interviene los municipios donde pierde? Fuera los interventores de Erdogan de los municipios intervenidos, libertad a los presos políticos, fuera el régimen de la proscripción, la represión y el ataque contra las condiciones de vida del pueblo trabajador.

La posición del CHP es presionar y llegar a un compromiso con el gobierno de Erdogan. Busca un acuerdo con Erdogan que solo habilitará la realización de elecciones amañadas. El CHP teme, como a la peste, el inicio de una movilización popular que enfrente y derrote a la autocracia golpista. Porque teme que sea el inicio de una movilización social que termine con el sistema de explotación capitalista existente, los proyectos chauvinistas de una “gran Turquía” y  las aventuras militaristas reaccionarias que Erdogan trata de introducir en la “opinión pública” como perspectiva de salida a la crisis nacional.

El problema pasa por terminar, por echar a este régimen de represión y explotación. Sin eso, los que luchamos estratégicamente por un gobierno de los trabajadores, decimos que no habrá elementales libertades democráticas.

Para ello es fundamental impulsar el frente único para luchar por la libertad de los presos, el cese de la represión, las libertades democráticas. Toda acción práctica de lucha y movilización debe ser acompañada e impulsada por la izquierda que se reclama revolucionaria y el movimiento obrero y estudiantil combativo.

La base para esto es luchar por un reagrupamiento clasista independiente de los partidos burgueses. El seguidismo al CHP lleva a la parálisis y a la derrota. El CHP está desde el año 2019 (reelegido en el 2024) al frente del municipio de Estambul y no ha tomado ninguna medida a favor de las reivindicaciones de los trabajadores.

Erdogan tiene, por el momento, tanto el apoyo de Trump como del imperialismo europeo, que temen “cambiar de caballo en medio del río” (Turquía tiene el segundo ejército dentro de la Otan). El CHP limita la capacidad de organizar la movilización de las masas contra Erdogan para mostrarse potable como alternativa de gobierno frente a estos imperialismos. Lamentablemente, corrientes de la izquierda como el Partido Comunista turco (PKT), sectores del DEM kurdo (otros están negociando con Erdogan la libertad de su líder Abdullah Ocalan, detenido hace 20 años, y la institucionalización de su accionar) y otros agrupamientos izquierdistas se aprestan a confluir en el apoyo electoral al CHP, acompañando el accionar frenador.

Para la izquierda revolucionaria, que está en la primera línea de la lucha contra Erdogan, se plantea la oportunidad de destacarse como un polo revolucionario planteando la necesidad de terminar con el régimen antidemocrático y represivo que oprime a las masas con los métodos de la acción directa, con la huelga general, como forma de comenzar reagrupando una vasta vanguardia que se está desarrollando en esta fase del proceso de lucha. Fuera el régimen autoritario/represivo de Erdogan.

Primero de Mayo: ¡trabajadores de todo el mundo, uníos!
Declaración internacional. -
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